El Global Health Observatory (GHO), la plataforma que analiza tendencias sanitarias a nivel planetario para la Organización Mundial de la Salud (OMS), apuntó que más de 2.000 millones de personas en el mundo padecen sobrepeso u obesidad, condiciones que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Además, un 20 % de la población del planeta, según la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO), sufre de trastornos digestivos y problemas inflamatorios en este sistema, cuyas complicaciones pueden afectar la calidad de vida y el bienestar general de quien los padece.
En este contexto, la innovación en productos funcionales se perfila como una respuesta clave para «mejorar la salud digestiva, controlar el peso y reducir la inflamación» y abre un camino prometedor para la industria agroalimentaria y de complementos nutricionales. Dicho enfoque en la salud digestiva fue uno de los temas centrales del último congreso de NutrEvent, celebrado en Lille (Francia) y al que acudió personal del CNTA, Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria. En él se abordaron temas como el envejecimiento saludable, nuevas fuentes de ingredientes o alimentos fermentados, entre otros.
DEFINICIÓN Y USOS PRINCIPALES
En el encuentro, los postbióticos también ocuparon un lugar destacado. En concreto, se habló de las oportunidades que presenta la incorporación de estos ingredientes y se mostraron algunos ejemplos de su uso. De hecho, la industria ya ha empezado a explorar las potencialidades de estos «preparados de microorganismos inanimados y/o sus componentes que le confieren un beneficio para la salud del huésped», de acuerdo con la definición de postbiótico aprobada por la International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) en 2021.
Raquel Virto (CNTA) recordó que la incorporación de postbióticos no precisa de técnicas como la liofilización.
Una de esas oportunidades, que se comentó en NutrEvent, tiene que ver con que facilitan los procesos industriales y de producción. «Su procesado e incorporación a los productos resultan más sencillos que en otros tipos de bióticos, lo que representa una oportunidad a nivel industrial», destaca Raquel Virto, responsable científico-técnica de I+D+i en CNTA. Para añadir el postbiótico, por ejemplo, el productor no necesita aplicar una técnica que respete la viabilidad celular como la liofilización «que, además, es muy costosa», recuerda Virto. Puede usar, como alternativa, un proceso más sencillo como la atomización o spray drier.
ALGUNOS USOS DE POSTBIÓTICOS
La aplicación de postbioticos también permite a las empresas ampliar su cartera de productos a través del desarrollo de nuevas preparaciones donde estos ingredientes no sobreviven al preparado. Es el caso de la empresa ADM, que en la cita de Lille habló del desarrollo de una bebida lista para tomar, tipo café, con postbióticos incorporados para mejorar la salud intestinal y la digestión. La firma tiene patentado el postbiótico Bifidobacterium longum ES1, que mantiene la estabilidad en condiciones ácidas y de sales biliares para garantizar su viabilidad durante el tránsito gastrointestinal. Debido a que está tratado térmicamente, el postbiótico ES1 es capaz de formularse en alimentos y bebidas funcionales, independientemente del contenido de humedad o calor que se alcance durante la producción.
Otra de las ventajas adicionales en el uso de los postbióticos tiene que ver con una logística de distribución más eficiente
Asimismo, las propiedades que los postbióticos presentan frente a otros agentes bióticos pueden ser útiles para que la industria alimentaria diversifique sus líneas de productos funcionales. En este sentido, se acaba de lanzar al mercado europeo Matinal Livre, una bebida que incorpora postbióticos en un producto lácteo aséptico a temperatura ambiente. Para ello, se ha utilizado el proceso UHT aséptico de Tetra Pak, que elimina la necesidad de refrigeración. Dicho producto ha sido desarrollado por Lactogal en colaboración con la Sociedad Portuguesa para la Innovación en Microbioma y Probióticos (SPIMP). El resultado final ha sido una bebida que ha aprovechado los beneficios del postbiótico Bifidobacterium longum CECT 7347, diseñado para promover el bienestar digestivo y fortalecer el sistema inmunológico.
En esa misma línea, una compañía que ya está investigando la incorporación de estos microorganismos es la cooperativa láctea Fonterra, que firmó un acuerdo con la startup de fermentación de biomasa Superbrewed Food para explorar el potencial de su ingrediente postbiótico elaborado a partir de la cepa C. tyrobutyricum. Además, hay otras empresas que están optando por «formulaciones mixtas». Así sucede con Baïa Foods y su bebida para controlar el apetito y activar el metabolismo Fit Blend, que incluye entre sus ingredientes prebióticos, postbióticos y proteínas de forma simultánea.
El uso de los postbióticos presenta, también, una ventaja adicional más: su logística de distribución es eficiente. Tal y como detalla la responsable científico-técnica de I+D+i en CNTA, «la formulación postbiótica puede transportarse a temperatura ambiente y en un envase que solo la proteja de la humedad para los casos desarrollados en formato polvo o similar».
EL PROYECTO PARABIOTICS
Por su parte, en el campo de los postbióticos, CNTA, junto con la Universidad de Navarra, está trabajando en el proyecto PARABIOTICS para aplicar tecnología de inactivación en tres cepas bacterianas de la especie Lactobacillus. El objetivo: convertirlas en postbióticos, debido a sus beneficios potenciales como «antiinflamatorias, moduladoras del sistema inmune y agentes contra la obesidad», avanza Virto.
El proyecto busca desarrollar postbióticos centrándose en dos aspectos clave. En primer lugar, el diseño una tecnología para inactivar las bacterias (población inanimada, según la definición de ISAPP) preservando sus propiedades funcionales. Y, una vez desactivados los microorganismos, plantear una formulación estable a temperatura ambiente que mantenga la máxima funcionalidad, eliminando la necesidad de liofilización o cadenas de frío.
Su aplicación en la industria crecerá si se superan desafíos como la falta de conocimiento del consumidor y la ausencia de regulación específica
De esta forma, Virto especifica que, entre las cepas estudiadas, «se ha seleccionado una tratada térmicamente como ingrediente para la formulación final del postbiótico, manteniendo su funcionalidad sin necesidad de liofilización ni cadena de frío durante la distribución».
A partir de ahí, en su opinión, la tendencia de usar postbióticos en la industria alimentaria se extenderá y crecerá más en el futuro, si se consigue superar una serie de desafíos como, por ejemplo, hacer que el consumidor los conozca más o avanzar hacia una regulación concreta para estos ingredientes, ya que actualmente no existe una legislación específica al respecto.
