La asamblea de trabajadores de Kayaba Steering Spain (KSS) de Orkoien ha aprobado con 67 votos a favor, 17 en contra y 4 abstenciones el preacuerdo sobre el ERE y cierre de la factoría, pactado el pasado martes con la dirección en el Departamento de Trabajo del Gobierno de Navarra.
La multinacional japonesa anunció el 8 de abril el cierre de la factoría de Orkoien, dedicada a la producción de bombas hidráulicas para direcciones asistidas de coches y que cuenta con 123 trabajadores en la actualidad. Entonces se anunció que la clausura se realizaría en dos fases. La primera consistía en un expediente de extinción para 80 de sus 136 trabajadores, que saldrían progresivamente a lo largo de 2019. Los otros 56 empleados abandonarían la fábrica a partir de 2020, tras lo que estaba previsto que cerrara sus instalaciones definitivamente en 2021.
El preacuerdo, alcanzado con la mediación del Gobierno Foral, prevé recolocaciones en otras factorías de Kayaba: KAMS, situada en Los Arcos; Kybse, en Ororbia; KEU en Munich (Alemania) y SLMA, e indemnizaciones de diferente cuantía según las circunstancias de cada trabajador.
La fábrica de Orkoien cerrará tras 22 años de actividad. Llegó a tener 450 empleados que trabajaban en tres turnos.
KSS viene sufriendo sucesivos ajustes de plantilla desde 2012, y el último supuso la salida de 71 personas en abril de 2018. Para encontrar la causa hay que remontarse una década, al aparecer los motores eléctricos que sustituyen a las bombas hidráulicas para direcciones asistidas, que eran las que salían de la factoría de KSS, con lo que se redujo drásticamente la demanda, hasta el punto de que la caída de pedidos para 2019 era del 72%.
Los acuerdos entre la empresa y los trabajadores para solucionar los problemas, que supusieron importantes sacrificios laborales y salariales para la plantilla, no han servido de nada porque la promesa de la dirección de KSS de diversificar la producción no se ha hecho realidad.
La fábrica de Orkoien cerrará tras 22 años de actividad. Comenzó en 1997 con 120 empleados, y llegó a tener más de 450 en 2003 que trabajaban en tres turnos. En 2008, Kayaba planeaba sustituir la producción de bombas hidráulicas por dispositivos de asistencia eléctrica, pero cuestiones técnicas y el estallido de la crisis financiera global impidieron que el proyecto fuera ejecutado.
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