Navarra es un destino ideal para hacer una escapada, aún y cuando el tiempo no acompaña. Con propuestas para todos los gustos es, sin duda, el lugar idóneo para buscar cobijo este puente. Recorre las calles, ciudades, montañas, bares… y descubre todos los recovecos que te ofrece esta tierra. Plantarle cara al frío para averiguar todo lo que atesoran una cultura y naturaleza como la de nuestra tierra. Productos de temporada que hacen de nuestra gastronomía un manjar, paisajes de escándalo, nieve en el Pirineo, actividades variopintas… se hallan aquí. ¡Descúbrela!
Turismo rural en compañía de las chimeneas
Si la alternativa de hacer turismo rural siempre ha sido una buena opción, en los tiempos que corren, la opción se transforma en inmejorable. Al caer la tarde, tras una jornada cargada de visitas y actividades, llegar a la casa rural y encender la chimenea es un auténtico placer. El calor del fuego, poco a poco, invade todas las estancias del hogar y sentarse frente a la hoguera con una copa de vino en la mano, cerrar los ojos y dejarse llevar, suena muy apetecible. ¡Bendita la calidez de estas casas rurales!
Destinos culturales que apetecen con frío
De punta a punta merece la pena recorrerla, y seguro que sus huéspedes coinciden, pero en invierno hay algunos sitios especialmente recomendables. Hablamos, por ejemplo, de hacer una escapada a Pamplona y disfrutar de su Casco Antiguo, sus pinchos, su variada agenda y sus humeantes puestos de castañas. O más al sur, pasear por la colorida Tudela, en la que se encuentra una gran oferta de monumentos y museos. Otra opción, sin duda, radica en viajar hasta la medieval Estella. También puede ser buen momento para acudir a los impresionantes castillos de Olite y Javier, de perderte por las callejuelas de pueblos con encanto como Ujué o Gallipienzo, o de visitar La Colegiata en Roncesvalles y de otros hitos del Camino de Santiago.
La gastronomía más invernal
Es difícil hablar de gastronomía navarra y no mencionar las verduras de temporada, donde el cardo, la alcachofa, la borraja, la acelga y la escarola se vuelven protagonistas por unos meses en las cartas de los restaurantes del Reyno.
En el norte se come muy bien. Al menos eso dice la sabiduría popular. Chuletón de buey a la brasa, sabrosas carnes de caza de ciervo, paloma o perdiz, chuletillas de cordero… Por no hablar de las verduras, que son muy saludables y también muy de aquí.
Y esta cocina se puede saborear en los bares, en forma de pinchos, o en los restaurantes del más alto nivel, donde consiguen mezclar, con el mejor savoir faire, tradición y vanguardia. Además, las empresas locales ofrecen un sinfín de actividades para sumergirte en la cultura gastronómica de la tierra desde otro punto de vista, como una exquisita ruta vinícola.
Sin olvidar la opción de poder llevar a casa todos estos sabores de vuelta comprando txistorra, conservas, vinos, quesos, aceites, dulces y cavas en las tiendas, ferias y mercados de todo el territorio.
Planes en la naturaleza para salir con el abrigo puesto
Gozar de la naturaleza paseando entre los bosques, que aunque se hayan empezado a despojar de sus hojas, mantienen un halo de misterio de lo más atractivo es del todo posible.
Navarra es tierra de transición y en sus dominios conviven cuatro climas diferentes. Esto incide sin remedio en la configuración de sus paisajes y en los grandes contrastes de su geografía. Por un lado, cumbres y blancos valles del Pirineo, por otro, el desierto de las Bardenas y, entre ambos, suaves colinas, viñedos y cultivos. Te adentrarás en senderos que llevan a cumbres, selvas, cuevas… e incluso al mismísimo Camino de Santiago.
Planes en la nieve
Cómo no, un indispensable en estos tiempos. Aunque nuestro Pirineo es humilde en alturas, casi todos los años nieva en los valles más altos ofreciéndonos paisajes de postal. El crujido de la nieve virgen es uno de los sonidos más especiales. Ese momento único en el que bajas del coche y las montañas, como gigantes cubiertos de azúcar, te reciben con su paisaje radiante. En la sierra de Aralar, en las sierras de Urbasa y Andía y en Roncesvalles, como en los valles pirenaicos de Aezkoa, Salazar y Roncal, raro es el año que no cae una buena nevada.
Nieve en familia: trineo, muñecos y batalla de bolas
Una guerra de bolas o hacer un muñeco de nieve en familia es bien barato y divertido. Y deslizarse con un trineo por una pendiente tentadora es un plan que enloquece a la chavalería. Y lo mejor es que luego llegan a casa fuera de combate, y el descanso nocturno resulta glorioso para toda la familia. Así que guantes, botas, zanahoria para la nariz del muñeco y… ¡al lío!
Paseos con raquetas de nieve
Estas rutas son de lo más agradecidas y no requieren de las habilidades de subirse a unos esquís. Hay muchos recorridos que atraviesan paisajes increíbles que se pueden hacer de la mano de empresas especializadas y así disfrutar con seguridad del esplendor de la naturaleza. Y si vas por cuenta propia, lo mejor es acercase a los centros de montaña donde además de información sobre las rutas alquilan el material.
Y el deporte por excelencia: el esquí
Navarra cuenta con dos estaciones que destacan por su especialización en el esquí de fondo. Una modalidad que permite hacer ejercicio con tranquilidad mientras se observa toda la belleza que ofrecen las montañas que rodean las pistas. Por un lado, en el valle de Salazar se encuentra el Centro de montaña Irati-Abodi, en plena Selva de Irati y a unos 1.300 metros de altitud. Y por otro, en el valle de Belagua se halla el Centro de esquí nórdico Larra-Belagua, situado en la parte más oriental del Pirineo Navarro.
Todo esto y mucho más en VisitNavarra. ¡Y a disfrutar del puente más apetitoso del año!