Fermín Pascualena emigró por la misma razón que lo han hecho muchos otros navarros: trabajaba como ingeniero de procesos y fabricación avanzada en TRW Automotive hasta que la crisis obligó a la compañía a hacer un ERE que le dejó en paro. En 2008 aterrizó en Bruselas con un contrato de investigación en estructuras. La experiencia le fue gratificante, pero “la investigación no me atraía tanto como la industria”. Después de tres años trabajando como project manager en Punch Powertrain, empresa dedicada al diseño y fabricación de transmisiones para el sector de la automoción, apostó por crear su propio proyecto: Ingeneon.
Es una empresa europea de servicios de reclutamiento creada por ingenieros, para ingenieros” explica Pascualena. Se basó en su propia experiencia para cubrir el vacío que él había sentido. “Tuve entrevistas con varias agencias de reclutamiento, gestionadas generalemente por gente que no son ingenieros, de modo que nada de lo que me ofrecían se correspondía con lo que yo buscaba”.
El salto lo dio este pasado mes de julio y en estos 6 meses asegura que la “acogida ha sido muy buena por dos aspectos: uno, porque empleamos un lenguaje igual entre ingenieros y, dos, porque contamos con experiencia internacional y sabemos identificar a las personas útiles para una empresa”.
CALIDAD
Existen empresas de reclutamiento, “pero no con un enfoque puramente internacional”. Muchas tienen “un modelo oportunista, aprovechan una vacante de trabajo en Alemania y nutren esa necesidad con ingenieros”.
Ingeneon, sin embargo, prioriza “calidad frente a cantidad”, para buscar ingenieros con motivación y competencia técnica. Pascualena está convencido de que esta estrategia es más efectiva, porque “las personas más fiables en el tiempo, las que se mantienen en una empresa, son las que por definición quieren aprender de la experiencia internacional”.
Así pretenden cubrir uno de los miedos de las compañías: temen contratar un ingeniero extranjero que, luego, les abandone para volver a su país. Conscientes de ello, desde Ingeneon “facilitamos el aterrizaje” del candidato a su destino, para que “su curva de aprendizaje sea lo más rápido posible” y se adapte al país que le acoge sin problemas. “Esa es la forma más sostenible para que el ingeniero permanezca en la empresa”, señala Pascualena.
PERFIL
En la actualidad, la demanda supera a la oferta. “Recibimos currículums a diario, principalmente, de ingenieros del sur de Europa: Portugal, Eslovenia, Rumania, Ucrania, Grecia, Polonia o España”. Ahí es donde han centrado su estrategia de marketing para atraer a ingenieros a través de una red de freelancers que están repartidos por todo Europa.
Por otro lado, Ingeneon cuenta también con una red de empresas y las que más interés están mostrando para contratar a estos ingenieros proceden de Bélgica, Holanda o Alemania. Las perspectivas son positivas en este sentido. “Las empresas en Europa optan cada vez más por contratar a ingenieros de otros países por las númerosas ventajas que esto entraña: aportan una perspectiva diferente en el día a día de la empresa, toman más riesgos, muestran un alto grado de determinación en trasladarse al extranjero para lograr sus objetivos profesionales”.
FUTURO
Pascualena es consciente de la dificultad que entraña “hacer entender a una empresa española que necesita un ingeniero extranjero, con carácter internacional”. No sólo el idioma es un obstáculo, sino que, además, “existe mucho talento en paro en España y para las empresas el coste de contratarles es menor”.
En el futuro, sin embargo, este ingeniero industrial está convencido de que será “inevitable” que las empresas en España cuenten con este perfil internacional de ingenieros y “es aquí donde Ingeneon puede ser de ayuda al tener la base en Bruselas y desarrollar su actividad en toda Europa”.