Una información de Cristina Catalán para Navarra Capital
El vino de Navarra sigue disfrutando de un sector principalmente exportador. A nivel nacional, en los últimos años se ha producido una bajada notable de las ventas de vino y es la exportación la tabla de salvación para muchas bodegas.
Según un estudio elaborado por Iñaki Oroz, consultor y analista de Inteligencia Competitiva de Anticipa 360, Reino Unido, Alemania, Suiza y Países Bajos son destinos muy asentados para el vino navarro. Frente a la madurez de estos mercados, estamos asistiendo a una reestructuración de los mercados destino, ya que cada día adquieren más importancia otros destinos como Nigeria, China o Canadá. “El país africano llama la atención por su crecimiento, que está acorde con la evolución de las importaciones del país más poblado de África, donde el vino español juega un papel muy relevante en competencia con el sudafricano. No obstante, aunque es un mercado en expansión, todavía existen ciertas lagunas de seguridad de mercado que hay que tener en cuenta a la hora de exportar”, analiza Oros. Un dato llamativo: Nigeria es el principal consumidor per cápita de champán. Pero además de importar, cada vez se está plantando y elaborando más vino en Nigeria.
Bodegas Otazu o Pago de Larrainzar son claros ejemplos de bodegas exportadoras. Ambas destinan el 70% de su producción a la exportación “La crisis ha afectado al sector del vino, está claro, sobre todo en el mercado nacional. La exportación ha sido la vía de escape y es también una manera a futuro de equilibrar los ingresos de las empresas. Los mercados exteriores tienen muchas opciones y ofrecen muchas posibilidades de venta” explica Jose Luis Ruiz, director técnico de Bodegas Otazu.
Miguel Canalejo, propietario de bodegas Pago de Larrainzar, comparte esta opinión, “la crisis ha afectado mucho al sector porque el nivel de consumo de vino en España per cápita no deja de bajar. Aunque el consumo de Denominación de Origen haya subido, España se está salvando en este sector gracia a la exportación”.
EEUU AL FRENTE EN CONSUMO
Frente a esta caída del consumo de vino en países tradicionales, como es el caso de España, motivado por la competencia de la cerveza, las regulaciones sobre el consumo de alcohol y ciertas tendencias relativas a la vida sana, en Asia y Norteamérica, el vino va ganando cada vez más adeptos. De hecho, EEUU es ya el país con mayor consumo y se prevé que 2017 podría ser superado por China. Hoy día, hay muchos países, sobre todo los del hemisferio sur, que están produciendo sus propios vinos, y esto ha conllevado a un cambio del modelo de negocio.
Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania siguen siendo los grandes compradores mundiales del vino, si bien el mercado británico pierde peso poco a poco. Estos países a su vez, son los principales mercados objetivo para el vino español, junto a Francia. “Junto a estos destinos aparecen Hong Kong, Rusia y China como mercados emergentes. De estos tres destaca especialmente China, conocedor ya de los productos españoles y con una tendencia de crecimiento muy importante. Respecto a Rusia habrá que estar atentos a cómo evoluciona la situación económica del país, muy inestable en estos momentos”, matiza Oros.
CHINA, MUY MÁS INTERESADA EN NUESTRO VINO
Bodegas Otazu exporta a 21 países de diferente tamaño, desde pequeñas zonas con pedidos casi anecdóticos a otros con gran volumen. Así, vende sus vinos en países como China, EEUU, Panamá, Costa Rica, Republica Dominicana, y Canadá y Venezuela, ambos países a destacar por el volumen de vino que exporta. Dentro de Europa, venden sus vinos principalmente a Alemania, Polonia, Dinamarca o Suecia, entre otros.
