Aunque tal vez resulte difícil de creer, es posible guardar todas las cosas de un piso de cien metros cuadrados en un trastero de diez. En eso se basa la regla ‘diez a uno’, poco conocida por el público general pero muy aplicada por el creciente sector del autoalmacenaje. Según datos de 2023 recogidos por la Federación de Asociaciones Europeas de Self Storage (Fedessa), España ocupa ya el cuarto puesto de Europa en número de instalaciones de trasteros, con 585. Además, la empresa de análisis ReportLinker detalla que el mercado europeo de almacenamiento generará un volumen de negocio cercano a los 3.800 millones de euros en 2026, frente a los 2.990 millones de 2020. Datos que a su vez refrenda la Asociación Española de Self Storage (AESS).
La Comarca de Pamplona no se ha quedado atrás en esta tendencia y ya cuenta con más de media docena de empresas operativas. Precisamente, la inminente llegada de Oh My Box, un reconocido gigante de dicha industria, demuestra el crecimiento exponencial del sector en la Comunidad foral, donde varias compañías proyectan nuevas inversiones para aumentar su capacidad. Nicolás Pérez, director general y cofundador de esta firma, adelanta a Navarra Capital que su futuro espacio ubicado en la calle Madres de la Plaza de Mayo, en Nuevo Artica, «tendrá 6.000 metros cuadrados de almacenamiento y estará operativo a partir del tercer trimestre de este año».
Oh My Box se fundó en Barcelona en 2013 y, seis años después, fue comprada por Safestore, el segundo operador de autoalmacenaje a nivel europeo. Actualmente, cuenta con doce instalaciones en las capitales madrileña y catalana, aunque espera sumar dieciséis a final de año. Pamplona es su próxima apuesta: «El norte nos parecía una zona interesante y, gracias a una oportunidad inmobiliaria, hemos empezado por ahí. Es una ciudad a tener en cuenta por su dinamismo y la gran cantidad de estudiantes e industrias que acoge».
En concreto, ofrece un servicio de alquiler de trasteros, tanto a particulares como a empresas, con el objetivo de solucionar problemas de espacio en las viviendas, mudanzas, reformas o simplemente para facilitar un lugar seguro a quienes desean guardar su material laboral. El acceso está permitido todos los días del año, de 7:00 a 23:00 horas, y los espacios están videovigilados y conectados con una central de alarmas. Así, cada persona entra con un dispositivo de acceso particular. «Todo lo que se guarda está asegurado para que los clientes estén tranquilos», añade el empresario.
LAS EMPRESAS NAVARRAS
El desván, TodoKB, Storage Blue, Teguardo o Lock & Stock son algunas de las firmas navarras que ya operan en el sector. Luis Urdánoz, socio fundador de esta última, administra un trastero urbano de 300 metros cuadrados en la plaza Obispo Irurita 5, sobre todo enfocado en clientes particulares: «Nuestro objetivo es ofrecer un trato personalizado, conocer los nombres y apellidos de nuestros usuarios. Tener un negocio más pequeño, pero más directo».
En su local ofrece almacenamiento en trasteros con tamaños que varían entre los dos y los ocho metros cuadrados, así como taquillas de metro y medio. Sin embargo, añade Urdánoz, el mercado empieza a demandar «más espacio para mobiliario o servicios a empresas», por lo que abrirá próximamente una nave de 1.200 metros cuadrados en Mutilva. De esta forma, cuadruplicará su capacidad. «Eso nos va a permitir llegar a todo el mundo: a las empresas, al pequeño cliente y al estudiante, es decir, ofrecer un servicio integral», apostilla.
Aunque es consciente de que la llegada de grandes empresas presenta nuevos desafíos al negocio, entiende que se trata de servicios diferentes: «Cuando alguien llama por teléfono a nuestra compañía, soy yo, soy Luis. Yo doy la cara e intento solucionar los problemas a la gente. Ese tipo de cosas no te las dan las nuevas empresas automatizadas».
UN SECTOR POR CONOCER
Fedessa asegura que, en España, el 47 % de la población no sabe qué es el self storage, por lo que el margen de crecimiento aún es muy importante. Así mismo, la entidad indica que el precio anual medio de renta por metro cuadrado asciende a 276 euros, por debajo de la cifra europea.
En ese contexto, el CEO de Promociones Irizu, Íñigo Izuriaga, realizó un estudio de mercado sobre el tema hace seis años. «Percibí que había mucha demanda y que a la gente no le importaba desplazarse de un barrio a otro para satisfacerla», apunta.
Desde entonces, el sector ha crecido «notablemente», sobre todo en la periferia de la capital navarra. «Pamplona no es tan grande, por lo que ya queda poco espacio en el mercado para explotar», comenta el empresario pamplonés. Sin embargo, la Rochapea e Iturrama aún tienen «gran potencial». Por eso, espera la licencia para poner en marcha dos espacios de este tipo en dichos barrios.
Izuriaga considera que el modelo de negocio busca ahora «la adaptabilidad del espacio a las necesidades». Además, atribuye parte del crecimiento del sector a la reducción del tamaño de las viviendas: «Las casas cada vez son más pequeñas y disponen de menos almacenaje, pero la gente compra más cosas. Hay viviendas que disponen de estos locales en los garajes, pero son más inseguros. La suma de estos factores ha propiciado que los trasteros ya se hayan convertido en un servicio que soluciona una necesidad».
