“Empecé a jugar a golf en la Ulzama con ocho años porque vivía muy cerca. Desde entonces, no he desconectado en ningún momento”, afirma Jesús Legarrea. Con dieciocho ya era profesional, aunque su primera experiencia entre los mejores la vivió a los catorce. “Aún recuerdo la sensación de jugar con el campeón del mundo, José María Cañizares“, rememora sonriente durante la entrevista para Capital Sport.
La docencia siempre ha sido su otra pasión. Y ya hace una década que decidió compaginar ambos mundos para crear el primer centro de entrenamiento a cubierto en Navarra: Golf Indoor Center, ubicado en Mutilva. “En Pamplona no acompaña el tiempo, sobre todo en invierno, y a las personas les apetece seguir jugando. Así que decidimos montar el centro con la tecnología óptima para que se pudiese continuar con la actividad”.
“Todos los jugadores interesados en progresar tendrían que conocer el simulador. Permite obtener diferente información como la velocidad del palo, el vuelo de la bola o el punto de impacto”.
Las instalaciones están divididas en tres zonas. A la izquierda se ve un pequeño taller, donde Legarrea repara palos de golf de sus clientes. A la derecha, una zona de putting green para practicar el golpe. Y al fondo, la gran atracción del centro: un simulador que supone toda una revolución para los entrenamientos, de la firma Trackman.
Gracias a esta tecnología, los golfistas pueden conocer sus números con exactitud, algo que en el campo es muy complicado de obtener. “Todos los jugadores interesados en progresar tendrían que conocer el Trackman. Nos permite obtener diferente información como la velocidad del palo, el vuelo de la bola o el punto de impacto… Son datos de gran importancia”, explica Legarrea mientras muestra entusiasmado las diferentes aplicaciones que tiene este revolucionario equipo.
De hecho, es el único de su clase que existe en Navarra y uno de los primeros que se implantó a nivel nacional. “Creo que se van dando cuenta de su gran utilidad y se van instalando en más sitos. Hay en Madrid, Barcelona…”. Ahora, cuenta con la última versión del simulador (Trackman 4).
El simulador está compuesto por una caja que funciona como un disco duro; un proyector que refleja el green en una gran pantalla situada enfrente, a una distancia que permita efectuar el disparo; y un ordenador donde se registran los datos. El deportista puede elegir entre 140 campos de todo mundo y competir con personas conectadas desde otros lugares. “Durante la pandemia, cuando todavía no se podía salir al campo, Trackman organizó un torneo propio y Adrián Otaegui jugó desde aquí porque le resultaba el más cercano”.
“Durante la pandemia, cuando todavía no se podía salir al campo, Trackman organizó un torneo propio y Adrián Otaegui jugó desde aquí porque le resultaba el más cercano”.
Otros golfistas de la talla de Carlota Ciganda, Borja Virto, David Borda o Elena Hualde también han visitado el centro para entrenar con esta tecnología: “Luego tienen sus profesores aparte, pero vienen porque esa información les viene muy bien. Por ejemplo, estoy entrenando en este momento a Hualde y también empleamos el simulador para trabajar la técnica”, indica Legarrea, de 62 años.
El Trackman también se emplea para principiantes o personas que quieren mejorar su juego. Además, permite disputar partidos, tal y como ocurre en cualquier campo exterior. “Es más rápido porque no tienes que desplazarte los mismos metros. En una hora y media o dos, acabas una partida”.
PALOS DE GOLF A MEDIDA PARA CADA JUGADOR
Además, los datos que extrae de la máquina le permiten encontrar el material óptimo para cada jugador. Es lo que se conoce como fitting. “A quien viene a practicar, siempre intento darle el palo con el que más cómodo se siente y que mejor resultado le vaya a dar a la hora de aprender”.
Golf Indoor Center, especifica su propietario, es el único centro navarro que realiza estos estudios: “Aquí tenemos diferentes cabezas y varillas con distintos pesos y flexibilidades. Es cosa de probar y ver cuál es la opción que mejor le funciona. Hay muchas personas que están jugando con un material erróneo, y esto hace que no estén cómodas y no sea divertido. Nosotros hacemos el fitting y recomendamos cuál es el mejor palo para cada jugador. Después, el jugador puede comprar el palo aquí o fuera. Nosotros se lo pedimos a medida (a sus proveedores) o le proporcionamos los datos (para que lo adquiera en otro establecimiento)”.
“Nosotros hacemos el fitting y recomendamos cuál es el mejor palo para cada jugador”.
En su taller, además, Legarrea repara material de los clientes y reemplaza cualquier parte de un palo que necesite ser cambiada: “Esa labor es un complemento más, me gusta solucionar todas las necesidades que le puedan surgir a un golfista aquí en Navarra. Cambiar los greeps o la varilla porque se ha roto o la persona ha progresado… Prácticamente tenemos todo lo que uno puede hacer en un campo abierto, a lo que se suma la ayuda de la última tecnología del momento”.
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