La recaudación líquida acumulada del primer trimestre de 2019 asciende a 1.010 millones de euros. Esta cifra es más del doble de lo recaudado en el mismo periodo de 2018 (527,2 millones más, un 109,3%), fundamentalmente por una cuestión técnica de calendario, aunque también por la mejora del empleo y el consumo.
En concreto, las Retenciones por Trabajo han aumentado un 14,6%, alcanzando los 362,1 millones de euros. Se trata de una subida empujada por el nuevo calendario tributario, pero que en términos homogéneos sería del 7,7% debido al aumento del número de trabajadores y el crecimiento de sus salarios. Por otro lado, los Fraccionamientos ingresados por empresarios y profesionales han crecido un 6% y acumulan 17 meses de subida ininterrumpida. En conjunto, el IRPF ha ingresado 402,3 millones, un 14,0% más.
Las Retenciones por Trabajo han aumentado un 14,6%, alcanzando los 362,1 M€.
En la gestión directa destaca también el Impuesto de Sociedades. A nivel contable el aumento de ingresos es muy notable, puesto que las devoluciones se adelantaron a noviembre y diciembre del pasado año y, por tanto, su efecto se trasladó a la recaudación de 2018. Hacienda advierte que en términos homogéneos la recaudación bajaría un 24%, aunque hay que recordar que el comportamiento de este impuesto no es representativo hasta la declaración de mes de julio.
Imagen de la sede del departamento de Hacienda y Política Financiera del Gobierno de Navarra.
Del resto de impuestos directos destaca un aumento de recaudación del Impuesto al Valor de la Producción de la Energía Eléctrica de carácter coyuntural: se ha corregido con un ingreso de la Agencia Tributaria la declaración de una serie de contribuyentes que presentaron su impuesto a una administración no competente. Teniendo en cuenta todas las salvedades técnicas mencionadas, el conjunto de la imposición directa aumenta su recaudación líquida un 45,7% alcanzando los 458,8 millones de euros.
La principal diferencia respecto a los ingresos de 2018 se encuentra en la imposición indirecta y, especialmente, en el IVA, que alteran la comparativa.
La principal diferencia respecto a los ingresos de 2018 se encuentra en la imposición indirecta y, especialmente, en el IVA, donde se dan una serie de circunstancias que alteran la comparativa. En primer lugar, el nuevo calendario de devengos que da más plazo a las empresas para ingresar sus cuotas y que ha trasladado ingresos de 2018 a este trimestre; y por otro, una concentración de los Ajustes con el Estado (330,7 millones frente a los 42 millones de euros de hace un año) provocada por el nuevo calendario. En términos homogéneos, los ingresos por IVA experimentan una mejora del 2% y las devoluciones un 12,4%, en consonancia con el aumento de las exportaciones.
Los Impuestos Especiales se han comportado como estaba previsto, con un aumento en la gestión directa del 2,34%. El principal cambio podría venir por Hidrocarburos, debido al incremento de la tarifa estatal especial de este impuesto, aunque todavía es pronto para ver el efecto. Tampoco hay importantes variaciones en el resto de la imposición indirecta ni en las tasas, recargos y sanciones del Capítulo III.
