No voy a negar que la sorpresa, para bien, ha sido enorme después de conocer el recientemente designado Gobierno de España que acompañará a Pedro Sánchez en el Consejo de Ministros que dirigirá este país en los próximos tiempos. Un ejecutivo moderno, europeísta, feminista y en clave de actualidad, con un elenco de perfiles que representan la realidad más allá de la Carrera de San Jerónimo, burbuja en la que tradicionalmente se han quedado estancadas las ideas, la evolución, la realidad y, por tanto, el avance.
Sin embargo, más allá del halago en el conjunto del bloque, insisto, compensado e ilusionante, es necesario centrarnos en aquellos ministerios que consideramos clave para afrontar los retos de la economía global que, sin enterarnos, ya está aquí.
Una Europa fuerte, asumiendo las claves de la digitalización -que tanto afectarán al empleo y al equilibrio entre regiones- y una decidida apuesta por la ciencia, que nos asegure un futuro con opciones dentro de la globalización, son los cimientos básicos que deberán ser bien entendidos para revertir la decadencia y caída libre de nuestro país en cualquier escala de competitividad en la que se nos evalúe.
“El triángulo ‘Europa – Digitalización – Ciencia’ es exactamente lo que tenemos que recuperar para garantizar nuestra viabilidad a medio y largo plazo”
Tres carteras estarán plenamente comprometidas con esta tarea modernizadora e internacionalizadora. Los mensajes que nos llegan son claros y contundentes, como en Asuntos Exteriores, con Josep Borrell al frente, mostrando en su tarjeta de presentación una orgullosa ‘Unión Europea’, que junto a ‘Cooperación’ completan la denomicación, marcando el paso al resto, tiñendo de azul europeísta todos y cada uno de los ministerios como primer pilar de la evolución: el retorno a Europa.
Por otra parte, incluir la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información en el Ministerio de Economía y Empresa, es un gesto rotundo que asume la digitalización como principal desafío que deberá trasladarse a empresas y trabajadores, y no se me ocurre mejor cabeza de cartel que una Directora General recién llegada de la Comisión Europea como es Nadia Calviño. Por último, y sin quitarle un ápice de importancia al resto de secciones, nombrar un ministro de Ciencia e Innovación, con el currículo y bagaje de su titular, Pedro Duque, y unirlo a Universidades, solo lo puedo tildar de obra maestra, acción ante la que sólo me queda descubrirme. 
Ya era hora. Mucho hemos tardado. Cada paso que da la Nueva Economía en el año en el que vivimos multiplica su distancia recorrida de forma exponencial, distancia que nos aleja de la realidad moderna en la que se mueven nuestros vecinos, cercanos y lejanos, a los que, a buen seguro, tendremos devolver, en forma de factura, su esfuerzo inversor en ciencia y digitalización de estos años, en los que nosotros, como buenas cigarras, nos hemos dedicado al mundo contemplativo.
UN EJECUTIVO DE LA CALLE Y PARA LA CALLE
Los frutos de este organigrama, rompedor y actual, no se harán esperar, empezando por mantener y ampliar nuestro rico capital humano científico
Los frutos de este organigrama, rompedor y actual, no se harán esperar, empezando por mantener y ampliar el rico capital humano científico que lleva años desangrando nuestro talento en forma diáspora, invitándoles a ocupar la cúspide de la pirámide laboral, entendiendo que en sus manos está el mantenimiento del estado del bienestar, y siguiendo por la familiarización con términos como ‘Inteligencia Artificial’, que completen una Agenda Digital que aborde definitivamente la Industria 4.0, la Nueva Economía y, en resumen, la digitalización de nuestra estructura productiva y de servicios. Todo ello, sin duda, de la mano de Europa, nuestra casa, hogar que nunca debimos abandonar y en el que debemos hacernos hueco en su cabina de mando, como merece nuestra historia, nuestra fortaleza, nuestro potencial y, ahora, nuestro Gobierno.
Entender que el triángulo ‘Europa – Digitalización – Ciencia’ es exactamente la ecuación que tenemos que recuperar para garantizar la viabilidad de nuestro tejido empresarial y laboral a medio y largo plazo, es la prueba veraz que certifica que estamos ante un ejecutivo de la calle y en la calle, con la gente, captando el mensaje de la sociedad, una actitud imprescindible en un mundo interconectado al milisegundo.
Guzmán Garmendia
Parlamentario foral. Grupo Parlamentario Partido Socialista de Navarra
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