Los grupos de WhatsApp de padres y apymas de los colegios echaban humo a media mañana de este viernes. Llevaban todo el verano esperando la noticia. ¿Cómo será la vuelta al cole? Por fin, hay un protocolo al que agarrarse para el inicio de las clases. Y las medidas adoptadas por el Gobierno de Navarra provocan en los padres diferentes opiniones, sentires y preocupaciones para adaptar los cambios en la agenda escolar a su vida laboral. Básicamente porque hay infinidad de casuísticas.
El consejero de Educación, Carlos Gimeno, y la consejera de Salud, Santos Induráin, anunciaron las diferentes medidas adoptabas entre ambos departamentos. Todos los centros educativos deberán implantar el horario continuo a partir de octubre. En Primaria, las jornadas serán de 9:00 a 15:45 horas, incluyendo el servicio de comedor. En Secundaria, de 8:00 a 15:00 horas.
Además, el ratio máximo por aula será de 20 alumnos en Infantil; no habrá extraescolares; y el uso de la mascarilla será obligatorio en el aula, los espacios comunes y el transporte a partir de 5º de Primaria, cuando actualmente es obligatorio solo para mayores de doce años. Eso, inevitablemente, supondrá un gasto añadido para las arcas familiares.
Irene Marcilla: “No les quiero dejar por las tardes con los abuelos para evitar contagios. Tampoco contratar a un externo, pues supondría un sobrecoste y un riesgo añadido”.
Irene Marcilla es madre de dos hijos, que empezarán 4º de Primaria y 1º ESO respectivamente en el colegio Teresianas de Pamplona. Ella trabaja en la Universidad de Navarra de 9:00 a 17:00, en jornada continua. Y su marido a turnos de mañana, tarde y noche. “No sé qué voy a hacer en el trabajo si el horario del cole es continuo”, señalaba preocupada a este medio.
Como tantos otros, tendrá que “apañarse” para cuadrar los horarios de su marido y los suyos con los de sus hijos. Y ya barrunta que le tocará conversar con la universidad para intentar salir antes y, por ejemplo, recuperar horas de trabajo los fines de semana: “Lo que tengo claro es que no les quiero dejar por las tardes con los abuelos por prudencia, para evitar contagios. Tampoco contratar a alguien externo que los cuide, pues eso supondría un sobrecoste de dinero y un riesgo añadido al no saber con qué otras personas está en contacto”.
Lola Maldonado: “Solo espero que primen la salud y la seguridad de nuestros hijos, ya vayan a un colegio público como a uno concertado”.
Diferente es el caso de Lola Maldonado. Es madre de dos hijos que cursan Primaria y ESO en sendos colegios concertados de Pamplona. Además, forma parte de sus respectivas apymas. Como muchos padres de los 8,2 millones de niños españoles que comenzarán en septiembre el colegio, su sentimiento es de desazón, incertidumbre e incluso miedo. A título personal, la jornada intensiva marcada por las autoridades navarras le parece positiva, dada su situación. Pero es consciente de que a otros les trastocará por completo su vida laboral. “Yo siempre abogaba por esa opción, pero hay un problema añadido. ¿Qué hacemos con los niños por las tardes? No obstante, si esa decisión es en beneficio de la salud de los alumnos, me parece que es correcta. Me siento satisfecha como madre”, valoró.
En su caso, no trabaja fuera de casa, así que puede quedarse al cuidado de los niños. Ahora bien, su mayor preocupación es la salud de sus hijos: “Hay presupuesto e intención para que todo se haga lo mejor posible. Solo espero que primen la salud y la seguridad de nuestros hijos, ya vayan a un colegio público como a uno concertado”.
Sergio Gómez Salvador: “El Gobierno debe facilitar la conciliación. Sobre esto no ha dicho nada”.
