Una información de Cristina Catalán para Navarra Capital
La Tecnología LED ha revolucionado la eficiencia energética puesto que puede conseguir hasta un 70 por ciento de ahorro energético. “Esto no hay que planteárselo, simplemente hay que hacerlo”, señala Fernando Sanz Fernández, delegado Noreste de Gas Natural Fenosa, “porque el ahorro que nos permite es mucho y en muy poco tiempo lo notamos en la factura. Prácticamente en el primer año, ya se amortiza toda la inversión que se ha realizado en su instalación”. La Tecnología LED es rápida en su instalación, hay equivalencias en todas las luminarias, consigue un aumento del confort a nivel de calidad de iluminación, no necesita mantenimiento, disminuye la cantidad de potencia contratada, y esto a su vez incide en la factura y en las penalizaciones derivadas de un consumo excesivo de energía.
TRES MEDIDAS CLAVE
Se ha demostrado, según un estudio, que en un 70 por ciento de las pymes existen oportunidades de optimización de su potencia energética. Las posibilidades de ahorro en la factura energética van a venir determinadas por tres factores clave: término potencia, reactiva y el término energía.
La reactiva es el consumo suplementario de energía no aprovechada. Hay equipos como tubos fluorescentes, equipos de aire acondicionado, algún tipo de motores eléctricos, etc., que generan reactiva. “Podríamos poner el ejemplo de una caña de cerveza. Tú pagas toda la jarra, pero la espuma ocupa espacio y no te la bebes y sin embargo la pagas. Ésa sería la reactiva, por la cual no deberíamos pagar. ¿Qué hay que hacer con esa reactiva? Eliminarla ¿Cómo? Colocando una serie de baterías de condensadores”, señala Aitor, Aurrecoechea, jefe de ventas Noreste de Gas Natural Fenosa.
Otro factor esencial es la optimización de la potencia. “Tenemos que tener en cuenta que desde el momento en que nosotros contratamos una potencia para nuestra pyme, nuestro consumo puede ir variando de lo que en un principio teníamos pensado. Por ello, hay que realizar un análisis periódico, incluso horario, para saber cuál es la potencia óptima de nuestra empresa. Deberemos comparar diferentes ofertas y determinar cuál es la que más nos conviene según nuestras necesidades. Esto es una gestión muy sencilla que nuestra distribuidora nos realiza sin ningún coste, y nos ofrece una información muy valiosa”, Aurrecoechea.
De este modo, Aurrecoechea aconseja tener muy controlados los consumos y la potencia contratada puesto que las penalizaciones por esas diferencias entre excesos o defectos de consumo pueden llegar a suponernos entre 200 y 1700 euros. Además, las pymes deberían analizar y localizar en qué horas, equipos, etc. tienen un mayor consumo o si éste se produce en exceso para tener controlado el origen del gasto. De esa manera, se puede ajustar igualmente el tipo de contrato con nuestra compañía.
Finalmente, tenemos el término energía en el cual nos encontramos el término fijo y el variable. “El fijo es el precio mínimo por un consumo que establecen las compañías, por lo que es sencillo comparar los precios de unas a otras. Sin embargo, cada vez se pide más los términos de energía variable, es la que se compra por parte de las comercializadoras en el mercado de energía. Por ejemplo, ahora se están fijando los precios para 2015”, puntualiza Aurrecoechea.
POLÍTICA ENERGÉTICA MUNDIAL
¿Cuál tiene que ser la visión global de la energía con respecto a la oferta? Se plantea Aurrecoechea. “Tenemos que preocuparnos de que la energía sea accesible, asequible y aceptable. Accesible, que se garantice su suministro, asequible es que esté relacionada con la competitividad de nuestras empresas; y aceptable, es decir, que sea sostenible y no favorezca al cambio climático. Estos serían los tres pilares de la política energética a nivel mundial”, finaliza.