jueves, 12 diciembre 2024

José Mª Bariáin, el reto de liderar IMQ

El director general del Igualatorio ha liderado una etapa de cambios y celebraciones en el Grupo en el que ha desarrollado toda su carrera profesional. Se dispone a afrontar una época más tranquila, pero sin dejar de pensar ni un momento enqué hacer para dar respuesta a nuevos retos y para crecer, siempre crecer”.


Pamplona - 19 octubre, 2019 - 06:00

José María Bariáin es el director general del Grupo IMQ. (Fotos: Ana Osés)

José María Bariáin nos recibe en las recién estrenadas oficinas del grupo del que es director general, IMQ Navarra. El Igualatorio, como se le conoce popularmente. Dice que aún no está todo en su sitio y efectivamente se ve alguna caja de cartón por desembalar. Pero salvo eso y la ausencia de elementos ornamentales, el resto tiene un aspecto diríamos que definitivo. Ocupan parte del que fue uno de los locales de una institución comercial de Pamplona, Casa Unzu, concretamente el situado en la avenida de Bayona. El destino ha unido a dos entidades muy ligadas a la vida de la ciudad: “Es pura coincidencia. Llevábamos cuatro o cinco años buscando un lugar que se ajustara a nuestras necesidades de espacio”, comenta mientras posa para las fotografías.

Bariáin, ante el acceso a las nuevas oficinas del Igualatorio.

Nacido en Berrioplano –“soy cuenco”-, estudió la carrera de Ciencias Económicas en Bilbao, en la Universidad del País Vasco. Tras finalizar sus estudios y la mili, empezó a trabajar en una asesoría empresarial, pero un mes más tarde le anunciaron que había sido seleccionado en las pruebas que había hecho en IMQ para acceder la dirección administrativa de la Clínica San Miguel. Tres años después se jubiló el gerente y el Consejo de Administración le ofreció el puesto. Al preguntarle cuándo ocurrió eso, se ríe. “Es que ya tengo una edad que… Llegué a finales de 1982 y, desde mediados de 1985, estoy en la gerencia,en la dirección general”. Toda una vida, laboral al menos, en la misma empresa.

Bajo su dirección se han sucedido los cambios en IMQ, algo lógico en cualquier empresa “al cabo de treinta y tantos años”. “Y sí, me ha tocado liderarlos. Llegué cuando se había abierto la Clínica San Miguel en Beloso Alto, y la medicina y la asistencia actual poco tienen que ver con lo que eran entonces. Hoy la Clínica no es reconocible con lo que era en su origen, tiene tres veces más empleados”. Le ha tocado, también, ser protagonista a su pesar de las celebraciones del 100 aniversario de la Clínica, que se inauguró el 29 de septiembre de 1919 en el barrio de San Juan, donde luego tendría como vecino el campo de fútbol de Osasuna, y los 75 años de IMQ. Su carácter reservado le hace ser reacio a la exposición pública y, de hecho, aceptó a regañadientes ser entrevistado, aunque nos atiende con exquisita amabilidad.

“A diferencia de otros sectores, en el sanitario es importante la tecnología, pero aún más las personas”.

No todo han sido fiestas. También ha tenido que gestionar situaciones difíciles a causa de los vaivenes en las derivaciones de pacientes del sistema público, que llegaron a suponer el 30 % de las asistencias y hoy se limitan a la práctica de colonoscopias.

Eso ha exigido readaptar la actividad, buscar nuevos nichos de asistencia -de ahí la decisión de levantar en 2008 la residencia geriátrica Beloso Alto– … Como decía Bariáin en una reciente entrevista, “es adaptarse o morir”.

José María Bariáin ha desarrollado toda su carrera profesional en el Grupo IMQ.

MÁQUINAS VS PERSONAS

Al hablar de los cambios, cita la tecnificación de la medicina, aunque añade que “a diferencia de otros sectores, en el sanitario es importante la tecnología, pero son más importantes las personas”. Su comentario da pie para charlar sobre la sustitución de las personas por las máquinas: “Yo sinceramente no lo veo. La Clínica ha multiplicado por más de tres su plantilla y creo que eso tendrá que seguir siendo así porque el valor de las personas, su inteligencia en la valoración del paciente, será difícil que sea suplida por un aparato, además de lo que supone la relación entre dos personas”.

