Más de 60 personas se congregaron en la sede neoyorquina del IESE de la Universidad de Navarra para asistir a una conversación entre el cardiólogo Valentín Fuster, del Hospital Monte Sinai, y el rector del centro académico, Alfonso Sánchez-Tabernero, sobre el futuro de la educación y la investigación.
El rector presentó a los antiguos alumnos y al resto de asistentes al evento el proyecto de la Universidad de Navarra para los próximos años y recordó que la institución “nació con un sueño -con pasión por una misión- que ha hecho posible conseguir un imposible».
Sánchez-Tabernero: “Para ser internacional es necesario tener raíces y las raíces de la Universidad de Navarra están en Navarra»
En este sentido, se refirió al crecimiento de la internacionalidad, el fortalecimiento de los centros de investigación y la apertura de un nuevo campus en Madrid. “Cada vez somos más internacionales. En este momento, casi un 25% de nuestros graduados procede de otros países”, destacó. Según el profesor Sánchez-Tabernero, “la internacionalidad es la ‘prueba del algodón’ de la calidad”.
Sin embargo, destacó que “para ser internacional es necesario tener raíces” y las raíces de la Universidad de Navarra están en Navarra. “Solo si posees raíces puedes crecer e irte fuera, y a su vez, que esa internacionalidad repercuta en el desarrollo y en un servicio a la sociedad donde has nacido”.
El rector también hizo referencia, entre otras iniciativas, al Museo, que cumple su tercer aniversario, a la Oficina de Emprendimiento, que financia ideas de negocio para generar empleo, y a la Oficina de Desarrollo, que consigue recursos para becas e investigación. “Todos estos proyectos, cuyo objetivo es convertir a la Universidad de Navarra en el mejor sitio para estudiar y un lugar donde se produce ciencia de alta calidad -dijo- solo son posibles si contamos con el apoyo de los antiguos alumnos”.
CIENCIA Y HUMANISMO
El rector subrayó el impacto de la investigación y la docencia interdisciplinares en el avance de la ciencia y sostuvo que “un campo claro” es la tecnología al servicio de la salud.
Por su parte, el cardiólogo Valentín Fuster incidió en la importancia de «recuperar los valores humanos», ya que los avances que ha habido en Medicina no van en paralelo con el humanismo que necesita la esfera médica: “La integración técnica y humanística es una obligación” en el sector sanitario, aseguró.
En su opinión, estos valores “se pueden transmitir desde abajo”, desde la enseñanza que se trasmite en la universidad. En lo que se refiere al avance de la tecnología, el cardiólogo considera que “estamos envejeciendo gracias a la tecnología, pero el gran reto es cómo reeducamos a la persona a partir de cierta edad, bien para seguir dedicándose a lo mismo o para cambiar de labor, porque en no mucho tiempo vivirá más de gente de más de 65 años que de menos”.
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