Bombones, chocolates, turrones, roscones de Reyes, pastelería, bollería…. En esta tradicional confitería vitoriana saben muy bien cómo elaborarlos con la máxima calidad. Los hermanos Iñigo y José Manuel Goya Picazo, a cargo de la empresa desde la primera década de este siglo, han heredado la responsabilidad de preservar el legado de una familia muy dulce. Y lo hacen con éxito, fusionando la más pura tradición con la innovación, teniendo siempre como máxima a las personas que van a disfrutar de sus productos.
“Optamos por conservar quienes somos”: José Manuel Goya Picazo
Como explica José Manuel Goya, representante de la quinta generación, “mantenemos lo que se ha consolidado como tradición, las características del producto, porque eso es lo que no hay que perder”, pero asegura que también innovan de muy diferentes maneras: con la creación de nuevos productos, ampliando las instalaciones, modernizando los sistemas de elaboración, adaptando los formatos y envoltorios a la demanda de sus clientes y creciendo en número de tiendas “para acercarnos más a ellos”.
EL LEGADO DE UNA FAMILIA MUY DULCE
Fundada en 1886 por Manuel Goya, en Confituras Goya tienen tan buen hacer que no defraudan al paladar. Pero fue José Goya Mendizábal, abuelo de los actuales propietarios, quien incorpora las novedades que han llegado a convertirse hoy en seña de identidad de la empresa: los bombones ‘Vasquitos y Nesquitas’. “Durante la tercera generación, los años 20 a 40, se crearon los Vasquitos y Nesquitas, las trufas, los bombones y los turrones. Esta fue la época más activa”, indica José Manuel.
“El abuelo creo una caja surtida con bombones Vasquitos y las pastillas de café con leche Nesquitas y otras especialidades”, relata José Manuel Goya, “pero este nombre generaba confusión en cuanto al contenido, por lo que en el año 97 le pusimos el nombre definitivo de ‘Vasquitos y Nesquitas. Surtido de bombones’”. Y ese mismo año, además de trasladar el obrador a un nuevo pabellón, transformaron las Nesquitas en bombón, adaptándose así a los nuevos gustos de su clientela. “Todo se reordenó y se cambió el diseño con mucho cuidado de mantener las señas de identidad”, enfatiza José Manuel.
Y este es otro de los sellos de Confituras Goya, la innovación, que se puede ver en los nuevos productos como el turrón de trufa y naranja creado hace 8 años, o los macarons de reciente elaboración, o los bombones de molde, creación de esta generación, que ha contado con el impulso de la generación anterior en la línea de los bombones belgas. A este respecto, José Manuel cuenta una curiosidad: “nosotros hacemos todo, somos chocolateros y somos bomboneros. Resulta curioso que en Suiza se especialicen en chocolate, en Bélgica en bombones, y Confituras Goya en los dos”.
Pero en Confituras Goya no se conforman con ampliar la gama de producto. “El año pasado detectamos que a la gente le gusta que se vea bien el turrón y para satisfacer esta demanda hicimos un diseño con una ventana más grande desde la que se distingue perfectamente el producto. Nos costó encontrar el formato, pero lo hemos conseguido”, explica con satisfacción José Manuel.
LA ESQUINA MÁS DULCE
El equilibrio entre tradición e innovación está hilado con punto fino en Confituras Goya, siempre con la perspectiva de las demandas de sus felices clientes. Y la expansión de su red de tiendas a otras ciudades forma parte de este proceso continuo en el que no se renuncia a la tradición. Pamplona es la primera ciudad en la que se han instalado debido al interés de Rafa Velázquez Goya, primo de la familia afincado en la capital navarra, quien tiene recuerdos muy tempranos de su vida relacionados con el obrador y la tienda, con el chocolate, el bizcocho de las Comuñas de Arratia o el praliné. “Solía comentar con mi tío José Manueal las ganas que tenía de traer Goya a Pamplona, y desde hace 6 años es ya una realidad”, explica con orgullo el propietario de ‘la esquina más dulce’ de la capital navarra.
Y en estas fechas tan señaladas donde la tenemos tan próxima la Navidad, Rafa Velázquez y sus primos se acuerdan especialmente del abuelo y de los turrones: “la mayor parte de variedades las creó José Goya, pero los de nuestra generación también hemos propuesto novedades”. De esta manera, los sabores a yema tostada, trufa y nata o yema y nuez entre otros, conviven con los de trufa y naranja, praliné de coco, o trufa y licor. Junto con los turrones, en Pamplona triunfan los Vasquitos y Nesquitas, las trufas, las palmeras de chocolate y de coco…
Además de en la capital navarra, en 2014 abrieron nueva tienda en el barrio vitoriano de Zabalgana, hace dos años en Logroño y uno en Bilbao: “cuando voy allí me parece que es una tienda se aquí” explica José Manuel, quien adelanta algunos planes de futuro. “Cuando se consolide con la apertura de las últimas 4 tiendas, seguiremos pensando en la expansión. Lo bueno de Vitoria es que en un radio de 100 km tienes ciudades en las que se puede garantizar que el producto sea tal y como se sirve en Vitoria”. En este sentido, José Manuel Goya Picazo afirma que no se han dejado tentar y han decidido mantener la tradición. “Optamos por conservar quienes somos”.