El turismo, como actividad humana, se enfrenta a una terrible paradoja. Por un lado, representa una actividad que supone para quien la practica salir de lo que los modernos llama ‘zona de confooooooort’ (así con muchas ‘o’ para hacerse los interesantes) para buscar espacios ajenos representados en otro idioma, cultura o país.
Sin embargo, este afán por escapar de nuestra gris y estresante rutina choca de lleno con que viajar se ha convertido prácticamente en una actividad casi cotidiana. Efectivamente, contamos las horas que faltan para que llegue el ansiado viernes por la tarde y coger a la familia para perderse por ahí o, si se tercia, disfrutar de una escapada romántica o con amigos.
El problema es que si no dejamos de viajar, las ideas y la ilusión, poco a poco, se van agotando hasta llegar al fatídico momento en el que se produce la terrible pregunta: ¿vamos a ir otra vez a…? Y lo dejamos ahí. El tema es que, frente a la costumbre se ha levantado y empieza a extenderse, sobre todo, entre los viajeros más irreductibles, un nuevo concepto que ha dado en llamarse ‘nuevo turismo’ ¿Cuáles son las claves de este nuevo movimiento? Una fundamental, plantearse destinos en virtud de tus propias sensaciones.
Así que, adiós, por tanto, al manido recurso de sol y playa y ¡bienvenida la búsqueda incansable de la sorpresa y las emociones imprevistas! ¿Quieres algunos ejemplos? Pues vamos a ello.
- Viajes frikis para todos los públicos: consumir series y películas y convertirse en un fan ya no es algo único para frikis. Hacer viajes y aprovechar localizaciones míticas de series se convierte en un ‘must’ muy común entre todo tipo de turistas, que convierten Hampshire (Downtonw Abbey), Dubrovnik (Juego de Tronos), Birminghan (Peaky Blinders), Londres (Sherlock Holmes o Harry Potter) o Dublín (Penny Dreadful), en centros de encuentro que hacen tours especiales centrados en estas series distintos de los habituales y más tradicionales. Así, los viajes se preparan como algo experiencial, “porque nos gusta mucho más sentirnos parte de la serie que vemos cada noche en nuestro salón que admirar los monumentos típicos de la ciudad que estamos visitando”.
- Los kilómetros dejan de ser un problema: sí, se puede volar a la luna, y de hecho, hacerlo de forma turística. Es espectacular comprobar cómo el turismo tiene que adaptarse a las nuevas exigencias de los viajeros, que no se conforman con un viaje al lugar más exótico de este planeta, sino que ya necesitan salir de la órbita y poner rumbo a uno de los puntos más codiciados del universo. Spacex ya ha anunciado que cuenta con el primer tripulante de su nave con destino al satélite lunar, haciendo de uno de los sueños del visionario Julio Verne, una realidad.
- La experiencia es lo más importante: saturados como estamos de información, cada vez más valoramos positivamente un viaje por las experiencias que nos aporta que por lo que hemos visitado. Somos capaces de repetir una escapada o un viaje y tener ganas de hacerlo para, por ejemplo, rencontrarnos con los recuerdos, volver a comer en un restaurante que nos encantó, ver un monumento en una estación del año diferente… Así, el valor emocional retoma importancia sobre el racional, y en vez de dejarnos sorprender por el destino, nos gusta comenzar a sorprendernos antes de preparar el viaje.
- La gastronomía, la cultura o los festivales, el viaje en sí: el turismo está evolucionando hacia los lugares más insospechados. Hay muchos viajes que se planean para tomar un helado determinado, disfrutar de una cerveza artesanal de un lugar concreto o visitar una ciudad particular aprovechando el viaje con motivo de un espectáculo o concierto. Esto demuestra que, cada vez más, el destino tiene una importancia relativa ya que lo que de verdad se valora es encontrar un pasatiempo que esté directamente relacionado con tus hobbies, por ejemplo.
Con todos estos ingredientes, por lo tanto, no está de más traer a colación el importante apunte que nos dejó escrito una persona tan sabia como el ex primer ministro hindú Jawaharlal Nehru cuando afirmó que “vivimos en un mundo tan maravilloso y tan lleno de belleza, encanto y aventura que no hay fin posible para todas las aventuras que podemos tener si las buscamos, eso sí, con los ojos bien abiertos“. Porque, al final del todo, estemos o no ante un ‘nuevo turismo’ todo se reduce a eso a aspirar con la mirada y el corazón a vivir intensamente todo lo que nos rodea. ¿Ya estás preparado o preparada para vivir tu próxima aventura?