Fundada en 1988 por Pedro Luis Antón Gurrea y Corona Campo Armendáriz, esta empresa tiene sus orígenes en los años 60, cuando sus fundadores comenzaron elaborando pimiento y espárrago de sus propios cultivos. Ya entonces, los productos naturales y artesanos se convirtieron en su seña de identidad: “La empresa la fundaron en el 88, en el año 94 empezamos con la agricultura ecológica y en el 2001 con la tercera denominación de origen, que es la alcachofa de Tudela”, nos cuenta su hijo Pedro Luis Antón Campo, gerente de Conservas Pedro Luis.
A pesar de tener solo 39 años, Pedro Luis lleva ya casi 25 trabajando en la empresa familiar: “A los 15 años empecé a ayudar a mis padres en el negocio y he hecho de todo aquí”. Sin duda, esta compañía ha sido su universidad y, aunque le acompaña la discreción, Navarra Capital ha recorrido con él los 12.000 metros cuadrados en los que se distribuye la compañía, para constatar, en primera persona, porqué ha recibido el premio ‘Alimenta Navarra 2016’ a la Sostenibilidad.
CON LOS PRINCIPIOS MUY CLAROS
Decir Conservas Pedro Luis es hablar de productos de calidad, y no por casualidad, sino por algo que llevan en su ADN empresarial: “Invariablemente, hemos defendido, o producto con denominación de origen (espárrago de Navarra, pimiento del piquillo de Lodosa y alcachofa de Tudela), o producto de agricultura ecológica. Siempre bajo un paraguas de calidad, por diferenciarnos de todas las importaciones que vienen”.
Pero no ha sido fácil defender estos principios, sobre todo cuando, con la llegada de la crisis, para abaratar el precio, muchas empresas decidieron importar producto de países como China o Perú: “Hace años creíamos que estábamos equivocados, porque íbamos a contracorriente elaborando solo producto de aquí, pero es lo que sabíamos hacer y es lo que queríamos ofrecer; continuamos en esa línea y el paso de los años nos ha dado la razón. Hay un nicho de mercado que valora estos productos artesanos de calidad”.
El espíritu de los inicios de la elaboración artesanal se mantiene y el cliente puede estar seguro de que el producto que se le ofrece es de temporada, sin artificios. Pero puesto hay que adaptarse a las realidades del entorno, como lo es un control exhaustivo, tanto de los cultivos como de las producciones: “Somos una empresa artesanal, pero la seguridad alimentaria es fundamental hoy en día, así que nos apoyamos en tecnología que nos ayuda en el proceso”. Por ejemplo, han incorporado una máquina de visión artificial que, por cámara óptica y rayos X, detecta cuerpos extraños en el producto terminado.
En nuestro recorrido por las diferentes partes de la compañía, Pedro Luis no deja de explicar para qué sirve cada máquina, qué se hace en cada rincón de las distintas salas, de dónde viene el producto que está entrando esa misma mañana a la fábrica para ser procesado inmediatamente, cuándo decidieron implementar tal o cuál función, nos habla de la amplia gama de productos que ponen al servicio del consumidor y de sus últimas apuestas, como las mermeladas o las cremas: “unos productos son apuestas personales y otros demandas de los propios clientes”. También nos cuenta las dificultades del mercado o las ventajas de defender un producto artesano. Sin duda, Pedro Luis eligió el mejor camino cuando decidió ayudar a sus padres en el negocio familiar, pues ahora lo capitanea con un amplio conocimiento y con gran seguridad: “No siempre es fácil tomar decisiones que van en contra de lo que hace la mayoría de tu competencia, tampoco el relevo generacional es sencillo cuando quieres introducir cambios en procesos que ya de por sí funcionan bien. Ha sido un largo camino, pero todos estamos contentos con el resultado a día de hoy, también mis padres que ya lo ven desde la distancia. Aunque eso sí, es un esfuerzo que tiene que continuar cada día”.
GENERAR RIQUEZA EN EL ENTORNO
50 personas trabajar diariamente en Conservas Pedro Luis, “y en épocas de mucho trabajo hemos llegado a las 92”. Cuando se recolectan ciertos productos de temporada hay que elaborarlos rápidamente y más aquí, donde adaptan cada producto a su temporada respetando todos sus procesos: “Para obtener un buen producto, necesitamos una buena materia prima y, en el tema de vegetales, la prontitud en la elaboración es fundamental. Un vegetal, una vez que lo cortas, empieza a perder, por eso lo importante es recolectar y elaborar lo antes posible”. Precisamente, el espárrago y la alcachofa son productos más delicados que deben ser procesados muy rápido y es, en esos momentos, cuando la fábrica necesita mano de obra extra.
