España cultiva cerca de 17 millones de hectáreas, de las que alrededor de 4 millones (el 23 %), pertenecen al régimen de regadío. Este porcentaje de superficie, sin embargo, sostiene gran parte de la industria agroalimentaria nacional. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), produce el 65 % de la cifra total de vegetales. Pero la actividad demanda grandes volúmenes de agua. De ahí que estas empresas, expuestas a los riesgos asociados al cambio climático, se vean especialmente afectadas por el incremento de los periodos de sequía.
Dicho contexto estimula, a su vez, la innovación en el sector. Es el caso de la navarra Florette, que cuenta desde 2020 con una Unidad de I+D+i Empresarial propia: Florette Innova. «Su creación supuso un claro impulso para la actividad innovadora dentro de la empresa. Nuestra actividad no solo ha permitido optimizar el consumo de recursos en los últimos años, sino también mejorar procesos agrícolas e industriales y desarrollar productos que se ajustan a las nuevas demandas del consumidor», explica Miren Beunza, jefa de I+D de la unidad adscrita al Sistema Navarro de I+D+i (SINAI), coordinado por ADItech.
Precisamente, el equipo de diez trabajadores con los que dio sus primeros pasos hoy suma otros cinco especialistas, de forma que ya cuenta con perfiles técnicos formados en ingeniería agrónoma, química y tecnología de los alimentos. Así mismo, ha pasado de desarrollar «unos pocos proyectos» a manejar unas treinta iniciativas al año, de las cuales diez cuentan con financiación pública tanto a nivel estatal como europeo.
Todos estos proyectos se enmarcan en tres ejes de investigación. Dentro del primero, centrado en sostenibilidad, Florette Innova participa en la generación de conocimiento que se implanta como soluciones innovadoras en el sector agroalimentario. Un ejemplo es el proyecto europeo Life Farmitank. Junto con un consorcio de empresas liderado por la albaceteña Parcitank, Florette Innova desarrolló un sistema de cultivo vertical que se aloja en tanques de acero inoxidable de seis metros de diámetro y hasta dieciocho metros de altura. El objetivo: cultivar 400 metros cuadrados de lechuga, hierbas aromáticas y microbrotes en una superficie de menos de cuarenta.
«Gracias a esta tecnología, podemos garantizar condiciones ambientales óptimas y constantes para maximizar la productividad, al tiempo que ahorramos hasta un 90 % del agua necesaria para cultivar estas variedades. Al mismo tiempo, eliminamos el uso de pesticidas y herbicidas, una de las exigencias que se impulsan desde la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático», desglosa Beunza.

Miren Beunza ejerce como jefa de I+D en Florette Innova, donde trabaja con otras catorce personas.
Tras tres años de desarrollo, la tecnología validada en el marco de Life Farmitank ya ha entrado al mercado de la mano de Parcitank. Y la Unidad de I+D+i Empresarial continua sus estudios sobre los alimentos cultivados en su planta piloto de Milagro, focalizados en su comportamiento al ser procesados y la calidad del producto final, explica la jefa de I+D de Florette Innova: «Aunque se trata de una tecnología aún incipiente, tenemos las miras puestas en industrializarla en el futuro».
La línea de sostenibilidad también posee otros proyectos de relevancia como el ecodiseño de empaques, que permiten retirar anualmente del mercado alrededor de 260 toneladas de plástico desde 2020, o Vecaipa, que Florette impulsa junto a las empresas navarras IED y Zizu. Esta última iniciativa busca crear un vehículo eléctrico autónomo e inteligente diseñado para la automatización de los procesos agrícolas como la siembra, el pulverizado y la recolección en cultivos protegidos.
«Vecaipa se dirige a sustituir los tractores de combustión con esta solución que es 100 % eléctrica. Para ello, tenemos previsto realizar pruebas piloto en fincas pequeñas este año y materializar su despliegue en 2026», puntualiza Beunza. Para alcanzar este objetivo, la iniciativa parte de la experiencia previa de IED y Zizu, que han lanzado en paralelo el primer vehículo autónomo para la agricultura, bautizado con el nombre de Mula.
DIGITALIZACIÓN Y NUEVOS PRODUCTOS
Dentro del segundo eje de investigación, el equipo de I+D+i se ocupa de implantar mejoras en los procesos y los productos. En esta línea, Florette Innova ha desarrollado en los últimos años la iniciativa Start And Stop que, gracias a una plataforma, permite poner en suspensión las líneas de producción que no estén siendo utilizadas en sus fábricas para reducir «en un 20 %» su consumo eléctrico y de agua. Así mismo, ha puesto en marcha proyectos de automatización aplicados a partes del proceso como el encajado, que se asienta en la visión artificial para verificar el sellado óptimo de los envases. «Este sistema mejora la seguridad alimentaria y reduce el desperdicio en la producción», señala Beunza.

Florette Innova ha creado una plataforma para reducir «un 20 %» el consumo eléctrico y de agua en sus fábricas.
Por último, la unidad también dedica parte de sus esfuerzos a la innovación en el mercado. En esta línea, trabaja en la previsión de la demanda mediante Inteligencia Artificial (IA), lo que permite anticiparse a las necesidades del mercado y minimizar desperdicios en toda la cadena de suministro. Pero, más allá de los avances tecnológicos, la unidad idea nuevas referencias para mantener y aumentar su competitividad en función de las tendencias predominantes. En este sentido, el equipo de Florette Innova ha desarrollado «más de 130 productos» en sus cinco primeros años de actividad. «Y nuestro producto estrella es la línea de ensaladas completas, sobre todo la Xtreme Pollo Crispy», destaca entre risas la jefa de I+D.