Sol brillante, piel dorada y vacaciones. En una palabra: ¡Verano! Con los productos adecuados se puede combatir el sudor, los granos rojos, la sequedad y las manchas que deja el sol en esta estación. Pero, cuando las temperaturas suben, todos buscan el santo grial: un bronceado bonito.
También es un hecho común que no siempre se obtiene el resultado deseado. Después del primer día de exposición al sol y fruto de un cuidado pobre de la piel, muchas personas terminan con quemaduras. Así, se hace necesario contestar una pregunta: ¿Cómo preparar la piel para el sol de forma natural? A continuación, algunos consejos de belleza que asegurarán un bronceado de oro olímpico.
1. EL PROTECTOR SOLAR ADECUADO
La principal tarea de los protectores solares es evitar el efecto de los dañinos rayos UV sobre la piel. Pero, si un producto tiene un factor de protección solar, probablemente sólo proteja contra los rayos UVB y no contra los UVA, que pueden penetrar aún más en la piel y estropearla. Por esta misma razón, hay que elegir un producto que también proteja la piel de los rayos UVA.
Para evitar manchas, así mismo, es importante asegurarse de que el protector solar facial es no comedogénico. De esta manera, el producto no obstruirá los poros. Como alternativa a la protección solar, se puede utilizar también una crema hidratante de día con FPS incorporado para que la piel respire mejor.
2. UNA LIMPIEZA FACIAL PROFUNDA Y SUAVE
El aumento de las temperaturas supone un esfuerzo para la piel, ya que tiende a sudar mucho más. Así mismo, esto a su vez provoca que haya que secarla con las manos o con toallas, que puede contribuir a la acumulación de suciedad. Por eso, hay que tomarse unos minutos por la noche para limpiar a fondo el rostro.
Para no irritar aún más la piel de esta zona sensible, se recomienda dejar de lado los productos grasos y probar cosméticos a base de agua y con espuma suave. Al mismo tiempo, los productos enriquecidos con ingredientes calmantes como el aloe vera, el ácido salicílico o el extracto de semilla de uva pueden aportarle un refuerzo ante los días de sol.
3. ALGUNAS EXFOLIACIONES PERIÓDICAS
La exfoliación regular es esencial para una piel suave y cuidada. Y, especialmente en verano, una buena exfoliación libera la zona de suciedad y grasa en profundidad, reparando la barrera natural de la piel. Al fin y al cabo, la piel necesita un poco más de apoyo para regenerarse ante el daño del sol.
Como también hay que ser especialmente delicado con esta piel, es importante velar por no exfoliarse con demasiada frecuencia. En particular, se desaconseja hacerlo por la mañana, ya que se expone la piel a la acción agresiva de los rayos UV.
4. PRODUCTOS FACIALES REFRESCANTES
En verano, el rostro se ve especialmente afectado por las altas temperaturas. Por esta misma razón, no hay que olvidar cuidar la zona de los ojos y los labios con mascarillas, geles o cremas refrescantes. Para un efecto incluso más gélido, ¡incluso se pueden guardar en el refrigerador! En esta época del año, los sprays faciales refrescantes también pueden proporcionar un agradable alivio durante los días más calurosos.
5. UNA LOCIÓN PARA DESPUÉS DEL SOL
Después de las actividades al aire libre o de tomar el sol, la piel está estresada y seca. Por eso, es importante aplicar el producto adecuado para después del sol. ¿Pero cómo elegir el adecuado?
En primer lugar, es importante asegurarse de que el cosmético en cuestión proporciona una hidratación intensa y es eficaz para la piel seca. Además, la fórmula debe ser rica en vitaminas, ya que contrarrestan el estrés oxidativo causado por los radicales libres. Pero eso no es todo: después de una larga exposición al sol, los productos que contienen vitaminas E y Q10 son especialmente adecuados.