La sociedad pública INTIA presentó este miércoles al sector cerealista de Navarra las experiencias que está desarrollando en diferentes zonas de la Comunidad foral para analizar las distintas técnicas agrarias que favorezcan una mejor productividad de los cultivos, así como las variedades más rentables. En concreto, el sector agrícola navarro pudo conocer parte de los ensayos en cultivos extensivos que se están realizando en una superficie de nueve hectáreas en una zona de Baja Montaña ubicada en Azpa.
Según informó el Gobierno de Navarra, el consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José María Aierdi, y la directora gerente de INTIA, Natalia Bellostas, se acercaron hasta este campo de ensayos para participar de una jornada de puertas abiertas, que contó con un centenar de asistentes. El objetivo de estas visitas es que los profesionales del sector puedan conocer, de primera mano, la labor investigadora que se está llevando a cabo en estas parcelas.
“La transferencia del conocimiento y de la investigación al sector es esencial. En este caso, estamos hablando de que los ensayos llevados a cabo por INTIA permiten conocer qué variedades se adaptan mejor ante el cambio climático. Por lo tanto, es una medida muy interesante para acompañar al sector cerealista y ayudar en la toma de decisiones a la hora de planificar los cultivos para que la producción resulte más rentable”, valoró Aierdi.
Jesús Goñi (INTIA): “Me atrevería a decir que estamos ante una de las mejores cosechas de los últimos 32 años en productividad”
En Navarra, la campaña del cereal estuvo marcada por tres circunstancias climáticas que han tenido distinta repercusión en función de las tres zonas: Sur, Media o Baja Montaña. En primer lugar, una pluviometría “importante” en invierno, que “favoreció especialmente a los cultivos de la zona sur de Navarra”. En segundo lugar, las temperaturas elevadas registradas a principios de la primavera contribuyeron al “adelanto de ciclo y a un crecimiento más rápido” que el habitual en esa época del año. Y, por último, las precipitaciones caídas en un mes de mayo “más húmedo” terminaron de despejar las incógnitas que, en años recientes, sobrevolaban en el sector agrícola en estas fechas.
“Me atrevería a decir que estamos ante una de las mejores cosechas de los últimos 32 años en cuanto a productividad. En la Ribera fue un año medio o medio malo, en la Zona Media el año fue muy bueno, rozando el extraordinario. Así mismo, en la Baja Montaña, estaríamos hablando de un año muy bueno”, señaló Jesús Goñi, coordinador de Experimentación de INTIA, quien también añadió que “habrá zonas del Prepirineo penalizadas que han venido sufriendo desde el principio y que arrojarán peores resultados”.
En palabras de Bellostas, directora gerente de INTIA, “no es casualidad” que la tendencia en la producción total de Navarra “vaya al alza” en un escenario de reducción de la superficie agrícola: “Es evidente que la recomendación de variedades y manejos que realizamos cada año es acertada y que la genética de los materiales se traduce en un incremento de productividad y en una mayor sostenibilidad de las producciones. Precisamente, INTIA es el único instituto técnico del país que, antes del inicio de cada campaña, realiza una recomendación de variedades al sector cerealista”.
LOS ENSAYOS
En total, la sociedad pública navarra está realizando más de 150 ensayos repartidos por distintas zonas agroclimáticas de secano fresco en Cabanillas, Tafalla, Ilundáin y el valle de Egüés. Los visitados en esta jornada se centran en comparar distintas variedades de guisante en leguminosas y de trigo y cebada en extensivos, así como en analizar las estrategias de control de plagas y enfermedades.
Además, existen dos en marcha centrados en fertilización, el primero dedicado a estudiar variedades de trigo por dosis de nitrógeno y el segundo, centrado en los bioestimulantes para probar su efectividad en este tipo de cultivos. Otro ensayo presenta una prueba de mezcla de cultivo de trigo con guisante enmarcado en el proyecto europeo IntercropValues.
INTIA se encarga de analizar así el comportamiento de más de 150 variedades diferentes en trigo principalmente y también en otros cultivos extensivos como cebada o avena o en leguminosas. Estas pruebas se enmarcan en el proyecto LIFE NAdapta que investiga las estrategias de adaptación al Cambio Climático. Con los resultados del estudio de estas variedades, se trasladan al sector cerealista una serie de recomendaciones para la siguiente campaña en una jornada que previsiblemente tendrá lugar el próximo 1 de agosto en Olite.