En el mundo de la industria y la ingeniería, existe un componente modesto e increíblemente versátil que se encuentra en el corazón de innumerables creaciones: el tubo. Esta pieza, elaborada en diversos materiales, une a través de sus formas simples un vasto espectro de empresas. Quizás por eso, las compañías que se dedican al manejo de estos materiales son capaces de reinventarse con gran flexibilidad.
Manufacturas Alco es un claro ejemplo de ello. Fundada en 1965 como un pequeño taller de Irún especializado en la fabricación de cunas para bebés, pronto dio el salto a las camas plegables, también construidas a partir de un sistema de tubos doblados y atornillados. Pero uno de sus fundadores, durante un viaje a la cercana Hendaya, se dio cuenta de que esa misma lógica productiva se podía aplicar a las sillas de playa. La oportunidad llegó con el inicio de una nueva etapa en Bera, donde la firma dio forma a unas instalaciones de mayor tamaño y, en consecuencia, pudo potenciar su crecimiento.
Así fue como esta localidad navarra, enclavada en el valle surcado por el río Bidasoa y la regata Zia, pasó a albergar una actividad bastante inusual en un lugar, además, con una climatología no muy amable precisamente. «La diversidad de nuestros productos da cuenta de que fuimos, somos y seremos profesionales de los tubos. Podemos hacer maravillas con ellos», explica a Navarra Capital entre risas Borja Casadevante, director Comercial en la firma.
La fábrica de Alco en Bera destina 14.000 metros cuadrados a almacenar sus sillas, de forma que funciona como un centro logístico desde el que reparte pedidos a España y el extranjero
Aunque ya no queda ninguno de los primeros promotores de la compañía, la propiedad sigue siendo familiar. Y, desde su fundación, la compañía ha ganado sin duda en tamaño. Hoy emplea a 54 personas en sus 27.000 metros cuadrados, que convierten a Alco en la empresa con la mayor superficie industrial del polígono, donde es vecina de otras importantes firmas como Hidrorubber o Martiko.
Más en concreto, dedica unos 13.000 metros cuadrados a las actividades productoras de la compañía como la inyección, el piecerío, el corte de madera o la confección. Los restantes 14.000 metros cuadrados, por otro lado, se destinan al almacenaje de las sillas. De esta forma, la fábrica también funciona «como un centro logístico» desde el que reparte una media de 800.000 sillas de playa al año.
En este sentido, Alco comercializa en todo el territorio nacional a través de tiendas, bazares, hipermercados y grandes distribuidoras como Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, Leroy Merlin o E. Leclerc. Al mismo tiempo, algunas de estas última empresas contratan sus propias marcas blancas a la firma navarra. «Tenemos una gran cuota de mercado en España. Siempre digo que el único canal que nos falta abrir son las farmacias, pero no lo haremos por obvias razones», bromea Casadevante. Tanto es así que «una de cada tres sillas de playa» españolas se fabrica en la empresa de Bera, cuya facturación en 2022 ascendió a 14 millones de euros.
Íñigo Puras, su actual gerente, pudo experimentar en su propia piel esta realidad cuando se incorporó a la compañía en septiembre de 2022: «Le había hablado previamente a mi madre sobre la empresa. Y, cuando le llamé para darle la buena noticia de mi contratación, me comentó asombrada que las sillas que tenía en su casa en La Rioja eran de Alco».
DIECINUEVE MERCADOS
Además, la internacionalización es clave dentro de su actividad. Tanto es así que, durante la campaña 2022-2023, exportó el 23 % de su producción tota a diecinueve países. «Nuestras sillas están presentes en casi todos los países de Europa y Marruecos -especifica Puras, cuyo nombramiento también fue propiciado por su experiencia directiva en este campo-. El crecimiento y la diversificación de nuestra empresa pasan por potenciar esta vía, así que estamos haciendo esfuerzos en estudios de los mercados extranjeros, sobre todo los de proximidad».
Por eso, el equipo pone especialmente sus ojos en Francia, Alemania, la región del Benelux (compuesta por Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo), Suiza… «Queremos identificar quiénes son clientes potenciales y por dónde vendrá el crecimiento. Y también queremos recuperar la venta en los países escandinavos, plazas muy buenas para nuestro producto a pesar de que no lo parezcan por su clima», detalla Puras, quien de momento descarta llegar a grandes mercados como Estados Unidos por «sus estrictas normativas referentes a este tipo de productos».
COMPETENCIA CHINA
Alco compite a nivel internacional con las empresas de China, que en los últimos años han irrumpido «con fuerza» en Europa. «Su impacto se hizo evidente hace dos años, cuando no pudieron exportar por el alto coste de contenedores. Así, se dio la circunstancia excepcional de que nos quedamos solos en el mercado y obtuvimos cifras récord: incorporamos a treinta eventuales para fabricar 1,05 millones de sillas y facturamos 17 millones», rememora Casadevante.
Ahora, y con un mercado normalizado, Alco se diferencia a partir de tres valores claros: «diseños propios testados, una calidad muy alta y un servicio 100 % fiable». Eso sí, ambos directivos insisten en la necesidad de igualar los requisitos exigidos a las empresas del Viejo Continente con los requeridos a las asiáticas. «Estamos a favor de mejorar de forma continua las condiciones laborales y medioambientales desde el tejido empresarial. Pero tenemos que pasar por una serie de certificaciones y cumplir unas normativas a las que el producto chino no está sometido. No queremos incentivos, solo competir con ellos en las mismas condiciones», defiende Puras.