Este año no habrá celebraciones físicas, ni desfiles, ni discursos. Solo celebración oficial on line del 1 al 5 de julio. Pero todo lo que se está cociendo en torno al domingo 28 de junio, Día del Orgullo Gay, está movilizando digitalmente a las masas. Sin ir más lejos, Correos lanzó el jueves 18 de junio una campaña con la que ponía a la venta sellos con la bandera LGTBI y con la que la empresa pública dijo mostrar su compromiso con el colectivo, y «su apuesta por la diversidad y la lucha contra la discriminación».
También ha preparado el ‘Paq Orgullo’, que incluye (o más bien incluía, porque se encuentra agotado en este momento) una bandera con los colores del arcoíris, un abanico de madera grabado en sublimación con los mismos colores, el sello del Día Internacional del Orgullo, y una postal prepagada con los mismos colores del arco iris. Además de los souvenirs, incluye la rotulación de la bandera LGTBI en nueve buzones, cinco vehículos, y en la pared de la oficina situada en el barrio madrileño de Chueca.
A partir de ahí, las redes han hervido en comentarios. Agradecimientos desde destacados defensores de la diversidad, hasta críticas desde otros entornos. Cada uno lo ve desde su perspectiva: ayuda, provocación, tino… lo cierto es que el nuevo sello de Correos y la nueva imagen pública, que le ha llevado a rotular con la bandera arcoíris y el hashtag #NoSoloAmarillo muchos de sus icónicos elementos, no ha dejado indiferente a nadie.
UN BENEFICIO DE 27.414 EUROS, DE MOMENTO
Pero vayamos a los datos reales, se han invertido 10.351 euros que se han convertido, por obra y gracia del debate generado entre los amigos y los no tanto, en medio millón de impactos.
Según la firma, a 25 de junio de 2020, han obtenido por las ventas un total de 37.765 euros: 15.695 euros por la compra de 5 sellos; 3.600 euros, por los ‘Paqs Orgullo’; y 18.470 euros por los sellos vendidos de forma individual. Es decir, por las ventas de sellos actualizadas a día 25 de junio, se habrían obtenido ya 27.414 euros de diferencia con respecto a lo que se ha invertido en la campaña.
Está claro que cuando Correos lanzaba su campaña ‘No solo amarillo’ en homenaje al colectivo LGTBI no esperaba tener la repercusión conseguida. En tres días, la empresa pública lograba ser trending topic en redes sociales, gracias al sello que ha acuñado y tras generar un intenso debate sobre la idoneidad o no de la decisión.
Acierto o desacierto, lo que está claro es que el ruido social y mediático está generando un gran beneficio a la empresa. De hecho, fuentes internas explican a Vanity Capital que, en este momento, el impacto generado alcanza el medio millón de euros. Es decir, que si hubieran tenido que gastar dinero en publicidad para obtener el resultado actual, hubieran necesitado invertir dicha cantidad.