Una información de Mikel Benet para Navarra Capital
En los últimos cuatros años, este doctor ingeniero industrial ha sido ponente en charlas TEDx, jornadas y seminarios centrados en el ámbito de la Gestión de la Innovación y el Sistema de Ciencia y Tecnología. El próximo 1 de junio visita Pamplona, invitado por ANEL (Asociación Navarra de Empresas Laborales), para ofrecer una conferencia titulada “Claves para un nuevo liderazgo económico y social” en el marco del ciclo de Conferencias sobre Liderazgo participativo que organiza la asociación empresarial.
El concepto liderazgo está muy manoseado y no siempre alude a lo mismo, ¿qué significa para usted?
Liderazgo es una palabra que está unida a personas y proyectos. Particularmente a proyectos de cambio. Cualquier cambio requiere de personas trabajando juntas, sumando: el liderazgo es lo que hace posible esa suma, es el catalizador que hace que el proceso avance al ritmo adecuado.
¿De dónde surge el concepto de «nuevo liderazgo económico»?
El modelo económico necesita de importantes ajustes. El ritmo de creación de riqueza se ha ralentizado, y las desigualdades van en aumento. Es un momento de transformación, en el que las recetas tradicionales no sirven, es preciso abordar cambios profundos. Para esos cambios necesitamos de nuevo liderazgo. El tradicional no da respuestas válidas en este momento. Y, además, las personas hemos cambiado, la globalización y la tecnología nos han cambiado los esquemas. Personas con esquemas nuevos, necesitan de nuevos liderazgos.
El modelo económico necesita de importantes ajustes, estamos en un momento de transformación y es preciso abordar cambios profundos»
¿Abunda el liderazgo en las empresas?
La materia prima del liderazgo es la persona. Y por fortuna las empresas están hechas de personas, así que los recursos necesarios están al alcance. Lo importante es que también haya proyectos compartidos. Con personas y proyectos compartidos, el liderazgo encuentra siempre un cauce para desarrollarse.
¿Cuáles son las tres características que definen este «nuevo liderazgo»?
Es difícil quedarse con tres. Si tuviera que elegir me quedaría con el compromiso, la transparencia y la esperanza. Compromiso porque los cambios que debemos afrontar requieren un gran esfuerzo. Transparencia porque hay que conseguir que muchos participen, y para lograrlo lo primero es que la información relevante esté al alcance de todas las personas. Y esperanza porque los cambios llevarán tiempo, y muchas veces no saldrán a la primera, y es preciso mantener en todo momento el ánimo, infundir la confianza en que el proyecto saldrá adelante.
Con personas y proyectos compartidos, el liderazgo encuentra siempre un cauce para desarrollarse»
¿Cómo se implementa este estilo en una pyme?
Igual que en cualquier otra parte. La ventaja es que, siendo menos personas, la comunicación personal es más sencilla, y esa es la que permite transmitir mejor el compromiso, transparencia y esperanza. No hay nada como el contacto personal para activar el liderazgo compartido.
¿Cuáles son los principales ‘retos de futuro’ a los que se enfrenta un ‘nuevo líder’ a la hora de gestionar al grupo humano que depende de él?
El reto del liderazgo siempre es el mismo. No se cambian las cosas si no se pone el corazón, las emociones en juego. Y una vez que se crea esa implicación emocional, esa pasión por el proyecto, por los cambios necesarios, luego hay que vivir con ella. Con la frustración que se genera cuando surgen obstáculos, cuando las cosas no salen a la primera. Cuando se descubre que son necesarios nuevos proyectos, más cambios en los que volver a poner de nuevo todas las emociones… No hay receta para curar ese dolor, hay que aprender a vivir con él, sin por ello perder la sonrisa. Siempre hay que mantener la esperanza.