Es habitual escuchar a los empresarios de la Ribera que para favorecer el desarrollo de la comarca es preciso ligar la formación a su tejido productivo, lo que puede entenderse como una crítica a la actual oferta educativa, algo que también podría estar detrás de la incesante fuga de talentos de la zona. Son circunstancias que preocupan y por ello fueron analizadas en una de las mesas redondas celebradas en el Tudela Riqueza Ribera Fórum, organizado por Diario de Navarra y NavarraCapital.com con el patrocinio y colaboración de Laboral Kutxa, Gobierno de Navarra y Ayuntamiento de Tudela.
Luis Fernández, director de la UNED de Tudela; Eloisa Ramírez, vicerrectora de Proyección Social de la UPNA y responsable del campus de Tudela; Amaya Gil-Albarova, vicerrectora de Ordenación Académica y Estudiantes de la Universidad San Jorge, de Zaragoza; Jon Altuna, vicerrector Académico de la Universidad de Mondragón, y Manuel Campillo, ex director del Instituto Benjamín de Tudela, debatieron sobre ‘Talento y formación’ moderados por Jesús Mari Ramírez, abogado experto en planes territoriales.
Manuel Campillo: “La Ribera está empobrecida, exporta talento, no lo retiene ni puede hacer que vuelva, y recibe personal no cualificado”
Todos los intervinientes se mostraron de acuerdo en que el modelo de desarrollo que hay que afrontar pasa necesariamente por el conocimiento, la inteligencia y la innovación, aunque Luis Fernández preguntó que para qué crear talento si no se puede retener, y en este sentido indicó que el número de personas que sólo tienen estudios primarios en la Ribera dobla la media de Navarra, y que en 2016 los licenciados eran el 2,79% de la población de la comarca, frente al 9,63% de Pamplona, y que aunque entre estos hay personas de la Ribera la diferencia es excesiva. Eloisa Ramírez consideró que la educación es fundamental para el desarrollo y que es muy importante tanto crear talento como retenerlo, y Amaya Gil-Albarova advirtió de que “formamos estudiantes para profesiones que todavía no existen”, por lo que recomendó flexibilidad y capacidad de adaptación a un mundo que cambia a una velocidad sin precedentes.
Jon Altuna, por su parte, abogó por un modelo universitario que conviva con la formación profesional, y que sea motor económico y vertebrador social de una comarca, y Manuel Campillo apuntó que el desarrollo tiende a concentrar el talento y los recursos, algo que sólo puede evitarlo “una política inteligente”, pero no hay líderes sociales. Describió a la Ribera como una zona empobrecida en relación con Pamplona, con carencias por falta de estudios superiores y universitarios, que “exporta talento, no lo retiene ni puede hacer que vuelva, y recibe personal no cualificado”.
TRABAJO CONJUNTO
También se mostraron de acuerdo en la necesidad de trabajar conjuntamente para revertir el problema de la salida del talento. “Sin una propuesta que una a la universidad con la administración pública y las empresas no va a ser posible”, afirmó Luis Fernández, quien reclamó un plan estratégico de formación. Eloísa Ramírez apostó por titulaciones ajustadas al entorno social y, en cualquier caso, interdisciplinares para aprovechar mejor los recursos, además de considerar adecuado para Tudela el modelo de la Universidad de Mondragón, que combina FP y estudios universitarios.
Luis Fernández: “Sin una propuesta que una a la universidad con la administración pública y las empresas no va a ser posible retener el talento”
“La política de alianzas es fundamental, no podemos ir solas las universidades y tampoco las empresas”, dijo Amaya Gil-Alvarova, que reclamó planteamientos estratégicos comunes que redunden en beneficio de la comarca, mientras Jon Altuna destacaba que la formación dual atrae y retiene talento y aconsejaba “repensar la educación que damos”, al tiempo que vaticinaba que la creatividad “va a ser la competencia del futuro”. Manuel Campillo se mostró de acuerdo en que deben colaborar la universidad, las empresas y las administraciones “pero los agentes de la Ribera deben llevar el timón y marcar el ritmo”, y reprochó a la UPNA tanto su falta de interlocución como el “olvido” de la comarca en su Plan Estratégico, a lo que Eloísa Ramírez respondió que ese Plan piensa en el conjunto de la Universidad y por tanto también en Tudela.
Finalmente, Manuel Campillo se preguntó quién va a ser el que asuma el liderazgo y el empuje que precisa la Ribera, y dijo que hay que plantear propuestas, lo que requiere sentarse en una mesa y debatir, para cerrar su intervención preguntando de nuevo quién va a tomar la iniciativa.
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