Mientras hacen sentadillas y ejercicios de movilidad y activación abdominal, las cinco mujeres que se reúnen los jueves por la tarde en el centro U’kore sudan y hablan entre ellas. Pero las conversaciones no versan sobre el número de calorías quemadas durante el ejercicio, las zapatillas perfectas para correr o la última proteína en polvo del mercado. Más bien se centran en qué aceites son más recomendables para prevenir estrías y picores en el cuerpo o en cómo introducir a un nuevo integrante de la familia ante la mirada aprensiva de sus hermanitos celosos. Incluso comparan el tamaño de sus barrigas, confiesan cuánto han subido de peso y se preguntan qué llevar en la maleta cuando llegue el gran día. Para algunas, la tan esperada fecha tendrá lugar en apenas un par de semanas; a otras todavía les quedan unos cuantos meses de camino. Con sus temores y necesidades particulares, todas comparten una meta en común: estar en la mejor forma posible para dar a luz a sus bebés.
Lejos quedaron los tiempos en los que se aconsejaba permanecer en reposo durante el embarazo. En U’kore señalan algunos de los innumerables beneficios que tiene el ejercicio durante la gestación y después de dar a luz: el aumento de energía; la prevención de la diabetes gestacional, del aumento excesivo de peso y de la preeclampsia; la disminución del dolor lumbar y del insomnio durante el último trimestre; y una mayor facilidad en el trabajo de parto.
Entre otras ventajas, ejercitarse durante el embarazo previene la aparición de la diabetes gestacional y disminuye el riesgo de padecer preeclampsia.
Los estudios publicados en los últimos años respaldan esta tesis. En 2019, por ejemplo, un informe del British Journal of Sports Medicine concluía que la actividad física regular durante la gestación también puede reducir la prevalencia de depresión postparto. Y las ventajas también son extrapolables a los recién nacidos.
Es más, una investigación publicada en 2016 por el Journal of Clinical and Experimental Neuropsychology reveló que ejercitarse durante los nueve meses de espera favorece la maduración cerebral de los neonatos.
Quizá sea toda esta evidencia científica la que invite a las gestantes a acudir “cada vez más temprano” a gimnasios especializados en este tipo de actividad, sin esperar a la primera ecografía y con ansias de “entrenar hasta el final, con las debidas adaptaciones”. De esta manera lo constata Amets Martínez de Bujanda, cofundadora y directora del área de entrenamiento durante el embarazo y postparto en U’kore.
UN ENFOQUE MULTIDISCIPLINAR
Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, diplomada en Fisioterapia y certificada en Osteopatía, Martínez de Bujanda ejercía como entrenadora personal cuando una de sus clientas, tras enterarse de que estaba embarazada, le pidió asesoramiento. Y aunque para entonces ya contaba con “nociones básicas” sobre la materia, aprovechó aquel episodio para dar un giro a su carrera profesional. Con esa idea en mente, se formó como especialista en entrenamiento durante el embarazo y postparto, para lo que realizó numerosos cursos de formación tanto a nivel nacional como internacional.
Actualmente, pone en práctica todo ese bagaje guiando a mujeres que, en su mayoría, “son sedentarias o hacen un poco de ejercicio, pero sin pertenecer necesariamente al mundo del ‘fitness’”. Lejos de centrarse en la última tendencia pasajera del momento, en U’kore apuestan por una fórmula propia de entrenamiento inteligente, basada en una metodología integral, dinámica e innovadora. En este sentido, la cofundadora de este centro ubicado en el paseo Santxiki de Mutilva resalta la importancia de contar “con una preparación general que vaya más allá del puro marketing” y que combine pruebas de resistencia y de fuerza.
Si en general la máxima de este centro es la atención personalizada, la tendencia de “individualizar al máximo” cobra especial importancia dentro de un espacio en el que “cada embarazada es un mundo”. Por eso, y con el objetivo de no descuidar esa premisa, Martínez de Bujanda atiende a grupos integrados por un máximo de seis futuras madres, que acuden a U’kore dos días a la semana. “No todo el mundo puede hacer el mismo tipo de movimientos. La chica que antes era absolutamente sedentaria, por ejemplo, no puede entrenar igual que aquella que acudía diariamente al gimnasio para hacer pesas”, explica.
“Tendemos a individualizar al máximo porque cada embarazada es un mundo. La chica que antes era absolutamente sedentaria, por ejemplo, no puede entrenar igual que aquella que acudía diariamente al gimnasio”.
