El Museo de Navarra acogerá hasta el 13 de marzo de 2022 la exposición Basati/Salvaje/Wild, de la autora navarra Gentz del Valle. El proyecto, cuyo tema central es el misterio de lo sagrado, la vida y la muerte, consiste en una intervención en la capilla del recinto. Este espacio acoge una serie de obras que dialogan con el edificio y su carácter espiritual.
La instalación incorpora la obra Antígona, de Elena Asins, cedida por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, así como un esqueleto de mujer procedente de la cueva Aizpea (Aribe), que pertenece a la colección del propio Museo de Navarra. A su vez, la exhibición forma parte del programa Todo el arte es contemporáneo, que se desarrolla en la capilla e incluye una línea de exposiciones de larga duración en las que se exhiben obras de artistas navarros en activo. Desde 2018, han participado la artista plástico alsasuarra Dora Salazar, así como los pamploneses Carlos Irijalba y Celia Eslava.
“Basati/Salvaje/Wild pretende actuar como una imagen superpuesta a la capilla y a su contenido devocional, sin pretender competir o ignorarlos, pues su presencia es intrínseca al significado del lugar”, explican los responsables de la exposición. La propuesta de del Valle se centra en el hecho de que, aquello que consideramos sagrado, “plantea el misterio de la relación entre la vida y la muerte”. Estos dos elementos se encuentran presentes en la constitución de la capilla: “en forma de agua, a la entrada en el sotacoro, y como enterramiento en el crucero”, añaden desde el museo.
En el límite del sotacoro, la obra Fluxus separa los dos espacios y actúa como una membrana que el agua y el visitante atraviesan. En la zona previa, los visitantes podrán visualizar el vídeo elaborado por Elena Asins. Esta pieza audiovisual recrea conceptualmente, “con su mensaje violento, de relaciones nocivas, propio de la cultura griega de la que somos herederos”, la tragedia griega Antígona. En contraposición, la pieza Perpetuum mobile (Physis) muestra el eterno movimiento del agua -siempre igual y siempre distinto- en cuatro pantallas verticales.
Desde la pila bautismal, el agua aflora a partir de su base para convertirse en la pieza Manantial. Esta establece su curso, surgiendo del suelo, para recorrer sinuosamente su camino hacia el plexo solar del cuerpo, materializado en la lápida del enterramiento. Por un hueco que se abre en paralelo accedemos a la parte abierta de la nave central. Allí, por encima del fluir del agua, sobrevuela Muda (llamada así por la muda de piel de la serpiente), como resto de una imagen simbólica que aún retiene su poder, aunque fantasmalmente. “Junto al agua, la serpiente encarna el mismo símbolo líquido, además de otra imagen de lo femenino, por su relación con el renovarse eterno de la vida”. Sobre la lápida, rodeada por la sombra de la serpiente, se hallan los restos de una mujer del Epipaleolítico, inhumada al fondo de una cueva en Aizpea (Aribe). De aproximadamente 6.000 años, es uno de los cadáveres más antiguos encontrados en Navarra.
LA OSCURIDAD, GENERADORA DE VIDA
A ambos lados y en los paneles de las paredes, las piezas Tocado de chica y Los Jardines Celestes presentan la oscuridad y la noche como elementos generadores de vida. “La relación vida-muerte aparece como un misterio exento de la mitificación de la tortura y el sacrificio”, indican los organizadores. En contraposición con la verticalidad de la construcción, toda la intervención artística se centra en atraer la atención al suelo para reflejar “el recuerdo del inframundo”. Una parte de la exposición se desplaza además a la Sala 2.8, dedicada a pintura mural y esculturas góticas. Allí se presenta Alma Mater, la obra que la artista realizó expresamente para la exposición Yo, la peor de todas y que pertenece al Museo de Navarra mediante adquisición.
“Su carencia de estructura y su fragilidad manifiestan lo impermanente de conceptos tenidos por evidentes durante siglos, tales como el relato preferentemente masculino del arte, la noción de progreso o la cosificación de la naturaleza”, concluyen los organizadores.
SOBRE LA ARTISTA
Gentz del Valle (1957) es doctora en Bellas Artes y profesora titular en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). En 2001, publicó el ensayo En ausencia del dibujo (el dibujo y su enseñanza tras la crisis de la Academia), Sus últimas exposiciones han sido en la sala Mentxu Gal (Irún, 2019); KMK (Donostia, 2017) y en Galería Vanguardia (Bilbao, 2013). Su obra, además, ha sido exhibida en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, en el Museo Balenciaga (Getaria), en el Art Brussels, Art Cologne, La Neomudéjar (Madrid), Galería Vell Aöyama (Tokio) y Estampa (Madrid), entre otras. Su obra se encuentra en las colecciones del Museo Artium (Vitoria-Gasteiz), Museo de Navarra (Pamplona) y colecciones particulares.
Debido a las características de la exposición el aforo para poder visitar la sala capilla del Museo de Navarra se ha limitado a doce personas. La exhibición ofrecerá visitas acompañadas los domingos. La primera de ellas la ofrecerá la propia artista el próximo 30 de mayo, a las 11:30 (en español) y a las 12:30 (en euskera). Próximamente, el Museo de Navarra editará una publicación que integrará un texto de Gentz del Valle, una breve biografía y la relación de obras presentadas y fotografías de la exposición. Se podrá obtener en el establecimiento y tendrá un coste de un euro. Para el verano, por otra parte, se ofrecerán talleres infantiles inspirados en esta muestra.