De aspecto frágil, caminar pausado, voz suave y manos delicadas, esconden una mente llena de historias y un corazón fuerte y robusto forjado con la experiencia de los años y los avatares vividos que transportan sobre sus espaldas. Ha sido el grupo de edad más castigado por la pandemia y el que se sigue encontrando en mayor riesgo. Sin embargo, los llamados jubillennials, los mayores de entre 60 y 70 años, han demostrado tener mayor fortaleza y aguante que muchos jóvenes.
Teletrabajar con niños en casa, adaptarse a marchas forzadas al trabajo virtual y en remoto, conciliar vida laboral y personal, cocinar y hacer deporte en escasos metros cuadrados y sin poder salir de casa han convertido el confinamiento a causa del Covid-19 en un pequeño infierno para la gran mayoría de navarros y el resto de españoles que están alrededor de los 40 y 50 años, la llamada Generación X.
Pero, ¿cómo han vivido los jubillenials este confinamiento siendo uno de los grupos de mayor riesgo? Pues sorprendentemente bien, ya que han sobrellevado mejor el encierro que los jóvenes, y disfrutan de un buen estado de salud, incluso durante la cuarentena. Esto es lo que se desprende del estudio “Covid-19 y Jubillennials: Impacto en los hábitos de vida saludable de la población española”, realizado por Vivaz, la marca de seguros de Salud de Línea Directa Aseguradora, en una encuesta realizada a 3.400 personas, del 8 al 13 de mayo de 2020 en pleno confinamiento.
Sentirse depresivo y desanimado es más común entre las generaciones más jóvenes.
El 22% de los navarros de 35 a 54 años admite que ha llevado esta situación del confinamiento mal o muy mal, cifra 4 puntos por encima de los jubillennials de la Comunidad Foral. A nivel nacional, casi 4 de cada 10 españoles de 35 a 44 años admiten que el encierro en sus hogares les ha afectado negativamente, el doble que los jubilliennials (20%). La resiliencia de la que hacen gala los jubilliennials traspasa las fronteras del confinamiento y del estado de alarma ocasionados por el Covid-19, pues sentirse depresivo y desanimado es más común entre las generaciones más jóvenes. El 62% de los navarros de 55 a 75 años no se ha sentido deprimido ningún día en lo que va de año, porcentaje muy similar (61%) al de los ciudadanos de 35 a 54 años de la región.
IMPACTO EN FAMILIARES Y AMIGOS
El Covid-19 ha tenido gran impacto social. El 17% de la población conoce en su entorno familiar o de amigos a algún fallecido por la enfermedad, lo que supone un elevadísimo porcentaje considerando que se ha producido en poco más de dos meses.
Los más jóvenes empezaron el encierro por el coronavirus con gran fortaleza, como se mostró en las primeras semanas de cuarentena con la avalancha de vídeos de padres e hijos disfrazándose y organizando juegos y actividades en casa y las canciones desde balcones y ventanas. Sin embargo, esa situación ha acabado siendo más llevadera para nuestros mayores desde el punto de vista del estado físico y la motivación. Por ejemplo, el 32% de las personas de Navarra de en torno a 60 y 70 años no ha tenido sensación de cansancio o falta de energía ni un solo día.
El 62% de los navarros de 55 a 75 años no se ha sentido deprimido ningún día en lo que va de año.
Estos resultados se explican, por un lado, por el hecho de que España es el segundo país con mayor esperanza de vida del mundo, solo por detrás de Japón, y cuenta con un sistema público de salud, una dieta y una calidad de vida en cuanto a ocio y clima que hacen mejor la vida a los jubilados. Por otro, buena parte de los ciudadanos de entre 35 y 55 años de edad han tenido que afrontar durante los más de dos meses de confinamiento un sobreesfuerzo de conciliación familiar y laboral debido al cuidado de los hijos menores y la atención de las labores del hogar al tiempo que teletrabajaban, cuando no sufren de estrés por la pérdida de su empleo o un ERTE, entre otras circunstancias.
No solo eso. Los jubilliennials españoles se criaron en las décadas anteriores al gran desarrollo económico de España, cuando no en los años de la posguerra, es decir, en tiempos de mayor carestía, menos comodidades y posibilidades, lo que habría forjado un carácter que les permite soportar mejor estas circunstancias. Y aunque las generaciones más jóvenes siguen siendo más irritables, el confinamiento ha elevado un 35% el nivel de intranquilidad o ansiedad entre los jubillennials respecto a 2019.
HÁBITOS SALUDABLES
A pesar del coronavirus, el 30% de los españoles sigue considerando su salud buena y el 60%, muy buena. Menos de un 13% la considera mala o muy mala. En el caso de los navarros de 35 a 54 años, el 63% se encuentra muy bien, el 31% bien y solo el 5% dice estar mal o muy mal. En cuanto a la población de más edad, el mismo porcentaje dice estar mal, mientras que el 37% afirma sentirse bien y el 55% muy bien.
La emergencia sanitaria no ha impedido tampoco que los navarros mantengan en general los hábitos saludables que ya venían siguiendo. Y de nuevo aquí se repite una máxima: a más edad, mejores hábitos. El 51% de las personas de Navarra de entre 55 y 75 años hace deporte al menos tres veces por semana, por encima de la población de entre 35 y 54 años (46%); el 68% sigue una alimentación saludable de estilo mediterráneo, frente al 50% de quienes tienen entre 35 y 54 años, y también fuman menos: solo el 12% lo hace todos los días.
Según Manuel Castillo, Catedrático de la Facultad de Medicina de Granada, Presidente Científico de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad, y Asesor Médico de Vivaz Seguros de Salud, “estos datos desmontan el mito de que con la edad nos volvemos más cascarrabias, ya que, en general, el estado de ánimo y la paciencia presentan valores más positivos a medida que envejecemos. Y, en general también, nos preocupamos más por llevar una vida saludable. Algo que diría se ha mantenido e incluso intensificado durante estos meses de confinamiento por el Covid-19”.
La calma, la experiencia, la paciencia, la templanza… son cualidades que solo el pasar de la vida nos aporta. Nos enseña a disfrutar de ella y hacer frente a los problemas y dificultades que inevitablemente nos sobrevienen. La experiencia vivida con el confinamiento, con la tragedia vivida por miles de persona a causa del Covid, nos ha enseñado muchas cosas. Entre ellas, que nuestros mayores, los que no enfermaron y quedaron por el camino, han afrontado esta situación con entereza, positivismo y coraje… mucho que aprender.