¿Quién no sueña durante el año con sus vacaciones? Incluso durante la semana, con ese fin de semana idílico en un rincón alejado del mundanal ruido. Las deseadas vacaciones ocupan, además de nuestros periodos estivales, los pensamientos que más bienestar nos generan en muchos momentos del año.
Cada semana, descubrimos en VanityCapital numerosas opciones por las que decantarnos y en las que refugiarnos. Lugares en los que disfrutar de las últimas tendencias o en los que darnos los más soñados caprichos. Hoy, recién celebrado el Día Mundial del Turismo el pasado 27 de septiembre, añadimos a todos esos destinos un plus: la sostenibilidad. Porque disfrutar del tiempo de descanso no está reñido con cuidar el mundo que nos rodea.
El turismo sostenible (o sustentable) busca minimizar el impacto sobre el medio ambiente y la cultura local, al tiempo que contribuye a generar ingresos y empleo para la población del lugar que se visita. En definitiva, el turismo sostenible tiene en cuenta el entorno y a las personas del lugar al que se va de vacaciones.
Cuando el turista sostenible prepara su paquete vacacional, piensa en las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer tus necesidades, las de la industria, las del entorno y de las comunidades anfitrionas.
El mundo reacciona ante el fuego que devasta el Amazonas, la joven activista Greta Thunberg cada vez tiene más seguidores y las marcas lanzan campañas de publicidad para preservar los océanos. En este contexto, una parte pequeña, pero creciente de la población, ha decidido limitar lo máximo posible su huella de carbono. Y una de las formas más populares de hacerlo es modificando su forma de viajar.
De hecho, ocho de cada diez españoles aseguran intentar ser viajeros eco responsables, pese a que a la mitad le resulte complicado. Eso es lo que se desprende del ‘Estudio sobre los viajeros responsables’, realizado por el buscador de vuelos, hoteles y alquiler de coches Skyscanner.
LOS JÓVENES, LOS MÁS CONCIENCIADOS
Ya hay incluso pautas para aquellos que desean ser cada vez más sostenibles en sus viajes: preparar poco equipaje, llevar botellas reutilizables para el agua, disminuir el uso de plásticos, consumir productos locales… Y aquí, por supuesto, está el camino de los concienciados y disfrutones; y el camino de los más extremos, que buscan ya no lugares alejados y medioambientalmente responsables, sino vivir incluso sin electricidad.
A este respecto, según un estudio de Criteo, el país con más turistas sostenibles es Alemania, un con 22 % de ellos, seguido de Francia y Estados Unidos, ambos con un 18 %. En cuarto lugar se sitúa España, junto a Reino Unido, con un 17 % de viajeros sostenibles. Curiosamente, la misma fuente revela que la mayor parte de los viajeros sustentables se encuentra en la franja de edad joven, pues un 62 % de los turistas sostenibles pertenece a la generación Z y los millennials.
LOS DESTINOS MÁS SOSTENIBLES DE ESPAÑA
El turismo que cuida tanto el medioambiente y a las personas nace para paliar los efectos menos positivos del turismo convencional, como la contaminación de las reservas naturales, la erosión o el hacinamiento hotelero. En este sentido, hay destinos en el territorio nacional que nos ofrecen todo eso:
- Noja, en Cantabria, está incluido en el ‘Top 100’ de los destinos turísticos más sostenibles del mundo de la asociación Green Destinations.
- Baiona, en Galicia, también figura en el ‘Top 100’ de los destinos turísticos más sostenibles del mundo por Green Destinations.
- Lanzarote, en Gran Canarias, es Reserva de la Biosfera y tiene la certificación Biosphere Responsible Tourism, que reconoce el esfuerzo de la isla por la preservación y utilización sostenible de los recursos naturales, la biodiversidad y el paisaje.
- El Parque Natural de Somiedo, en Asturias, es una aventura para los sentidos. Es reserva de la Biosfera y su capacidad de mantener la relación entre la conservación del medio ambiente y la actividad económica lo convierte en el perfecto ejemplo de destino ecológico.
- Sierra Nevada, en Andalucía, posee un paisaje libre de infraestructura humana, a excepción de la estación de esquí y de los pueblos que aún conservan muestras de arquitectura ligadas con las faenas agrícolas.
UN PARAÍSO SIN ELECTRICIDAD
En el mundo global y digitalizado en el que vivimos, hablar de ir a un hotel sin electricidad suena a pasado, pero parece que es futuro: sin electricidad, sin conexión a internet… Se trata de una nueva tendencia que se puede poner en práctica si queremos ir más lejos, eso si, recurriendo al avión, que los más puristas sostenibles rechazan. Un ejemplo de turismo sostenible llevado al extremo es Cabo Polonio en Uruguay.
Una aldea sin luz eléctrica en medio de un parque nacional, rodeada de dos playas infinitas, fauna salvaje y presidida por un faro. El paraíso hippy donde se pueden encontrar los mejores atardeceres y las mejores noches rodeadas de estrellas y el cielo más oscuro jamás visto, al encontrarse rodeada de naturaleza y sin la polución de las ciudades.
En Cabo Polonio no se permite hacer edificaciones nuevas, por lo que las opciones que tiene el viajero son casitas, posadas u hostales “muy bien cuidados y ambientados”, reza la publicidad del lugar. No existe la electricidad, pero muchos de estos lugares cuentan con paneles solares para brindar las comodidades básicas y agua potable obtenida a través de los pozos subterráneos. Por cierto, no existe la televisión, ni Internet (excepto 3G a través de un celular) y tampoco las calles. Solo hay caminos…