Sergio Gómez Salvador es miembro de la junta directiva de CONCAPA y padre de tres niños. Tanto él como su mujer trabajan fuera de casa y a turno partido. “Parto de la base de que, a mi parecer, los centros no deberían abrirse. Cuando se cerraron los colegios en marzo, había tres casos de menores infectados en Navarra. Hoy hay 54. Por eso, el hecho de que los colegios hagan el esfuerzo de abrir ya es una buena noticia. Se ha montado un gran revuelo por la decisión de la jornada continua y creo que es una ventaja y no un inconveniente. No obstante, toda la comunidad educativa debemos hacer un esfuerzo enorme para evitar los cierres de los colegios, más allá de si a unos les viene bien o mal”.
Gómez incide en la necesidad de facilitar la conciliación, una de las carencias que ve en el protocolo: “Entiendo que haya gente a la que le venga fatal la jornada continua. A mí el primero porque soy autónomo y trabajo mañana y tarde, pero debemos intentarlo”. Ahora bien, para que pueda llevarse a cabo reivindica que sea el Gobierno foral el que favorezca la conciliación “y de esto no ha dicho nada, no hay ni una sola medida”.
También considera que si un padre debe estar en casa con su hijo por el cierre del colegio o porque ha habido un caso de Covid-19 en su clase,“debería poder cogerse una baja por cuidado de un menor o reducirse la jornada si fuera necesario”. Él lo tiene claro: “Ahí se terminaría todo el problema de la conciliación”. De modo que apela a que se tomen decisiones en este sentido de manera conjunta con el departamento correspondiente.
Herrikoa: “Solicitamos que se establezcan los mecanismos por parte de las administraciones para colaborar con las apymas en el funcionamiento de los comedores”.
Por otra parte, desde la Federación Herrikoa de Apymas de Navarra, muestran su satisfacción por los esfuerzos realizados “para garantizar una educación presencial” así como que se haya atendido su petición de de abrir el servicio de comedor en el escenario 2. Si bien recuerdan que ya pusieron sobre la mesa del Departamento de Educación en el junio, que una buena parte de los comedores escolares de los centros públicos de nuestra comunidad son gestionados por las APYMAs, y Educación únicamente gestiona los comedores comarcales.
En este aspecto, consideran que la apertura de los comedores escolares va a suponer un importante esfuerzo económico que o bien es asumido por las “mermadas arcas de las Apymas o bien es sufragado mediante derramas por las familias”. Por eso solicitan que se establezcan mecanismos, por parte de las diferentes administraciones, para colaborar con las Apymas en la puesta en funcionamiento de estos. “Los comedores escolares constituyen un servicio absolutamente imprescindible y ampliamente demandado por las familias, ya que no sólo cumplen un marcado carácter conciliador, sino que permiten a la Administración cumplir una importante función social a través de las becas comedor”.
Igualmente, señalan su preocupación por los niños en caso de aislamiento durante el curso. “Desde Herrikoa vamos a realizar todos los esfuerzos necesarios para que por parte del departamento correspondiente se adopte algún tipo de medida que de cobertura legal a los padres y madres ante esta situación, ya que en caso de no existir ninguna tendremos que recurrir, el que cuente con ello, a los abuelos, un grupo de población al que sin duda hay que proteger”. Para Herrikoa, es esencial adoptar soluciones que permitan compaginar la actividad docente presencial con la situación sanitaria “sumar entre todos y no escatimar en recursos, ya que lo excepcional de la situación requiere soluciones excepcionales y a la altura”.
Manuel Marín: “Es muy importante que haya flexibilidad y cintura porque la situación es cambiante”.
LA VISIÓN DE LOS COLEGIOS
Por su parte, Manuel Martín, presidente del Consejo Escolar de Navarra, quiso recalcar la buena disposición, el diálogo y el esfuerzo del Departamento de Educación para llegar a tomar estas medidas. “Lo más importante es asegurar la educación presencial porque esto es incuestionable. Me parece que es un protocolo muy positivo y ya se aprobó uno similar en junio por unanimidad. Creo que es muy importante que haya flexibilidad y cintura porque la situación es cambiante”. Así mismo, hizo hincapié en la importancia de que toda la comunidad educativa vaya de la mano porque es “la única manera de salir adelante”.
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