En broma, le comentamos que entre las cuantiosas inversiones realizadas por el Grupo IMQ en los últimos años no habrá entonces ningún robot u ordenador capaz de diagnosticar enfermedades. Bariáin ríe y lo confirma, aunque dice que recientemente participó en un seminario en el que uno de los ponentes mostró imágenes “de una especie de fotomatón” que decía tener alguna utilidad en ese sentido. “Nosotros no creemos en eso –recalca-, creemos en la medicina personal, en el trato humano entre sanitarios y pacientes”, algo que entronca con los orígenes y los valores fundacionales de IMQ, de marcado carácter social.

“Lo importante es el compromiso y la fidelidad, porque se supone que los conocimientos técnicos y profesionales los tienes cuando vienes aquí”.

“IMQ nace con una voluntad de servicio a Navarra y a los navarros, y eso lo mantenemos. Queremos que nuestra tierra tenga una calidad asistencial homogénea, y la prueba es que en 2017 abrimos Clínica San Miguel en Tudela para que nuestros asegurados en la Ribera pudieran disponer de unos servicios equiparables a los de nuestros clientes en la zona de influencia en Pamplona”, señala su director general, quien asegura que los principios sociales por los que se rige el Grupo están detrás de la apertura de la residencia asistida para la tercera edad Beloso Alto. “Podíamos dar un plus por proximidad a la Clínica San Miguel y estábamos más capacitados por esa ligazón entre lo social y lo sanitario”.

LOS ‘SANMIGUELES’

Bariáin cree firmemente en el valor de las personas.

Internamente también dan mucha importancia al trato personal. Aunque son ya más de 400 quienes trabajan en el Grupo IMQ, José María Bariáin apunta que todos se conocen. “Igual no llegamos a saber el nombre de los 400 porque el mayor crecimiento se ha dado en los últimos años, pero sí podemos ponernos cara”. A ello contribuyen detalles como la entrega de los ‘Sanmigueles’, que anualmente reciben quienes cumplen 25 años de trabajo en el Grupo. Nuestro entrevistado confirma entre carcajadas que ya ha recibido la figura de bronce que reproduce la imagen de San Miguel de Aralar. “Que yo sepa, desde sus orígenes Igualatorio ha venido celebrando los 25 años de sus trabajadores. Y a partir de la incorporación de la Clínica San Miguel, es cuando se empezaron a entregar los ‘Sanmigueles’ como recuerdo y agradecimiento a esas personas”.

“Yo sinceramente no veo que en nuestro sector las máquinas puedan sustituir a las personas”.

Bariáin destaca que la entrega de esos agradecimientos demuestra “el grado de permanencia en la casa de nuestros trabajadores”. Y eso “solo es posible con una relación bastante estrecha, y con un sentimiento de compromiso y  fidelidad por parte de los empleados, y eso sí que es importante, el compromiso y la fidelidad, porque se supone que los conocimientos técnicos y profesionales los tienes cuando vienes aquí”.

Con la apertura de las nuevas oficinas, se cierra una etapa de intenso trabajo para el director general del Grupo IMQ. Han sido años en los que se han hecho realidad importantes proyectos que han requerido cuantiosas inversiones. Preguntamos si ha llegado el momento de tomarse una pausa y nos contesta que, “en todo caso, ha llegado el momento de que nuestros clientes disfruten de los medios que hemos puesto a su disposición. Sí que va a ser un cierto ‘impasse’ porque no tenemos previstas nuevas inversiones”. Pero acto seguido añade que “toda empresa precisa adaptarse, renovarse, y la cabeza de sus responsables debe estar cada día, casi permanentemente,  evaluando y meditando qué hacer para dar respuesta a nuevos retos y para crecer, siempre crecer”.

¿Crecer puede interpretarse como dar el salto fuera de Navarra? Sonríe y remata, mientras abre los brazos, como si quisiera abarcarla, que “nos dedicamos a Navarra”. “Ese sigue siendo nuestro objetivo y nuestra filosofía. ¿Crecer? Fíjate lo grande que es el mundo, pero no pensamos más que en Navarra y en los navarros”.

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