Marck Zuckerberg o el fallecido Steve Jobs cambiaron el concepto de vestir en el mundo empresarial. Hombres de negocios, de nuevos imperios tecnológicos, y sin embargo, el pantalón vaquero y la camiseta se convirtieron en sus señas de identidad, hasta el punto incluso de constituirse en su uniforme habitual. Quizá sin llegar a esos extremos del vaquero y camiseta, un nuevo concepto de vestir se está imponiendo en el mundo de los negocios. Pero ¿afecta igualmente a todos los sectores, a todos los puestos laborales, a todos los profesionales?, ¿siguen utilizándose el traje y la corbata para momentos importantes como reuniones con otros directivos o clientes?
DISTINCIÓN Y JERARQUÍA
“El código de vestimenta o dress-code viene determinado por el sector, la profesión y la edad entre otros factores. Más allá de una mera moda o tendencia de una generación, el dress-code atiende a aquello que el cliente espera encontrar en una empresa”, señala el director de Recursos Humanos de una compañía multinacional navarra
Al igual que la bata blanca identifica al médico como tal y aporta profesionalidad y seriedad a su cargo, esto también es aplicable a cualquier otra profesión. “El traje y corbata denota seriedad y profesionalidad en puestos directivos de grandes empresas o corporaciones y en sectores como el bancario, el legal, el comercial, etc. El traje y la corbata además, indican también cierta jerarquía en determinados puestos de trabajo y empresas”, añade el directivo.
La ubicación del puesto de trabajo también es una variable importante a tener en cuenta. No es lo mismo un puesto en un banco de una pequeña localidad que en una gran entidad bancaria de una ciudad. “En definitiva, la relajación en cuanto al dress-code es una cuestión de adaptabilidad al entorno. Es cierto que las start ups, donde el entorno e incluso el producto y servicio que se ofrece se dirigen a un público más joven, permiten que el look sea también más desenfadado. Pero seguramente, habrá ocasiones en las que se deba vestir igualmente de traje porque así lo requiera”, añade el responsable de gestión de personas.
Según su experiencia diaria en contacto con otros directivos y empresarios tanto a nivel local y nacional como internacional, en Navarra todavía se mantiene el código de traje y corbata en los puestos directivos y sectores propios en los que tradicionalmente se ha llevado esta forma de vestir.
De igual modo, desde la constructora ACR Group señalan que el tipo de vestimenta depende mucho del sector y del tipo de trabajador. “Es complicado generalizar. Es cierto que en determinadas ocasiones, como durante la temporada de verano o los viernes, ese código de traje y corbata en los hombres o de vestimenta más formal en las mujeres, se ha ido eliminando poco a poco y ahora lo más común es ver a la gente más de “sport”. Por lo tanto, sí que puede ser que exista algo más de flexibilidad en esas situaciones, pero en general no creo que en Navarra se haya visto un cambio de tendencia muy grande. El traje y la corbata o ese estilo de oficina se sigue imponiendo en la mayor parte de los sectores. Creo que en este tema, ciudades como Barcelona, sí que tienen un estilismo diferente, pero por el momento Navarra no ha cambiado demasiado”, comenta Teresa Minondo, directora del departamento de Personas y Desarrollo de ACR Grupo.
En ACR Grupo apuntan que ese código de vestir en esta empresa “no es tan estricto. Por un lado, las características de nuestro negocio hacen que para muchas personas no tenga sentido esa rigidez (en obra es impensable ese tipo de vestimenta, además de que no es práctico). Pero también es verdad que tenemos plena confianza en la capacidad de nuestras personas de seleccionar los momentos en los que se requiere un dress code más formal o informal”, añade Minondo.
EL PERFIL MILLENIAL
Un punto de vista diferente nos ofrece la asesoría de imagen y comunicación Masquemilpalabras. Según su directora Eugenia Oiz Palacios, la corbata que siempre ha sido un símbolo de elegancia, empieza a valorarse como una prenda caracterizada por su rigidez y excesiva formalidad. Esto según señala, se debe al triunfo del smart casual, o una forma de vestir que está a medio camino entre lo formal e informal. “La imagen de los millenials influye, va influir y va a modificar nuevos códigos de vestimenta”, añade.Así mismo, comenta que la corbata ya no sólo no es imprescindible en el mundo empresarial sino, en muchos casos, ni siquiera deseable, “puesto que confiere una apariencia de rigidez tanto real como figurada al que la porta”, añade.
“Si una persona está todo el día en la oficina trabajando sin recibir visitas ni reuniones formales, no tiene mucha lógica la vestimenta formal y mucho menos la corbata. Una persona que viaje frecuentemente, visite a clientes, etc, es más lógico que utilice vestimenta formal”
En Navarra, continúa, “sí que encontrábamos entre nuestros clientes un porcentaje muy alto de personas tradicionales, conservadoras y con mucho miedo a los cambios, sobre todo hace casi una década. Nosotras que trabajamos con otras comunidades vimos diferencias en este aspecto muy rápidamente. Pero también hay que decir que en masquemilpalabras cada vez tenemos un porcentaje de clientes emprendedores más abiertos, con ganas de algo menos tradicional, mucho más creativo”.
BUSINESS CASUAL
Gregorio Moreno, socio responsable de las oficinas de Pamplona y Zaragoza de KPMG ve evidente que sí se está relajando el código de vestimenta de manera generalizada. “Esto ya llevaba tiempo produciéndose en otros países de nuestro entorno. La tendencia es el ¨business casual¨, pero mucho cuidado con esto, porque este código es hasta cierto punto, de vestimenta formal, nada tiene que ver por ejemplo, con el concepto de vestimenta sport ni de smart casual. Si la corbata está totalmente ¨demodé¨ y únicamente se utiliza en reuniones muy formales, visitas a clientes, presentaciones, conferencias, etc”.
El responsable de esta asesoría también señala que esto depende de los puestos de trabajo, “porque si una persona está todo el día en la oficina trabajando sin recibir visitas ni reuniones formales, no tiene mucha lógica la vestimenta formal y mucho menos la corbata. Una persona que viaje frecuentemente, visite a clientes, etc, es más lógico que utilice vestimenta formal”.
En cuanto al look apropiado para acudir a una entrevista de trabajo, Elena Santesteban, directora de Adecco Pamplona comenta que no hay un código marcado “pero lo lógico es que cada candidato sea capaz de adecuar correctamente su forma de vestir al puesto de trabajo para el que opta. No es lo mismo acudir a una entrevista de trabajo para un puesto directivo que para un comercial o de recepción. En los puestos de trabajo o reuniones en los que tradicionalmente se usa traje y corbata no hay un código establecido pero lo normal es ir bien vestido. Simplemente es sentido común”.
“La tendencia es el ¨business casual¨, pero mucho cuidado con esto, porque este código es hasta cierto punto, de vestimenta formal, nada tiene que ver por ejemplo, con el concepto de vestimenta sport ni de smart casual”
Desde Adecco están intentando darle una vuelta al modo de elaborar un currículum, de forma que, para derribar todos estos estereotipos, se priorizan las competencias y conocimientos del candidato y se apartan todos aquellos conceptos de tipo físico que pueden dar lugar a prejuicios como por ejemplo, la foto.
En definitiva , saber estar, tener sentido común a la hora de elegir la vestimenta y mantener una buena higiene son la regla básica de cualquier dresscode. En Navarra, la corbata y el traje, todavía persisten en determinados puestos, eventos y compromisos laborales.