La campaña de recogida de cardo afronta su recta final en Navarra con un balance “posiblemente menor” que en años anteriores, debido en parte al descenso en la superficie cultivada en 2023, que se redujo en 37 hectáreas. A la espera de los resultados finales en rendimiento, INTIA prevé que la campaña sea “algo inferior” a las 10.896 toneladas recogidas hace dos años, cuando el rendimiento llegó a las 48 toneladas por hectárea.
La superficie de cultivo de este producto ha sumado un total de 190 hectáreas en Navarra, distribuidas principalmente en Peralta, Funes, Valtierra, Azagra, Falces, Caparroso y Tudela. “Esta campaña ha estado condicionada por la humedad del otoño y por el pulgón que, un año más, se ha convertido en la principal amenaza por los muchos ataques de esta plaga registrados en algunas parcelas, con daños importantes y descensos notables en la productividad”, indicó la sociedad pública.
LA TRANSFORMACIÓN
En este sentido, del cardo cultivado en regadío se suele aprovechar aproximadamente el 30 % de lo que llega a fábrica “después del procesado y la limpieza”. Se trata de un aprovechamiento “relativamente bajo” en comparación con otros cultivos. Así, más de 9.000 toneladas se destinaron a transformación en conserva y algo menos de 2.000 toneladas para venta en fresco.
Además, es uno de los pocos cultivos cuyas variedades autóctonas se destinan a la industria. Para la industria congeladora “se emplea el blanco de Peralta y para conserva, el verde de Peralta”. “Es un cultivo que tiene una extensión muy limitada y con un nicho de mercado más reducido, pero el cardo sigue siendo una seña de identidad y tradicional de esta zona, una hortaliza de calidad y protagonista de muchos platos de invierno”, señaló Iñigo Arozarena, responsable de horticultura en INTIA. “A pesar de la menor superficie cultivada, se demuestra que el sector agrícola de la zona sigue apostando por este cultivo, ya que hay una continuidad de demanda por parte del mercado y el sector transformador”, añadió.