Están por todas partes: en las plazas, en los parques, en las aceras. Quizá lo haya visto. O quizá sea uno de ellos. En todo caso, le confirmamos que no está viendo doble. Si en los últimos años el running había atrapado a millones de aficionados, la irrupción del Covid-19 supuso un auténtico boom que animó a los más sedentarios a desempolvar las zapatillas. A la necesidad imperiosa de respirar aire fresco tras un confinamiento que parecía interminable, se unieron asimismo las debidas precauciones ante el temido virus. Estos dos aspectos, que en un principio parecen irreconciliables, hacen las paces cuando llega el momento de correr. “La carrera a pie es uno de los deportes que menos riesgo entraña de cara a un posible contagio: se practica en espacios abiertos al aire libre y no implica contacto físico directo. Además, se trata de una afición que no exige un gran gasto ni horarios fijos y que resulta muy beneficiosa para la salud”, afirma Eduardo González, experto científico de Cinfa.
A la necesidad de respirar aire fresco tras un confinamiento que parecía interminable, se unieron asimismo las debidas precauciones ante el temido virus.
Numerosos estudios respaldan su planteamiento. En efecto, cuando hacemos ejercicio regularmente liberamos endorfinas, unas sustancias cruciales para el bienestar físico y emocional. Y teniendo en cuenta la factura que pasó la pandemia en la salud mental de la población, ese potencial terapéutico no hace sino dotar de más atractivo a esta actividad.
¿Le están entrando ganas de calzarse unas deportivas y de huir de sus problemas? Mantenga la calma y recuerde estas dos palabras clave: paciencia y sensatez. Si nosotros no le convencemos, confíe al menos en el VI Estudio CinfaSalud Percepción y hábitos de los corredores y corredoras españoles, que arrojó cifras preocupantes sobre las consecuencias de trotar sin precauciones. Del informe se extrae que, en los doce meses anteriores a la investigación, seis de cada diez runners habían sufrido problemas de salud mientras practicaban este pasatiempo. Asumimos que usted no quiere formar parte de esta estadística, por lo que le invitamos a leer a continuación estos diez consejos que le permitirán sudar sin miedo:
1. Mejor solo que bien acompañado: Lo entendemos. Muchos encontraban en el running una excusa para socializar. Y ese componente es uno de los aspectos más bonitos del deporte, pero por ahora debemos renunciar a él. Si sale a trotar, preocúpese por mantener una distancia de seguridad interpersonal razonable, que incluso ha de ser mayor en estos casos. “Según un estudio de la Universidad Tecnológica de Endhoven (Países Bajos), el movimiento que generamos al correr provoca una corriente de aire a nuestra espalda. En ese flujo se transportan esas pequeñas gotas que podemos emitir hasta una distancia que supera los dos metros o más, si la velocidad es mayor. Para que el corredor que viene detrás no aspire nuestras partículas respiratorias, este estudio concluye que debemos dejar unos diez metros de distancia con respecto a él”, expone González. ¿No puede renunciar a salir sin su media naranja? Compruebe al menos de moverse en paralelo, “mirando siempre hacia delante y evitando girar la cabeza en dirección a la otra persona”.
2. Si no hay distancia de seguridad, lleve la mascarilla: A día de hoy, las autoridades sanitarias españolas han establecido que no es exigible portar la mascarilla mientras nos ejercitamos, siempre y cuando lo hagamos individualmente, al aire libre y manteniendo en todo momento la distancia mínima con otras personas que no sean convivientes. Si prefiere ser más precavido, recuerde que existen en el mercado mascarillas específicas para el uso deportivo.
3. ¿El chequeo pa’ cuándo?: No todos nacimos para competir en triatlones. Si se hiperventila después de trotar durante cinco minutos o si forma parte de ese selecto club que suspendió tres veces la asignatura de Educación Física, chequee su salud antes de emprender esta nueva aventura. Se lo imploramos: no espere a estar lesionado o a mostrar signos de alguna enfermedad para ir al médico.
4. No lo sabe todo, acéptelo: Internet es un océano sin fondo de información. Seguramente encontrará en la web infinidad de consejos para confeccionar un plan de entrenamiento personalizado. Sin embargo, lo ideal -aunque duela en el bolsillo- es acudir a un entrenador formado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que se adaptará a su rutina, su estado de salud y sus metas concretas.
5. Caliente los motores: Y estírese después. Ambas precauciones son esenciales para reducir el riesgo de lesiones: los calentamientos previos permiten aumentar la temperatura del cuerpo y prepararse para el ejercicio, mientras que los estiramientos posteriores contribuyen a aliviar la tensión en los músculos y tendones.
6. Mime sus pies: Es una de las partes del cuerpo que más se resiente al correr. Aquí viene el sermón: lávelos y séquelos todos los días, hidrátelos al menos dos veces a la semana y córtese correctamente las uñas. Por otra parte, acuda a un podólogo para tratar los callos y durezas. Y asegúrese de llevar las zapatillas más idóneas para usted, adaptadas a sus objetivosa su manera de pisar y con una amortiguación adecuada para su peso.
7. Y al séptimo día, descansó: Respete los días de reposo. este estado de quietud se le conoce también como ‘entrenamiento invisible’, esencial para aumentar el rendimiento físico del runner y prevenir las lesiones. Esa tregua no le otorga un salvoconducto para quedarse hasta la madrugada cotilleando la vida de su expareja en redes sociales: debe dormir entre siete y nueve horas diarias.
8. ¡Suelte el chocolate!: Siga una dieta variada y equilibrada. Los runners, como el resto de los mortales, también deben consumir todos los tipos de alimentos. No obstante, la actividad física exigente demanda especialmente la ingesta de aquellos que contengan hidratos de carbono, unos macronutrientes presentes en la pasta, el pan, las harinas y los cereales. De esta manera, logrará mantener los depósitos de glucógeno de su organismo lo más llenos posible.
9. Hidrate su cuerpo: Antes, durante y después del ejercicio. Puede parecer exagerado, pero al sudar perdemos una gran cantidad de agua y electrolitos a través del sudor. Si no ingiere los líquidos necesarios para reponer estas pérdidas, su rendimiento físico se reducirá y aumentará el riesgo de lesiones.
10. Gánele al dolor: Con el fin de proteger y aliviar las molestias en las rodillas, pies y en las articulaciones que más sufren al correr, puede acudir a su farmacia de confianza para adquirir el producto más ajustado a su necesidad o al tipo de carrera que vaya a practicar.