“A nivel nacional, ha habido una caída importante en las ventas y la exportación ha sido esencial para nuestro sector, se ha visto impulsada. En general un país donde se está exportando mucho es a China. Todas las bodegas están haciendo un esfuerzo por vender allí porque el vino está adquiriendo un gran interés. Países como Brasil, India y Rusia también son países con gran potencial. Su situación política complica la exportación a estos países pero creo que de aquí a diez años, las empresas impulsarán las exportaciones a estos países”, señala Guillermo Penso, director general Bodegas Otazu. De hecho, entre los retos que Bodega Otazu se marca, están el abrir mercado en dos o tres países anualmente. Su objetivo más próximo Colombia y Perú.
Pago de Larrainzar por su parte, es una bodega navarra que dentro de Europa, exporta a Suiza, Alemania, Inglaterra y Benelux, además de Estados Unidos y China. “Además, realizamos pequeñas operaciones a otros mercados. A nivel nacional, un mercado muy importante para el vino español es Alemania e Inglaterra y está creciendo mucho EEUU y China, algo que se equipara a los destinos de nuestra bodega”.
VENTAS HISTÓRICAS
A nivel nacional, la superficie de viñedos durante los últimos años se ha reducido, pero las producciones se han mantenido, de modo que la productividad de lo plantado es mayor. Lo que actualmente se detecta es que hay mayor oferta que demanda. Las ventas a nivel nacional han disminuido pero en cómputo global, y gracias la citada exportación, las ventas totales no han sufrido la crisis tanto como otros sectores.
Bodegas Otazu por ejemplo, produce una media de 400.000 litros al año. El año pasado produjeron 350.000 litros pero en los últimos tres años, la venta ha aumentado entre un 15-25% anualmente. Venden prácticamente la totalidad de su producción. “A pesar de la crisis, la gente no deja de beber. La cultura del vino invita a beber con crisis o sin ella. Con el vino pasa exactamente igual con el arte, que es justamente en tiempos de crisis cuando los segmentos de lujo más se potencian”, señala Guillermo Penso. “Cuanto más alto estás posicionado, menos notas la crisis. La manera de consumir el vino ha cambiado. Antes era un consumo de chiquiteo en bares y ahora se consume más en casa, con amigos, en ocasiones especiales… y la gente hace un esfuerzo mayor por consumir un vino de mayor calidad. En ese tipo de eventos nunca falta un buen vino”, añade Jose Luis Ruiz.
Pago de Larrainzar por su parte, han contabilizado unas ventas históricas en 2014. “Hemos producido vino de mayor calidad, pero a un precio más asequible”, explica Miguel Canalejo, propietario de bodegas Pago de Larrainzar. Esta bodega ha conseguido las mayores ventas de su historia en 2014 en la bodega, 100.000 botellas (75.000 litros) en un año, cuando hasta entonces, la media ha oscilado entre 50.000 y 60.000 botellas.
UNA PURGA DE BODEGAS
La mayor necesidad que tiene actualmente el sector del vino según los responsables de Bodegas Otazu, es ajustar la oferta a la demanda. Pero conseguir este objetivo se convierte en algo muy complicado. “La situación del sector está muy ‘revuelta’. En los próximos años auguro una purga de bodegas. Habrá algunas a las que les irá muy bien pero creo que también habrá otras que desaparecerán del mercado” señala Jose Luis Ruiz.
Desde el año 2000 ha habido un boom de inversión hasta el año 2008, “y mucha gente de la que invirtió en un negocio de este tipo no sabía realmente dónde se metía ni cómo debía gestionar un negocio como es el de una bodega”, añade. “Todo el mundo pensaba que era fácil hacer buen vino, que se podía hacer en cualquier sitio, y que iba a ser muy fácil vender. Algunos, se han atascado y una vez que se atascan, si no hay un poder financiero detrás muy importante, el proyecto se bloquea porque los vinos se quedan en la bodega y no ya no son aptos para vender”, comenta Penso.
De forma similar y optimista piensa Miguel Canalejo, propietario de bodegas Pago de Larrainzar quien considera que las cosas van mejor. “Hasta ahora, ha habido un exceso de producción, se ha estado produciendo más que lo que se vendía. Ahora la producción está más diversificada, cada vez se exporta más, y se consiguen mejores precios y más competitivos y con mejores márgenes”, finaliza.