El vicepresidente segundo y titular de Vivienda del Gobierno de Navarra, José María Aierdi, y el arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez, firmaron este lunes en el Palacio Episcopal de la capital navarra un convenio inédito hasta ahora. Según informó el Gobierno de Navarra a través de un comunicado, la Iglesia católica ha optado por ceder un número de viviendas de su patrimonio, actualmente en desuso, para que puedan ser arrendadas por medio del programa público de alquiler social que gestiona la sociedad pública Nasuvinsa. Ambos estuvieron acompañados por el director general de Vivienda del Ejecutivo foral, Eneko Larrarte, y el ecónomo diocesano de la Archidiócesis, Carlos Esteban Ayerra.
De esta manera, el parque público de vivienda de alquiler puede aumentar su oferta aprovechando pisos actualmente vacíos y, por su parte, el Arzobispado de Pamplona y Tudela obtiene apoyo del Ejecutivo foral para rehabilitar su patrimonio y ponerlo en valor ante la demanda social existente de vivienda en régimen de arrendamiento. Según informó el Gobierno foral, Nasuvinsa acometerá estas actuaciones, “pero correrán a cargo de la entidad propietaria, pudiéndolas ir descontando de las rentas de alquiler que perciba”.
Inicialmente se habilitarán trece viviendas para su arrendamiento protegido durante al menos siete años y medio de período de cesión, sin perjuicio de que, a raíz de este marco de colaboración establecido entre el Gobierno de Navarra y la Archidiócesis de Pamplona y Tudela, este parque se pueda ir ampliando en posteriores cesiones. Las viviendas cedidas se ubican en Pamplona, Tudela, Estella, Orkoien, Ihaben, Campanas, Bargota y Undiano.
El número de viviendas adscritas a la bolsa de alquiler ha crecido un 70 % en los últimos cinco años, pasando de 475 a 804. A estas se sumarán los trece pisos del Arzobispado.
Se sumarán a los 804 pisos propiedad de particulares con los que cuenta actualmente la bolsa de alquiler del Gobierno, que Nasuvinsa gestiona a través del censo de solicitantes de vivienda protegida con el objetivo de atender la creciente demanda social en régimen de arrendamiento y a precios asequibles.
Esta cantidad de viviendas cedidas para su alquiler ha ido creciendo “considerablemente” a partir de las medidas de incentivo aprobadas en 2016, al pasar de las 475 viviendas adscritas al programa entonces hasta las 804 actuales, con un incremento del 70 % en cinco años.
En este sentido, Aierdi agradeció la colaboración de la Archidiócesis y la calificó como un ejemplo a seguir para personas particulares que deseen aportar su vivienda en desuso y generar un beneficio social, además de obtener una rentabilidad económica con su alquiler. Así, Aierdi subrayó “la importancia del programa de la bolsa de alquiler, como una de las acciones estratégicas del Gobierno foral para movilizar vivienda vacía en la ciudad consolidada y como instrumento para hacer efectivo del derecho de acceso a una vivienda digna”.
“Nuestro compromiso desde 2015 se ha centrado en tres líneas de actuación: la bolsa de alquiler para recuperar vivienda en desuso, impulsar una política de rehabilitación y promover a través de Nasuvinsa la construcción de 524 Viviendas de Protección Oficial (VPO) para alquiler social en los últimos cuatro años, a las que se sumaran otras tantas en el futuro, hasta superar el millar”, declaró el vicepresidente Aierdi.
REFORMAS POR VALOR DE 114.000 EUROS
A través del mencionado convenio, la Archidiócesis de Pamplona-Tudela autoriza expresamente a Nasuvinsa a realizar en el conjunto de las viviendas cedidas las obras de adecuación necesarias “para garantizar que cumplen las condiciones mínimas de habitabilidad exigidas por la normativa vigente, condición previa a la incorporación a la bolsa de alquiler de vivienda usada”.
Como anexo al convenio de colaboración, se adjunta el presupuesto elaborado por Nasuvinsa para acometer las obras de adecuación en cada las viviendas, con un coste total que asciende a 114.200 euros. Se especifica en el convenio que Nasuvinsa acometerá estas reformas por cuenta de la parte propietaria, con el objetivo de que las viviendas “reúnan las condiciones de habitabilidad requeridas para poder adscribirse al programa”. En este sentido, se precisa que la Archidiócesis de Pamplona-Tudela deberá liquidar el importe de las obras ejecutadas por Nasuvinsa al término de las mismas, o bien se le descontará de las mensualidades de renta a abonar por la sociedad pública.
Las reformas se acometerán en dos fases. La primera incluye ocho de las viviendas, con un coste global de 41.800 euros, cuyos presupuestos ya han sido aprobados por la Archidiócesis. En una fase posterior, pendiente todavía de autorización por la propiedad, se adecuarán las cinco viviendas restantes, con una inversión total de 72.400 euros
La adjudicación de las viviendas se realiza a través del Censo Único de Solicitantes que gestiona Nasuvinsa, en el que deben inscribirse todas las personas que deseen acceder a una vivienda protegida en la Comunidad foral. Con una sola inscripción el solicitante puede optar a todas las viviendas protegidas, tanto en régimen de compra como de alquiler.
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