La superficie forestal cubre el 40% de nuestro territorio. Se trata de una fuente de riqueza y un patrimonio conservado en gran parte gracias a los esfuerzos de sus propietarios, la mayoría concejos, ayuntamientos y pequeños propietarios.
Juan Miguel Villarroel es el gerente de FORESNA, la asociación que aglutina a una gran parte de este colectivo que acaba de cumplir 25 años desde su fundación. Pasado ese tiempo, como él mismo expone, su objetivo sigue ahí: no solo explota económicamente los montes y bosques de la Comunidad foral, los cuida y los preserva para futuras generaciones. Las dos caras de una misma moneda.
PREGUNTA (P): Foresna acaba de cumplir 25 años, ¿qué tal os ha sentado el aniversario, qué valoración hacéis de este cuarto de siglo?RESPUESTA (R): Cumplir años siempre sienta muy bien, porque significa que estás vivo, y además en nuestro caso el aniversario indica que estamos llegando a nuestra madurez. Por otra parte nos encontramos con un mundo forestal bastante envejecido, algunos de los socios que empezaron con nosotros han ido envejeciendo o han fallecido, y hay que encontrarles un relevo generacional entre unos jóvenes que cada vez tienen sus ojos más puestos en el medio urbano.
«El sector forestal sobrevive gracias al tesón de unos cuantos, pero si no se adoptan medidas serias y se apuesta por una industria fuerte que lo sustente su futuro se queda en el aire»
(P): La asociación de propietarios forestales agrupa a una buena parte de los propietarios forestales de la comunidad, ¿echáis en falta a alguien?
(R): Con el número y la entidad de nuestros socios somos lo suficientemente fuertes como para hacernos oír, pero sí que es verdad que siempre se puede mejorar, y quizás por eso echamos en falta a muchos propietarios particulares que tienen grandes superficies como pueden ser los señoríos. En muchos de estos casos nos es complicado llegar hasta ellos porque no es fácil saber de quién es la propiedad o porque algunos de estos propietarios viven en sitios como Madrid o Argentina.
(P): Una de las razones de ser de Foresna es la defensa y la negociación de los intereses y derechos de los propietarios, ¿cómo lleváis a cabo vuestra misión?
(R): Nuestros esfuerzos se centran sobre todo en dos áreas; la legislativa y la económica. En primer lugar, el dueño de terreno forestal posee la propiedad más intervenida de todas, sujeta a muchas leyes y normativas como son la de aguas, la de suelo o las medioambientales, es decir; el propietario forestal para hacer cualquier cosa tiene que pedir permiso en sus terrenos, y por eso mismo hay que luchar para que las leyes sean justas con ellos.
Por otra parte, a veces tenemos que hacer presión a nivel político para que parte de los presupuestos del Gobierno de Navarra lleguen al monte, a su propietario. Date cuenta que por cada euro que el Gobierno pone en el monte, el propietario pone otro, mientras genera paisaje, bosque y lo cuida, una labores que son muy importantes en la prevención de incendios. Y todo esto teniendo en cuenta que el rendimiento económico de la madera puede tardar en llegar 50 años.
(P): El territorio forestal español, y sus bosques en particular, están en expansión (la superficie arbolada de Navarra ha crecido un 24% en los últimos 20 años), ¿significa esto que se están abriendo oportunidades de negocio en este sector?
(R): Sin duda el bosque puede ofrecer muchas oportunidades además de las meramente productivas como son la madera, la micología, la recolección de frutos o las energéticas a través del biocombustible; existe la posibilidad de realizar actividades terapéuticas, turísticas, educativas, de protección del medio natural… ¡fíjate en todo lo que se puede hacer!
(P): Según cifras del Gobierno, en Navarra, hay alrededor de 300 empresas del sector forestal que generan 2.100 empleos directos, ¿son buenas estas cifras?
(R): El sector forestal sobrevive gracias al tesón de unos cuantos, pero si no se adoptan medidas serias y se apuesta por una industria fuerte que lo sustente su futuro se queda en el aire. Es muy importante que ocurra un cambio, la madera se ha trabajado durante muchos años de manera tradicional, y la industria necesita reinventarse, y para que eso ocurra es necesario el apoyo del Gobierno, y que se hagan políticas forestales que sean estratégicas y un plan forestal a 25 años, independientes del gobierno que haya. Nuestra industria forestal funciona porque todavía se corta la madera y la papelera Smurfitt-Kappa compra montes, pero si no existe una acción política real y consensuada la industria morirá.
«Hay ayuntamientos como el de Ultzama o Salazar que gracias a la biomasa han reducido en tres o cuatro años el gasto energético de algunas de sus instalaciones en un 50%, pero eso no trasciende»
(P):¿Tan importante es tener una industria potente ligada al sector?
(R): ¿Qué están haciendo nuestros vecinos los vascos? Que se lo han creído y están apoyando su industria forestal. Se han dado cuenta de que para tener los bosques cuidados se necesita una industria que compre la madera y otros recursos del bosque.
¿Por qué Navarra es una tierra agrícola tan rica? Porque hay una industria detrás que se encarga de embotar, de meter en conserva o de distribuir los productos de la tierra. Al igual que con el campo, se trata de dar un valor añadido a los productos forestales que podamos desarrollar aquí.
(P): En ocasiones el mundo forestal tiene que luchar contra prejuicios acerca de la moralidad de la tala de árboles, ¿es esto cierto?
(R): Sí, sin duda, si haces una entrevista a cualquiera y le preguntas si es malo cortar un árbol, todo el mundo te responde que sí. O la televisión; te encuentras con un montón de anuncios que dicen que si no imprimes el ticket de la compra es mejor, pero nada más lejos de la realidad; se pueden cortar árboles bajo una gestión sostenible y proteger el medio ambiente. El monte son las dos caras de una misma moneda: tiene que producir, y hay que protegerlo. Tan importantes son los bosques y sus ecosistemas como lo es el hombre que habita en el medio rural, el “homo sapiens rural”, como lo llamo yo, y que vive gracias a ellos.
(P): ¿Qué ha pasado con la biomasa, por qué no acaba de cuajar como negocio en Navarra?
(R): Ha pasado lo de siempre, que hay lobbies más potentes que se empeñan en ponértelo difícil. La gente del petróleo, del gas, o la electricidad tienen su nicho, y no van a tolerar que les quites ni un cinco por ciento. Cuando algo empieza a surgir y tiene competidores tan fuertes, o lo apoyas con fuerza o no hay nada que hacer, y los diferentes Gobiernos de Navarra han dejado pasar muchas oportunidades para mostrar su apoyo al sector forestal y de la biomasa: mira la clínica de Ubarmin, acaban de cambiar la caldera, y en vez de poner una que use biomasa se han decidido por otro combustible. O el mismo edificio de la consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural; no se ha empleado para nada la madera en su construcción. Y sin embargo hay ayuntamientos como el de Ultzama o Salazar que gracias a la biomasa han reducido en tres o cuatro años el gasto energético de algunas de sus instalaciones en un 50%, pero esto no transciende.
(P): ¿Qué opinas acerca de la política europea que promueve la compensación de emisiones de dióxido de carbono mediante la reforestación, es un incentivo para los propietarios?
(R): El estado español se beneficia de toda la fijación de carbono que hacen los bosques del país, porque luego va a Europa y pide dinero por la compensación de emisiones, pero eso no está revirtiendo en los propietarios, de hecho, no nos está llegando ni un duro por toda la labor que hacemos por conservar nuestros bosques y nuestro medio ambiente.
Una información y fotos de Miguel Ciriza© para navarracapital.es
