PREGUNTA (P): ¿Qué son las estrategias de especialización inteligente?
RESPUESTA (R): Podríamos decir que, en general, se van a convertir en los pilares sobre los que se basará el crecimiento de Europa a medio plazo. Todo parte de la reformulación de las normas y la legislación que regulan las inversiones de la política de cohesión de la UE aprobadas por el Consejo en diciembre de 2013 para el período 2014-2020.
(P): ¿Bajo qué criterios se plantean esos cambios?
(R): Vivimos en un mundo y una época que cambia continuamente y a un ritmo muy rápido, y corríamos el riesgo de que Europa se quedara atrás si no se adaptaba a estos cambios. Por eso las inversiones de la política de cohesión se han vinculado a unas estrategias de investigación e innovación para la especialización inteligente, las conocidas como estrategias de RIS3, que consisten en agendas integradas de transformación económica territorial.
Las estrategias de especialización inteligente se centran en el apoyo de la política y las inversiones en las prioridades, retos y necesidades clave del país o región para el desarrollo basado en el conocimiento. Aprovechan los puntos fuertes, ventajas competitivas y potencial de excelencia de cada país o región, respaldan la innovación tecnológica, y pretenden estimular la inversión del sector privado, la innovación y la experimentación.
(P): ¿Y cuál es el objetivo que se persigue?
(R): Que la UE se convierta en una economía inteligente, sostenible e integradora, y que gracias a ella los Estados miembro logren altos niveles de empleo, productividad y cohesión social.
La UE ha fijado cinco objetivos, que son bastante ambiciosos, en materia de empleo, innovación, educación, inclusión social y clima y energía que deberán alcanzarse para 2020, y para conseguirlos las autoridades nacionales y regionales de toda Europa deben articular estrategias de especialización inteligente con acciones específicas para descubrir emprendedores, de forma que los fondos estructurales y de inversión europeos puedan utilizarse de forma más eficaz y puedan aumentarse las sinergias entre las diferentes políticas regionales, nacionales y de la UE, y las inversiones públicas y privadas.
(P): ¿El concepto clave es, por lo tanto, la especialización?
(R): Sí, en realidad es poner en valor aquello en lo que una región o un país es fuerte. En el pasado todo el mundo quería tener su mini Silicon Valley, todo el mundo aspiraba a concentrar en su territorio la más avanzada producción biotecnológica…
Yo utilizo un ejemplo deportivo para explicar por qué no tiene que ser así. Uno puede ser muy bueno jugando al fútbol, otro en el baloncesto, y tú en el tenis. Pero un día decides dejar el tenis y pasarte al fútbol. Sería absurdo ¿no? Porque te vas a encontrar con otros que lo hacen mejor y vas a fracasar. Si eres bueno en el tenis sigue ahí porque es donde puedes competir con ventaja.
(P): ¿Cree que las autoridades nacionales y regionales comparten y asumen esa apuesta de la Unión Europea por la estrategia de la especialización inteligente?
(R): El trabajo hecho ha demostrado que hay mucho interés y voluntad en las regiones y a nivel nacional en seguir esa filosofía de la especialización inteligente. No consiste en decir “esto lo debéis hacer porque las estadísticas dicen que tenéis industria o investigación en este sector o en el otro”. No.
Puede ser que los actores no quieran colaborar en algo porque no lo consideren interesante, pero sí colaborarán si ven que eso les va a reportar un valor añadido, si ven que comparten un problema y que pueden ayudarse mutuamente a solucionarlo. Para mí esa es la esencia de la especialización inteligente, el proceso de unir universidades, empresas, actores civiles y públicos… Eso puede suceder en el interior de una región, pero en muchos casos los socios ideales para un proyecto están fuera.
“Navarra es una región relativamente pequeña y como tal tiene un número limitado de empresas, de actores económicos, y puede ser interesante para ellas buscar socios en otras regiones europeas. Hay que abrir las estrategias, abrir las herramientas políticas y financieras para que empresas y universidades encuentren los socios ideales”
(P): Buscar el progreso por la vía de la especialización supone un giro en la estrategia seguida por la Unión Europea.