Hay, no obstante, algunas indicaciones universales que Martínez de Bujanda prioriza en todas las sesiones. Lo más importante a la hora de formular una rutina de ejercicio para las mujeres gestantes es “vigilar que no se hagan determinadas posturas que perjudiquen al abdomen, trabajar los músculos que se ven más afectados por esos cambios biomecánicos y cuidar que la respiración sea correcta en todo momento, ya que esto contribuye a la relajación y facilita el trabajo de parto”.
En concreto, pone un énfasis particular en mantener una postura erguida porque “una de las cosas que ocurre es que el cuerpo tiende a irse hacia delante por el aumento del peso”, y “se trabaja especialmente” toda la zona pélvica. Por otra parte, la copropietaria de U’kore recomienda que las ansias de permanecer saludables no se abandonen al salir del local y, por eso, insta a sus clientas a ejercitarse por su cuenta dos o tres días a la semana.
Esta filosofía fue precisamente la que cautivó a Sara Magallón. Aficionada al spinning y al aeróbic, no tenía “ni idea” de cómo conjugar su rutina con la cautela propia de las madres primerizas. De modo que, hace dos, años buscó asesoramiento en U’kore. Le gustó tanto la experiencia que ahora, tras enterarse de su segundo embarazo, ha vuelto a ponerse en manos de Martínez de Bujanda. Lo que más valora, al margen del entrenamiento físico, es el approach interdisciplinar de todos los profesionales del centro. “No solo se centran en el deporte, sino que también imparten talleres de masaje infantil y de lactancia materna”, ensalza.
ENTRENAR TRAS EL PARTO
El éxito de esta fórmula, para Martínez de Bujanda, recae en una estrecha relación trabajador-cliente, que comienza a forjarse con una entrevista inicial entre ambas partes. Este acercamiento “es vital para evaluar el nivel deportivo y si existe algún tipo de contraindicación que requiriera adaptaciones adicionales, evaluaciones ginecológicas o una revisión por Leyre Santesteban, nuestra fisioterapeuta uroginecológica y obstétrica”.
El rol que desempeña esta especialista cobra fuerza conforme se acerca la fecha tan esperada por las futuras madres, ya que es la encargada de acompañarlas tanto física como emocionalmente, brindándoles herramientas útiles en el momento del nacimiento a ellas y a sus parejas. También es la que hace una primera evaluación de quienes acaban de dar a luz y quieren recuperar la forma lo antes posible.
“Es vital que nuestras usuarias se relacionen con otras mamis, reconozcan que en la maternidad no todo es de color rosa y se den cuenta de que no son las únicas que se enfrentan con sentimientos de culpa”.
“Tenemos casos de cesáreas, de partos naturales maravillosos o de episiotomías. Nos encontramos con una diversidad mayor, por lo que debemos hilar más fino en el postparto”, apostilla la cofundadora de U’kore. Al margen de las debidas precauciones, subraya que es “fundamental” retomar la actividad física después de dar a luz.
Entre otras ventajas, una correcta ejercitación contribuye a mejorar el tono de los músculos abdominales, con el fin de proteger la espalda; a recuperar la flexibilidad del suelo pélvico, para prevenir la incontinencia urinaria, los prolapsos y disfunciones sexuales; y a evitar la aparición de varices en las piernas y síndrome de piernas cansadas.
Asimismo, diversos estudios señalan que el ejercicio moderado ayuda a mejorar posibles síntomas de la depresión postparto. “Es muy beneficioso que se relacionen con otras mamis, reconozcan que en la maternidad no todo es de color rosa como nos habían contado y se den cuenta de que no son las únicas que se enfrentan con sentimientos de culpa”.
Si la finalidad principal del entrenamiento durante el embarazo es cuidar al bebé que está por llegar, la misión de Martínez de Bujanda en estos casos es crear un espacio en el que las mujeres se dediquen “el 100 %” a sí mismas, “porque el resto de la jornada están pendientes de sus bebés”. Conoce muy de cerca estos retos, ya que cuando llega a casa después de trabajar la esperan una niña de dos años y una bebé de cinco meses. Es esta experiencia, al margen de toda la formación académica que valida su trayectoria, la que le hace empatizar e identificarse tanto con estas situaciones: “Ser madre me ayuda muchísimo en este sentido. Una vez lo vives, entiendes todo mucho mejor”.