jueves, 28 marzo 2024

El sector del taxi y la falta de innovación

La autora recuerda que, ante un futuro lleno de interrogantes, la solución al conflicto del taxi no está en la huelga sino en dotarse de una cierta capacidad de adaptación que oriente al servicio a satisfacer la necesidad de movilidad del cliente.


Pamplona - 21 febrero, 2019 - 06:00

Silvia-ZubeldiaHace unos días asistimos a un espectáculo “bochornoso” con la huelga de taxis en Madrid y Barcelona, coincidiendo en el primer caso con la Feria de Turismo Fitur y con los consiguientes perjuicios a quienes nos desplazamos en esas fechas a una de las dos ciudades, por no hablar de la mala imagen que se proyectó con los atascos e incidentes violentos.

Personalmente, me descargué en el móvil aplicaciones de VTCs que aún no tenía y que pienso utilizar a partir de ahora, ya que incorporan una serie de ventajas para el usuario que me sorprende mucho que el sector del taxi aún no haya incorporado. Algunas de ellas si empiezan a verse en algunas aplicaciones como “MyTaxi”.

El ejemplo de los taxis es el de sectores protegidos que monopolizan un servicio, y se “acomodan” en el tiempo, sin innovar ni adaptarse a las nuevas tecnologías, ni a los nuevos hábitos de los usuarios, pretendiendo que “papá Gobierno (ya sea central o regional)” les proteja ante la entrada de nuevos competidores, con medidas restrictivas. “Señores, esto ya no se lleva”, a pesar de la decisión populista de la alcaldía de Barcelona (ya veremos lo que dura), que ha provocado la marcha de Uber y Cabify de la Ciudad Condal.

Seguramente hay muchos taxistas que invirtieron un dineral en su licencia, que para ellos supone un colchón económico de cara a su jubilación o a su futuro “traspaso”. Todo mi respeto y comprensión hacia ellos, víctimas de un sistema de licencias que ha generado un mercado especulativo que les ha perjudicado a la larga. Pero también en otros sectores se han devaluado otros activos que en su día se adquirieron en la creencia de hacer una gran inversión, tales como viviendas antes de la crisis, o licencias de apertura de farmacias antes de su liberalización en algunas zonas, por poner un par de ejemplos. La solución no es una huelga en unas fechas “clave” para hacer daño. La Ley del Taxi fue aprobada hace 13 años.

Se ha visto que tras dos semanas, Madrid ha sobrevivido al taxi. Y no solo eso, se ha disparado la venta de su competencia y de otros medios de transporte. La huelga no es la solución a todo. Se ha hablado en sectores de crear un fondo común o bolsa para compensar licencias etc. Este tipo de medidas son más inteligentes para afrontar la inminente reinvención que necesita el sector.

“Las VTC no son enemigos, sino consecuencia de un nicho de mercado surgido de una necesidad insatisfecha del usuario”. 

Por whastapp circulaban chistes de todos los colores: desde “los empleados de correos harán huelga para prohibir los emails” o “los impresores quemarán containers para obligar a que los usuarios de ebook se lean antes el libro en papel”, entre otras acertadas mofas de la situación.

Porque esto ya lo hemos vivido antes. Un artículo reciente del blog de Marc Vidal nos recordaba cómo a finales del siglo XIX los propietarios de coches de caballos protestaban contra los entonces nuevos coches a motor. Temían perder su empleo y lograron imponer la absurda medida del “red flager” o abanderado que, colocado delante del coche, limitaba su velocidad máxima. El miedo a perder sus empleos y un modelo de transporte que llevaba funcionando varios siglos sin problemas, les llevó a imponer una norma que mataba la innovación durante los años en que estuvo en vigor. La innovación tecnológica de los nuevos autos perdía valor ante esa limitación de velocidad que les hacía ser más lentos que los coches de caballos. Hasta que el gobierno de Londres autorizó el aumento de velocidad y la consiguiente eliminación del abanderado. Y ya sabemos lo que ha pasado hasta hoy y hasta dónde ha llegado el sector del automóvil. Los avances tecnológicos son claves en la revolución de la movilidad que estamos viviendo.

Las VTC no solo aportan tecnología, también rapidez para solicitar el servicio, tarifas más económicas, precio fijo, mejor trato, más medidas de seguridad, como saber el nombre y placa del conductor, localización en tiempo real, soporte y comunicación inmediata con la empresa, además de otros servicios como cargar el móvil, emisora al gusto del usuario, etc.   ¿Cuándo ha ofrecido esto una empresa de taxis tradicional?

ADAPTARSE O MORIR

Dejemos de pedir protección y espabilemos en orientación al cliente. Las VTC no son enemigos, sino consecuencia de un nicho de mercado surgido de una necesidad insatisfecha del usuario. Que sean un estímulo para evolucionar. En el futuro ya no habrá ni taxistas ni conductores de VTC. Estos convivirán en breve con nuevas formas de movilidad, como la de pedir un coche autónomo con el móvil. Y por muchos contenedores que se quemen o huelgas de taxis que se convoquen, la tecnología se acabará imponiendo.

En el futuro ya no habrá ni taxistas ni conductores de VTC. Estos convivirán con nuevas formas de movilidad, como la de pedir un coche autónomo con el móvil

Si hace 100 años dudaban de la pericia de un conductor humano, confiando más en el instinto del caballo para reaccionar ante imprevistos, hoy se duda de la “pericia” de una inteligencia artificial que va a controlar un coche autónomo. Pero este es el futuro, y el presente ya en algunos lugares. Que no nos paralice el miedo al cambio.

Estamos en un entorno cambiante y solo sobreviven los que se adaptan, los que innovan, los que se anticipan a esas nuevas tecnologías y nuevas formas de comprar, no los que “vetan” a los nuevos competidores entrantes.

Y sin embargo, en alguna ciudad muy cercana que todos conocemos muy bien, para pedir un taxi, todavía hay que llamar, esperar que dejen de comunicar, esperar que llegue el taxi, si es que llega,…….y así andamos porque aún no hay competencia, por ahora.

Silvia Zubeldía Díaz
Fundadora de Imago Innovation

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