A todos nos han contado alguna vez una historia sobre un niño que se pierde. “No hables con desconocidos”, “quédate quieto y espera a que mamá y papá vayan a buscarte”, “no te sueltes de la mano de los mayores”… Nuestro protagonista tenía seis años cuando, después de acudir al colegio, se perdió en un autobús. “¿Y este crío de dónde ha salido? ¿Tú dónde vives?”, le preguntaron al percatarse de su presencia. Él, inocente, les indicó la dirección de su casa, en el barrio pamplonés de San Juan. Aquella aventura dejó poso en su memoria y le enseñó que no pasa nada por cambiar de rumbo. Lo cierto es que ahora, Enrique Lizaso, CEO y fundador de Multiverse Computing, entiende que podemos reinventarnos infinitas veces, que no hay un camino equivocado y que “uno puede llegar tan lejos como se proponga”.
Aunque nació en Corella, sus recuerdos más vivos se ubican en Pamplona, donde residió hasta los 24 años. Pronto, las matemáticas, la informática y la física captaron su atención, pero no tenía claro qué trayectoria seguir: “Me maravilla cuando alguien sabe lo que quiere ser de mayor. Yo sabía que quería ser algo, pero no sabía qué, y sabía que quería dejar huella, pero no sabía dónde”. Con el tiempo, atraído por la profesión de su tío, nuestro invitado se decantó por estudiar Medicina en la Universidad de Navarra.
“El primer año fue bien, el segundo empecé a tener dudas y en el tercero supe que aquello no era lo mío”, relata entre risas. Así, en medio de aquella incertidumbre, compaginó la carrera con su trabajo en el Centro de Proceso de Datos de la misma institución académica. Fue entonces cuando la informática le cautivó por completo y, aunque sopesó la opción de abandonar Medicina y apostar por ese nuevo mundo, decidió finalizar la licenciatura.
DE LA MEDICINA AL ÁMBITO EMPRESARIAL
Durante su etapa universitaria, compartió aula y asignaturas con la mujer que, años después, se convertiría en su esposa. Un día, paseando por el campus, ambos divisaron un cartel que llamó su atención. “Era un anuncio del IESE Business School. Ella tenía una amiga allí y me explicó cómo era. Me picó la curiosidad y acudí a una charla”, rememora. El método de enseñanza y las salidas profesionales que ofrecía el Master of Business Administration hizo que optara por probar suerte. Así, dejó atrás el mundo sanitario para adentrarse en un sector muy diferente. “Todos estaban preparándose para el MIR y yo cambié al ámbito de la empresa y me mudé a Barcelona. Mis padres pensaban: ‘¡A este hijo nuestro le falta un hervor!'”, expresa entre carcajadas.
Ahora, a sus 60 años, reconoce que aquella decisión fue acertada, pues IESE Business School le enseñó realidades “muy prácticas” que luego le servirían de gran ayuda en su trayectoria profesional. Al finalizar su formación, sopesó dos opciones: “Pensé que, aprovechando mi carrera, podía dedicarme a la gestión sanitaria. La alternativa era buscar algo que tuviese que ver con la informática, que me encantaba”. El destino le sonrió cuando recibió una oferta de empleo en la Caixa d’Estalvis de Terrassa, en el Departamento de Sistemas de Información, área donde permaneció tres años.
“Aprovechando mi carrera, podía dedicarme a la gestión sanitaria. La alternativa era buscar algo que tuviese que ver con la informática”
Aunque se desenvolvía bien en aquel puesto, una conversación con el director general le hizo comprender algo: “Me consultó si estaba contento, y le dije que no. Entonces me preguntó: ‘¿Enrique, tú a dónde quieres llegar?’. Entendí que aquella pregunta solo tenía una respuesta. Le dije ‘yo quiero ocupar tu sitio'”. Un mes después, le ofrecieron el cargo de responsable de Planificación, en el Departamento de Estrategia y Marketing. “Hay que ser atrevido y ambicioso”, apostilla al recordar aquel episodio.
Entonces, decidió ampliar su formación académica con una carrera universitaria más: Matemáticas. Más tarde, cursó también Ingeniería Informática y realizó el doctorado sobre Bioestadística. Lo cierto es que, para Enrique, “compaginar los estudios con el trabajo no era fácil”, pero sí “divertido”. De hecho, permaneció en la entidad financiera durante más de quince años, donde ocupó otros puestos más como los de director de negocio y director general adjunto.
CREADOR DE VARIAS ‘STARTUPS’
Llegó el momento de “cambiar de aires”, se aventuró a fundar su propia empresa: Barcelona Detox. “Era una startup orientada a la medicina, a temas de la desintoxicación y la drogadicción. La fundé junto a un vecino mío que era médico”, explica. La firma estaba vinculada a BcnPAIDOS, que también puso en marcha él mismo y en la que ejercía como director. Esta última estaba especializada en abordar el TDAH “desde un enfoque diferente”.
Al poco tiempo, unos amigos suyos lanzaron Omnixhealth, una compañía que ofrecía soluciones sanitarias a nivel internacional. Operaba con clientes en China, Rusia, Estados Unidos y África, brindando tratamientos de salud. De hecho, durante los cinco años que Enrique permaneció en la firma, tuvo la oportunidad de viajar a numerosos lugares. Quizá fue ese espíritu aventurero el que le motivó a poseer el título oficial de piloto privado. Entusiasmado, confiesa que uno de sus grandes hobbies es surcar los cielos de Barcelona.