Como decíamos, Conservas Pedro Luis es de las pocas compañías que, con la llegada de la crisis decidió seguir apostando por el producto de aquí: “Sabíamos que no iba a ser fácil, porque la competencia era demoledora bajando los precios, pero nosotros hacemos productos artesanos, esa es nuestra garantía y queríamos seguir dándola, así que nos hemos mantenido fieles a elaborar productos de aquí”. Sin duda, esta apuesta fue uno de los motivos que les ha llevado a ser reconocidos en la primera edición de los premios Alimenta: “Es una gran satisfacción para todos los que formamos la compañía, porque es el equipo el que saca todo esto adelante. La realidad es que somos una compañía discreta, tirando a tímida diría yo, y nos resulta un poco abrumador el reconocimiento. Pero sin duda, es muy bonito y estamos agradecidos”.
A pesar de ir contra corriente cuando el mercado vendía muchos productos importados, una tendencia que afortunadamente se ha invertido, esta compañía lodosana no puede quejarse del resultado de sus cuentas: “En los últimos 15 años, siempre hemos cerrado en crecimiento, en 2015 facturamos 7 millones de euros y este 2016 esperamos cerrar con unos 9“. De cara al 2017 y tras haber renovado instalaciones recientemente: “Queremos estabilizarnos, afianzar producto, mejorar líneas de proceso, seguir invirtiendo y siempre abiertos a otras posibilidades, pero nos tomamos este año con calma, porque también tiene peligro querer abarcar más de lo que se puede”.
APORTACIÓN AL MEDIOAMBIENTE
La mayor parte del centenar de productos que elabora son ecológicos ya que su filosofía es el desarrollo de alimentos lo más naturales posibles, evitando el uso indiscriminado de aditivos artificiales que modifiquen sus cualidades: “A todos nuestros proveedores los conocemos personalmente y su forma de trabajar, porque es importante conocer la trazabilidad de nuestros productos. Además, te cuento que me han enseñado a tratar a mis clientes, porque valoran tanto sus productos que me han trasmitido ese cariño que yo también traslado a nuestros clientes”.
Hace ya años que Conservas Pedro Luis no produce, sino que se dedica a la elaboración, porque así es como te especializas y lo haces bien. Eso sí asegura que: “Siempre buscas profesionales buenos, es decir, que quien te cultiva cardo, esté especializado en ello y la maquinaria que tenga también esté destinada al cardo. Lo mismo que el tomate, el pimiento, el espárrago… Cada agricultor tiende a especializarse y nosotros buscamos profesionales en cada una de la materia prima”. Sin duda, el control de la trazabilidad, desde el origen de la materia prima hasta el punto de venta es un principio que siguen a raja tabla en esta compañía de Lodosa.
En el tema de sostenibilidad, es importante cuidar el medioambiente teniendo en cuenta los kilómetros que pueden hacerse en el trasporte: “Todos nuestros productos vienen de la zona, son locales y regionales; aunque hay algunos casos en los que tienen que ser nacionales, como la fresa, el arándano y la mora, que no se cultivan aquí. Pero hacemos el kilómetro cero, que respeta el que los productos sean lo más cercanos posibles”.
Prueba de su esmero por la calidad y la seguridad alimentaria son las diferentes certificaciones que posee como para la elaboración de productos ecológicos; en IFS (International Food Standard); certificación de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE); o la de “Innovarse”, que avala la responsabilidad social de la empresa.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA
Además del aspecto económico y el medioambiental, la sostenibilidad tiene una tercera pata: la preocupación social. Y sin duda, en esta, Conservas Pedro Luis se lleva la palma: “Apoyamos varios proyectos, porque los consideramos importantes; y hay algún proyecto que es decisión personal”.
Colaboran puntualmente con organizaciones y asociaciones deportivas con su ‘Proyecto solidario cien por cien‘: “O bien donamos producto para que lo vendan en mercadillos solidarios o lo damos directamente a colectivos que lo necesitan”. La felicitación de Navidad de la empresa siempre la vinculan a algún proyecto solidario. Y la realidad es que hablar con él es descubrir multitud de proyectos en los que incluso implica a un productor que dona el tomate, al proveedor de envases y al del aceite: “con todo lo que ellos donan, hacemos nosotros gratuitamente 10.000 envases cada año que van a distintos colectivos”.
La venta de tres de sus productos también está vinculada a proyectos importantes: “El primero que realizamos fue en Sierra Leona, con una visita de la ONG La Esperanza, en la que colaboran mi madre y mi tía, y tenemos una donación de 6 céntimos por cada envase de un producto concreto que vendemos. Allí lo que trabajan es por reforzar la alimentación y la educación de los niños”. “Otro de los productos lo tenemos con ADANO (Asociación de Ayuda a Niños con Cáncer de Navarra), al cuál destinamos 10 céntimos. Y el tercero lo hemos iniciado este año y destinamos 8 céntimos de cada bote vendido de un producto a CIMA, para la investigación de enfermedades”.
Es cierto que la RSC está de moda, pero en pocas compañías su director gerente se implica directamente en los proyectos solidarios como lo hace Pedro Luis, que incluso viaja a los proyectos internacionales para colaborar y ver de primera mano el resultado de las donaciones: “Decidimos en la empresa qué proyectos son importantes, pero sobre todo, para mí es importante la satisfacción personal que aporta colaborar con quien lo necesita”.
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