La fabricante navarra de muebles de laboratorio Koümer se prepara para dar un gran salto en su proceso de internacionalización. La compañía, situada en Huarte, busca llegar a Europa y, a largo plazo, a Estados Unidos. Así que ya se encuentra realizando los pertinentes estudios de mercado, gracias a la reciente subvención de 24.000 euros concedida por el programa ICEX Next.
En este sentido, los gerentes de la compañía, Arantxa Artola y Juan Ramón Delgado, han acudido a una feria celebrada en Polonia y esperan hacerlo propio próximamente en Alemania con el fin de conocer un poco más a fondo las demandas de este sector a nivel internacional. Ahora bien, sus productos ya han llegado, a través de un cliente, a República Dominicana y Cuba.
En la actualidad, su facturación se sitúa en los 600.000 euros al año. Y la firma aspira a duplicarla gracias a las exportaciones. No es un brindis al sol, sino el mensaje que «varios mentores» han trasladado a Artola. Pero Raquel Navarro, administradora de la compañía, trata de ser prudente al agregar que la firma está dando sus primeros pasos en este campo y que todo «está en el aire» todavía.
La empresa ha realizado algunas inversiones con el fin de optimizar su producción. Por un lado, ha destinado 140.000 euros a un Control Numérico, también llamado CNC, una máquina con la que optimizan el corte y tratado de la madera y acero. Gracias a ella, se acorta a la mitad el tiempo la elaboración de un pedido y los operarios ganan en seguridad. También ha empleado 20.000 euros en la instalación de paneles fotovoltaicos con el fin de reducir su gasto energético.
LA DIFERENCIACIÓN
En su catálogo figuran armarios, mesas y campanas extractoras entre otros productos, pero el segundo de ellos es el más solicitado. Además, estas referencias se personalizan conforme a las necesidad de los clientes, entre los que se encuentran la Universidad Complutense de Madrid o el Archivo General de Castellón. «Nos adaptamos al consumidor. Él nos manda un plano con su diseño y le enviamos una propuesta», explica Delgado.
El tiempo de entrega del pedido suele rondar los 45 días, «una cifra inferior a la competencia», donde la media ronda los 60. Para poder fabricar sus artículos, la materia prima procede normalmente de países como Austria e Italia, aunque Koümer también cuenta con proveedores navarros. Además, suele apoyarse en firmas locales para labores que no puede llevar a cabo dentro de la fábrica, como la pintura de patas y estructuras metálicas o la instalación de motores de ventilación en los muebles.
