Julio y agosto siempre traen consigo una marea de imágenes que parecen fundirse en un caleidoscopio de recuerdos. En esos meses interminables, cada día se despliega como una página en blanco, lista para ser escrita con aventuras de todo tipo bajo el sol. El aire estival huele a mar y a tierra caliente, y el sonido de las olas rompiendo en la playa se mezcla con las risas y los brindis de los encuentros festivos.
Es la temporada de la libertad y del disfrute despreocupado, donde el vinito de verano y la cervecita fresca son los acompañantes inseparables de las tardes doradas. Entonces, la sensación de que el tiempo se ha detenido nos permite saborear cada instante de forma tan real como la brisa marina que acaricia el rostro.
Sin embargo, todos esos baños en playas y piscinas también tienen, lamentablemente, su parte menos ociosa y divertida ya que aumentan el riesgo de infecciones en el oído debido a la humedad. Efectivamente, la dermatitis alérgica, el estrés, los ambientes polvorientos, así como la contaminación bacteriana o química de las aguas, son factores que favorecen estas infecciones, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y pueden hacer naufragar el mejor plan de veraneo.
Para evitarlo, nada mejor que aplicarse una serie de medidas de prevención y cuidado, nada complicadas pero que pueden ser claves para evitar problemas como la tan temida otitis externa, conocida también como “oído de nadador“. Así, por ejemplo, utilizar tapones para los oídos a prueba de agua es tan aconsejable como evitar los baños en aguas potencialmente contaminadas o con características poco higiénicas.
Al mismo tiempo, después de nadar o de la ducha, los otorrinos nos recuerdan la importancia de secar bien los oídos. Para ello, se debe inclinar la cabeza hacia un lado para ayudar a drenar el agua y usar una toalla suave para secar la parte exterior del oído. También es efectivo dar algunos pequeños saltos para que el agua sea expulsada por efecto de la gravedad. En todo caso, estos expertos nos dicen que se debe evitar el uso de bastoncillos para secar el oído, ya que pueden dañar el canal auditivo o empujar la cera hacia adentro.
OTROS PELIGROS
No obstante, el agua no es el único peligro que acecha a nuestros pabellones auditivos. Las actividades veraniegas como conciertos, festivales y fuegos artificiales pueden exponer los oídos a niveles de ruido peligrosos. Una buena medida de prevención es utilizar tapones para los oídos en estos eventos y tratar de mantener una distancia segura de las fuentes de sonido. Los tapones más efectivos son los fabricados a medida del canal auditivo del usuario.
También hay que tener cuidado con los cambios de presión, que pueden afectar a los oídos. Masticar chicle, tragar o usar tapones especiales para cambios de presión pueden ayudar a igualar la presión en los oídos.
Además, si aparecen síntomas de infección en el oído, como dolor, picazón, pérdida de audición o secreción, es necesario consultar a un médico de inmediato. Las infecciones pueden agravarse si no se tratan adecuadamente. Y, como complemento a todo lo anterior, habría que insistir en que la protección solar también debe aplicarse en las orejas para protegerlas de los daños del sol.
TAPONES A MEDIDA
Como se ha visto, el uso de tapones de baño para los oídos es recomendable para prevenir diversos riesgos. Hay varios tipos:
- Tapones de silicona moldeable: Se adaptan a la forma del oído y proporcionan un ajuste personalizado. Son reutilizables y cómodos.
- Tapones de espuma: Económicos y desechables, pero pueden no ofrecer un ajuste tan preciso como los de silicona.
- Tapones de silicona preformada: Disponibles en varios tamaños, diseñados para adaptarse a la mayoría de los oídos.
- Tapones con filtros: Permiten la entrada de sonido mientras bloquean el agua, ideales para quienes necesitan escuchar instrucciones mientras nadan.
Los tapones hechos a medida son, por tanto, los más efectivos y adecuados para proteger el oído de la entrada de agua, evitando que se muevan o se pierdan en el agua, y minimizando así la posibilidad de infecciones. Así que, mientras te sumerges en el calor y el esplendor del verano, recuerda que una buena salud auditiva es la clave para que cada risa, cada brindis y cada canción se convierta en un recuerdo invaluable. Porque el verano, con toda su vibrante energía, se disfruta mejor con todos los sentidos en plenitud.