(R): Sí, sí. En el pasado se identificaba las debilidades de un país o de una región, y se atacaban esas debilidades para que se pusiera a la altura de los demás. En ciertos casos hay que seguir haciéndolo, por ejemplo si no llegas a un mínimo en educación.
Pero en innovación no puedes ser excelente en todo, es imposible, hay que orientarse hacia algo concreto y ése es el gran cambio de la especialización inteligente. No hay que mirar las debilidades sino a aquello en lo que se es fuerte, y a partir de ahí, colaborando con las fortalezas de otra región, llegaremos a ser excelentes en una actividad determinada.
Además es algo a lo que nos vemos obligados en este mercado global, ser más fuertes en lo que ya somos fuertes, y no tratar de igualarnos en todo a los mejores del mundo, eso no es posible.
“Vivimos en un mundo y una época que cambia continuamente y a un ritmo muy rápido, y corríamos el riesgo de que Europa se quedara atrás si no se adaptaba a estos cambios”
(P): Sin embargo, el progreso de una región, o de un país, depende del progreso de sus empresas. Desde el punto de vista empresarial, ¿no resulta ilógico plantear la colaboración con alguien que puede ser tu competidor?
(R): Si fuera así tendría usted razón, pero el mercado no es una cosa uniforme, consolidada e inmóvil. No. Es algo que se mueve. Creo que, a diferencia con otras muchas iniciativas anteriores, ahora se aprovechan las cadenas de valor, es decir, si tú trabajas alrededor de un tema, por ejemplo la acumulación de energía, no puedes unirte con otro fabricante de baterías, es tu competidor, esa unión te la puedes plantear solo si no eres capaz de sobrevivir por ti mismo, y lo más seguro es que una de las dos empresas desaparezca.
Ahora bien, tu empresa de baterías sí puede unirse con otra especializada en sistemas de transporte de la energía, con unos que economizan el consumo o que generan energías renovables… Ahí ya no estás en un marco de competición sino de complementariedad, porque en una cadena de valor se necesita de todo.
En ocasiones me plantean críticas en el sentido de que no todos los sectores pueden formar parte de una cadena de valor y corren el riesgo de quedar al margen. Por ejemplo, y ya que estamos hablando de energía, me puede venir un panadero y decirme: “muy bien, tú hablas de energía pero yo soy panadero, ¿qué hay ahí para mí?”
Se trata de un planteamiento falso. Un panadero necesita mucha energía y puede ahorrar en el consumo si colabora con una empresa que se dedique a eso, y su horno produce mucho calor que podría servir para la calefacción del local que tiene al lado. Estamos hablando, en definitiva, del aprovechamiento de retos y temas comunes que no tienen por qué estar en nuestro mismo sector.
(P): Antes decía que las autoridades nacionales y regionales han acogido bien la estrategia de la especialización inteligente. ¿Cree que también la asumirán los agentes económicos?
(R): En gran parte me parece que sí. Uno de los indicadores que es entendido y valorizado es que no se va a seguir como siempre, dando dinero a una industria específica y ya veremos cómo lo hace. No, eso se ha terminado.
Por el contrario, quienes se han lanzado al proceso de especialización han salido encantados porque descubren que tienen a su disposición a otros que no conocía y con los que son capaces de colaborar. Incluso en regiones con un montón de problemas, como el Este de Grecia que está encajado entre Turquía y Bulgaria, donde les hemos ayudado a realizar el proceso. Y lo que más me impresionó fue que, al final, vino un empresario y nos dijo: “aquí llegaba el dinero de los fondos estructurales y cada uno lo utilizaba como podía o sabía, pero lo importante es que ahora sé con quién puedo colaborar en mi región, con qué empresas, con qué centros de investigación”, y además nos dijo que en la mayoría de los casos la solución de los problemas no pasa sólo por disponer de dinero.
Una información de Miguel Bidegain para Navarra Capital
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