El Palacio de Cabo de Armería de Arce vuelve a cobrar vida gracias a una rehabilitación impulsada por el Gobierno de Navarra y cofinanciada con fondos europeos REACT, que incluye varias actuaciones más para poner en valor la zona. En concreto, la inversión total realizada en el área recreativa de Arce-Nagore asciende a 4.100.595 euros, de los cuales 3,1 proceden de los fondos REACT.
Este edificio histórico del siglo XVI, según informó el Gobierno foral, se encontraba en estado de ruina, de modo que la intervención se ha centrado en la consolidación del inmueble y en dotarlo de nuevos usos para la ciudadanía, «con especial atención a la accesibilidad universal». A partir ahora, la Dirección General de Administración Local y Despoblación «continuará desarrollando el área recreativa con nuevas intervenciones e inversiones». En este sentido, el Ejecutivo ha destinado 2,9 millones a la rehabilitación del edificio, en torno a medio millón más de lo anunciado inicialmente por el Ejecutivo foral.
El consejero de Cohesión Territorial, Óscar Chivite, visitó el palacio este martes junto al alcalde de Arce, Javier Díez; el director general de Administración Local y Despoblación, Jesús Mari Rodríguez; la delegada del Gobierno en Navarra, Alicia Echeverría; representantes de Nasuvinsa, sociedad pública que prestó asesoría técnica durante la ejecución de las obras de rehabilitación; representantes municipales; y profesionales que han intervenido durante todo el proceso de restauración.
LAS ACTUACIONES
La rehabilitación del palacio ha incluido la restauración de las alas norte y oeste para «devolver al edificio su estructura histórica». Entre los espacios rehabilitados, destacan la galería medieval de madera y la plaza medieval, «recuperadas tras el desbroce de la zona». Ahora, el palacio «proyecta en su interior una cafetería, tienda de productos locales, sala de proyecciones, restaurante y diversas salas de usos múltiples para actividades culturales y eventos, así como una terraza exterior en el patio».
En este sentido, el proyecto contó con la supervisión de Fundación Iddeas para «garantizar que todas las actuaciones cumplan con los más altos estándares de accesibilidad universal».
CASA DEL ERMITAÑO
Otro hito importante de la intervención es la Casa del Ermitaño, el edificio auxiliar que ha sido rehabilitado para albergar un punto de información turística sobre el valle, el Palacio de Arce y las rutas de senderismo cercanas (los trabajos han costado 800.000 euros). El inmueble cuenta, además, con un equipo de reanimación cardiopulmonar. Un camino peatonal accesible conecta la Casa del Ermitaño con el palacio para permitir a las personas con movilidad reducida «disfrutar de todo el entorno recreativo».
SENDERISMO Y CALZADA ROMANA
El área recreativa del valle de Arce ofrece múltiples opciones para las personas amantes de la naturaleza y la historia. Entre ellas, destaca la Calzada Romana del Pirineo, una ruta histórica que cruzaba los Pirineos desde Caesaraugusta (Zaragoza) hasta Burdeos (Francia), pasando por enclaves como Sangüesa, Roncesvalles y el propio Arce-Nagore.
Esta calzada, integrada con la ruta ciclable Eurovelo 3, permite disfrutar de un recorrido que combina patrimonio arqueológico y natural, con bosques de ribera y elementos históricos como yacimientos romanos y medievales.
El proyecto ‘Paisajes sonoros’ pone en valor estos recursos mediante códigos QR distribuidos a lo largo del sendero, que permiten a las y los visitantes conocer la historia y los elementos naturales que los rodean. Además, el Palacio de Arce cuenta con un vídeo temático elaborado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que se exhibe en la sala de proyecciones del edificio.
TERMAS ROMANAS Y ZONAS DE BAÑO
El área recreativa cuenta también con las termas romanas de Arce, un vestigio histórico que servía de parada y descanso para los peregrinos que recorrían la calzada romana y a las que se han destinado unos 50.000 euros. Este entorno natural se complementa con las playas de Angordoi y Arce, terrazas junto al embalse de cola de Itoiz y muy populares entre los vecinos y visitantes desde que se autorizó el baño en 2021.
Estas zonas de baño, donde se han invertido alrededor de 282.000 euros, «han experimentado un creciente éxito», con un aforo acumulado de 80.000 personas entre 2021 y 2023, y se han convertido «en uno de los principales atractivos turísticos del valle». En paralelo, el Ejecutivo foral ha destinado casi 48.000 euros más a otras actuaciones.