viernes, 29 marzo 2024

La nueva presidenta de la Cámara de Comptos, Asunción Olaechea, ha abogado en su toma de posesión por “una nueva cultura de la gestión, por repensar la manera de gestionar los fondos públicos para hacer igual o más con menos”, en definitiva, por ser “más eficaces”.

Al acto, que se ha celebrado en el Parlamento de Navarra, portavoces de todos los grupos parlamentarios y los consejeros Ana Ollo y Mikel Aranburu han asistido al acto junto con el presidente del Tribunal de Cuentas del Estado, Manuel Núñez, los presidentes de los Tribunales de Cuentas de Galicia, Castilla y León, País Vasco, Valencia, Asturias, Andalucía y Canarias -un representante-, así como el expresidente de Comptos, Luis Muñoz (1997-09) y su antecesor en el cargo, Patxi Tuñón (1991-97).

Tras escuchar el himno de las Cortes de Navarra, se ha leído el acuerdo del pleno de la Cámara, por el que, con el respaldo de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos, PSN e I-E se nombra a Olaechea nueva presidenta de la Cámara de Comptos por un periodo de seis años, y a continuación ésta ha prometido su cargo, en euskera y castellano.

Después de casi dos décadas como técnica y auditora de la Cámara, Olaechea ha asumido con “mucha ilusión” el “gran reto” de presidir el órgano fiscalizador y sustituir a Helio Robleda, quien, según ha remarcado, le ha dejado el “listón muy alto”“La independencia, profesionalidad, objetividad e imparcialidad” de Comptos han sido subrayada por Olaechea, quien ha abogado por la “transparencia absoluta” al comunicar el resultado de su trabajo.

La actual presidenta de Comptos junto a sus predecesores

La actual presidenta de Comptos junto a sus predecesores

La Cámara de Comptos “se debe sobre todo a los ciudadanos”, ha sostenido, tras lo que ha insistido en que la ciudadanía tiene derecho a exigir “un control riguroso, eficaz y a conocer el resultado de esa labor”. Olaechea ha recordado que Navarra fue la primera comunidad del Estado que puso en marcha un órgano de control externo y ha puesto en valor que en un “clima de escasa credibilidad social respecto a las instituciones y la clase política”, su institución goza de “una buena imagen”, que intentará mantener e incrementar.

Ha defendido la “cultura del control”, entendiendo control no tanto como una amenaza, sino como un instrumento para garantizar la transparencia y mejorar la gestión. “Los tiempos cambian y no volverán a ser como fueron”, ha dicho para a continuación señalar que la crisis que comenzó en 2007 ha disminuido notablemente los ingresos de las administraciones, lo que ha obligado a hacer restricciones en el gasto, especialmente en las inversiones y en el caso de la Administración foral ha hecho aumentar su deuda de 600 a 3.200 millones.

Olaechea, quien se ha mostrado dispuesta a ganarse la confianza de quienes no le han votado, ha aludido también a los entes locales, cuyo principal reto es “racionalizar su estructura para ofrecer los mejores servicios de manera más eficaz, eficiente y económica”.

La nueva responsable del órgano fiscalizador de la Comunidad foral ha concluido con un mensaje para los responsables de la administración, a quienes ha recordado las palabras de Emilio Lledó: “Sean decentes, no engañen por sistema, no se corrompan”.


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