La primera planta que EnergyLoop dedicará en Navarra al reciclaje de palas de aerogeneradores prevé comenzar su actividad «a lo largo de la primera quincena de mayo». Así lo avanza a Navarra Capital Federico Sanmartín, quien fue nombrado el pasado mes de marzo director gerente de la planta. De esta forma, releva a Luis Sanz en el cargo, que pasó a ejercer como director de Construcción del centro de tratamiento de residuos en Valladolid perteneciente a FCC Ámbito. Precisamente, esta empresa participa junto a Iberdrola en Energyloop.
Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza, Sanmartín posee un máster en Administración y Dirección de Empresas por la Escuela Europea de Negocios. Además, antes de fichar por EnergyLoop ocupó el cargo de Jefe de Unidad de Negocio en FCC Ámbito. Ahora, lidera un proyecto que fue declarado inversión de interés foral por el Gobierno de Navarra en marzo de 2023 y busca abanderar el reciclaje de palas de aerogeneradores a escala industrial en España y Portugal. La inversión ascenderá a cerca de 10 millones de euros.
Tras terminar a finales del año pasado su obra civil en el polígono industrial de Cortes, el proyecto «ya está incorporando infraestructuras, equipo y personal», al tiempo que ha logrado una licencia para «habilitar próximamente una zona destinada el acopio temporal de palas». Según señala Sanmartín, este espacio, que ocupará una superficie cercana a los 4.000 metros cuadrados, acogerá los restos de aerogeneradores hasta que la planta esté operativa dentro de cuatro meses.
PRIMER ENCARGO
En este sentido, EnergyLoop iniciará su actividad con el reaprovechamiento de las palas y la gestión de los residuos de dos parques eólicos ubicados en Albacete: Isabela y Molar de Molinar, los primeros de Iberdrola que se repotencian en España. «En total se desmontarán 139 aerogeneradores, lo que supone 417 palas con un peso superior a 800 toneladas», detalló esta última.
Estas palas suelen estar fabricadas, de forma mayoritaria, por ‘composites’ (fibras de vidrio, carbono y resinas) que, una vez tratadas, se convierten en residuos valorizados para su uso como materia prima secundaria en sectores como el energético, el aeroespacial, el automovilístico, el textil, el químico o la construcción.
Según resaltó el Gobierno foral, la instalación de esta planta supone «el impulso a la transición ecológica y competitividad empresarial» de Navarra, «pilares fundamentales y estratégicos» de la región Comunidad foral. En este sentido, la iniciativa ha sido apoyada desde sus inicios por el foral, a través de la sociedad pública Sodena.