viernes, 19 abril 2024

Educar hoy es construir el mañana

El autor demanda que el mundo de la educación se acerque al de la empresa y que ambos compartan valores como el del esfuerzo y la responsabilidad, claves -en su opinión- para asegurar el desarrollo de una sociedad como la navarra.


Pamplona - 7 noviembre, 2018 - 06:00

Hablar de educación, de los valores que se transmiten, de cómo se utiliza, de los cambios en los sistemas y programas educativos es una constante en la esfera pública. De hecho, en los últimos años hemos asistido a varias reformas del sistema, con nuevos nombres y con el objetivo, se supone, de mejorar la formación de las nuevas generaciones y, con ello, del futuro del país.

En otro tiempo, la educación se recibía principalmente en casa porque educar no consiste solamente en enseñar conocimientos, sino también y principalmente valores. Sin embargo, hoy en día nos encontramos con un escenario en el que los padres cada vez tienen menos tiempo para compartir con sus hijos y, consiguientemente, la educación en los centros educativos cobra mayor importancia.

Educar no consiste solo en enseñar conocimientos, si no también valores como el esfuerzo y la iniciativa.

Vivimos en una época en la que, gracias al esfuerzo de muchas generaciones, contamos con una sanidad publica, unas coberturas sociales y una protección del Estado que no tiene comparación con otros momentos históricos. Esta zona de confort, que podría considerarse como una ventaja, se convierte en impedimento para el desarrollo de la iniciativa.

Es necesario actuar bien hoy en la educación para asegurar el futuro, acercar la empresa a los centros educativos, educar en valores de esfuerzo y responsabilidad. Para ello, necesitamos la participación de toda la sociedad

La empresa familiar (a la que represento y por la que escribo) nace del emprendimiento y este es un valor que debe transmitirse a nuestro jóvenes. Las empresas y su continuidad necesitan de gente con espíritu emprendedor, con iniciativa, con amor y gusto por el riesgo, con generosidad en el esfuerzo y con carácter para tomar decisiones. Este espíritu se transmite en el entorno familiar, pero también debe hacerse en los centros educativos.

La sociedad necesita empresarios, unos para continuar lo construido y otros para generar nuevos proyectos. El tejido empresarial debe ser dinámico, de manera que si unas empresas caen haya otras que las repongan y así, se genere empleo.

En este proceso, debemos participar toda la sociedad, desde el personal docente, cuya labor es imprescindible, hasta los regidores públicos, quienes deben utilizar sus facultades para crear un entorno social, educativo y económico que propicie este emprendimiento. Un ecosistema en el que no sea tan extraño que haya jóvenes que sueñen con tirar del carro en lugar de ser carro. Si todos quisiéramos adoptar el mismo papel, la sociedad no seria capaz de avanzar. FORMACION

Sin embargo, vivimos en un país en el que todavía hay un 15% de paro mientras el 38% de las empresas manifiestan  sus dificultades para encontrar perfiles adecuados para sus proyectos (Fuente: Barómetro de la empresa familiar de KPMG). Es paradójico el dato de desempleo y la escasez de talento en numerosos perfiles profesionales y la ausencia de capacidades y habilidades necesarias que provocan la falta de candidatos aptos. Mientras hay una inflación de carreras que no satisfacen un modelo económico basado en el valor añadido, escasean los licenciados en materias como las disciplinas STEM (Ciencia-Tecnología-Ingeniería-Matemáticas).

Eso se suma a otros problemas hace tiempo detectados. Por ejemplo, los jóvenes llegan a la edad laboral sin conocer la realidad del trabajo debido a la gran distancia entre el sistema educativo y las necesidades laborales, la escasa colaboración entre las universidades y empresas y una falta de desarrollo de la FP DUAL. Muchos oficios se han creado en la universidad del trabajo, aprendices que sacrificaron sus ingresos unos años para aprender un oficio, y que hoy tienen oficio y trabajo asegurado.

PROPUESTA DE FUTURO

Si queremos labrar para las próximas generaciones en un futuro prospero, hay que insistir en valores como el esfuerzo, potenciar las capacidades individuales, adecuar los estudios a la realidad del trabajo y acercar la realidad laboral a los estudiantes, compartiendo tiempos de estudio con tiempos de colaboración y trabajo en la empresa.

La formación en sí misma no garantiza el futuro. El futuro nos viene marcado por las necesidades del mercado y hay que tener la capacidad de adaptarse. Unos cambios que se están produciendo a gran velocidad y nos obligan a todos a adaptarnos más rápido.

Las empresas y su continuidad necesitan de gente con espíritu emprendedor, con iniciativa, con amor y gusto por el riesgo, con generosidad en el esfuerzo y con carácter para tomar decisiones.

Éste es el entorno en el que la sociedad, dentro y fuera de casa, debe trabajar, educando en el ámbito familiar en el esfuerzo y preparándonos para conseguir o generar un trabajo en el mercado laboral, no para que nos den un trabajo.

Cada uno tiene su papel y las leyes educativas deben aportar sistemas o soluciones que acerquen y compatibilicen el estudio y el trabajo, que acerquen el mundo laboral al de los estudios. Es necesario actuar bien hoy en la educación para asegurar el futuro, acercar la empresa a los centros educativos, educar en valores de esfuerzo y responsabilidad. Para ello, necesitamos la participación de toda la sociedad: gobernantes, docentes, padres y empresarios. Nosotros, los que lideramos un negocio, debemos también transmitir con ilusión y en positivo nuestra labor y aportación a la sociedad.

Francisco Esparza
Presidente de ADEFAN (Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar en Navarra)

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