En la actual era de la inmediatez, no está permitido llegar un segundo tarde. Eso implica tener las ideas claras y dotar de la mayor agilidad posible a todos los procesos. En ese contexto, Fundación Industrial Navarra (FIN) ha detectado que las pymes de sectores industriales de la Comunidad foral se enfrentan a un “cuello de botella” que obstaculiza su digitalización.
A menudo, los responsables técnicos de las industrias no pueden tomar las decisiones oportunas para la transformación digital de su compañía por carecer de los conocimientos informáticos necesarios. Quizás por eso la demanda de profesionales que sí los atesoren no para de crecer, dada la importancia adquirida por la programación y la robotización para cualquier proceso industrial, por pequeño que sea.
Gonzalo Franco (FIN): “Es un perfil que no ha existido hasta el momento pero que, dada la necesidad existente, se puede calificar ya como estratégico”.
Ante esta tesitura, en FIN promueven la figura del informático industrial. “Un perfil que no ha existido hasta el momento pero que, dada la necesidad existente, se puede calificar ya como estratégico”, afirma Gonzalo Franco, su responsable de Formación y Transformación Digital.
“BUENOS INTERLOCUTORES”
Desde la entidad, y en el contexto del Programa de Incorporación de Perfiles Estratégicos del Servicio Navarro de Empleo, se ha proyectado una formación específica a este respecto y de la que se pueden beneficiar desempleados y personas ocupadas que cuenten con formación técnica del ámbito industrial o informático, al menos de nivel FP. “Porque las empresas no solo buscan personas con conocimientos, sino con capacidad para aprender y desaprender”, recuerda Gonzalo Franco.
El programa, que se impartirá a través del Centro de formación Iturrondo, consta de 140 horas de duración, repartidas entre los meses de septiembre, octubre y noviembre, y dotará a sus asistentes de los criterios necesarios para tomar las decisiones adecuadas en la implantación de nuevas tecnologías, la digitalización y la transformación digital.
El propio Gonzalo Franco expone que el objetivo de esta iniciativa es “poner en el escaparate del talento un nuevo tipo de profesional”. Así, se trataría de generar “buenos interlocutores” entre la empresa y su proveedor tecnológico. “Personas con capacidad, conocimientos y criterio suficientes para entender y hacer un seguimiento de las mejoras tecnológicas que se proponen y su proceso de implantación en la empresa”, precisa.