De pronto, el mundo de la informática llamó de nuevo a su puerta. “Quería dedicarme a la tecnología blockchain, así que creé Blocktac“, apunta. La compañía, que tiene como fin combatir el fraude, proporciona “inmutabilidad y verificación sencilla” para certificados y sellos digitales. Al mismo tiempo, cofundó Multiverse Computing, que “despegó como un cohete”.
“Me divertía mucho la computación cuántica. Leí un artículo y pensé: ‘Me gustaría trabajar en esto'”. Su deseo se cumplió con creces. “El software cuántico es ese software que corre en ordenadores cuánticos, y que se caracteriza por un paralelismo extremo que lleva a encontrar soluciones a problemas que los ordenadores clásicos (los ‘normales’) no pueden encontrar”, explica antes de narrar su andadura en este mundillo. En un evento organizado por la Quantum World Association, conoció a un grupo de especialistas en aplicar la computación cuántica a las finanzas. Uno de ellos propuso publicar un artículo científico entre todos y, como resultado, recibieron llamadas de diferentes entidades hasta que, de pronto, una les invitó a visitar la Universidad de Toronto (Canadá). En concreto, les ofrecieron conocer el Creative Destruction Lab, un programa para empresas de base científica que se encuentran en su etapa inicial.
“Me divertía mucho la computación cuántica. Leí un artículo y pensé: ‘Me gustaría trabajar en esto'”
Así, estos cuatro compañeros cruzaron el charco y conocieron a los que serían sus inversores iniciales. Su primera ronda fue de un 1,5 millones de dólares y, más tarde, levantaron otros 10 millones. Aunque al inicio se centraron en el sector de las finanzas, después ampliaron el punto de mira y abarcaron otros ámbitos, como la energía o la defensa. Hoy, la compañía suma más de 150 empleados y cuenta con oficinas en Toronto, París, Londres, Múnich, San Sebastián y Milán. “¡Tenemos profesionales de treinta nacionalidades diferentes!”, apostilla.
LÍDER EN ‘SOFTWARE’ CUÁNTICO EN EUROPA
A estas alturas, todos conocemos aplicaciones como ChatGPT. Pero, ¿cómo funciona realmente? ¿Cómo sabe qué respuesta nos tiene que dar? ¿Es posible que se equivoque? “El problema de estos modelos de IA es que entrenarlos es muy caro. Se dice que el ChatGPT-5 puede costar hasta un billón de dólares en entrenamiento”, apunta. Multiverse Computing trabaja en este ámbito con su compresor LLM CompactifAl: “Esta herramienta coge un modelo de IA y lo comprime. Te reduce los costes de entrenar ese modelo en un 50 %”.
Además, el próximo cuatrimestre, la firma lanzará al mercado el Lobotomizer, un sistema capaz de eliminar información que no considere útil. “Te responde exactamente a lo que pides, tiene más precisión y más seguridad”, detalla tras mencionar que numerosas empresas apuestan por la IA, por ejemplo, para responder a posibles dudas de los empleados o clientes.
“El problema de los modelos de IA es que entrenarlos es muy caro. Se dice que el ChatGPT-5 puede costar hasta un billón de dólares en entrenamiento”
El rostro de nuestro protagonista se ilumina cuando vuelve a remarcar, orgulloso, el rápido crecimiento de la firma: “Cada año hemos ido doblando el total contract value y los revenues”.
De hecho, la empresa cerró 2023 con un total de ventas cerradas de diez millones de euros, que se traducen en cinco millones de ventas imputadas al ejercicio. Para este año, la cifra de ventas totales prevé alcanzar los veinte millones, que serán catorce millones imputadas en ese ejercicio. La razón de que en la firma se utilicen estas dos métricas es que muchos proyectos que venden son “multianuales”. “Cierras el total de la venta del proyecto, pero contablemente debes dividir la facturación entre los diferentes años”, puntualiza.
Al mismo tiempo, Multiverse Computing cerró recientemente una ronda de financiación de 25 millones, liderada por Columbus Venture Partners. “En software cuántico, es la más grande que se ha cerrado en Europa”, concreta Enrique para señalar acto seguido que su objetivo es “mantenerse como referente a nivel europeo”.
Con importantes galardones como el Premio Future Unicorn 2024 de Digital Europe y el reconocimiento como una de las cien empresas más prometedoras en Inteligencia Artificial (IA), la firma es “líder mundial en soluciones informáticas cuánticas y la mayor empresa de software cuántico de la Unión Europea”.
Tras repasar todas las decisiones que le han guiado hasta este punto exacto de su vida, nuestro protagonista suspira. Medicina, matemáticas, informática… Pamplona, Barcelona, Canadá… “Puedes cambiar tu ruta vital muchas veces, solo tienes que atreverte. Virgilio, en la Eneida, dice ‘ellos pueden porque creen que pueden’. Si tú crees que puedes llegar a tu objetivo, vas a hacerlo. Con valor y fuerza de voluntad te puedes comer el mundo”, sentencia.