Aguda, chillona, grave, aterciopelada, rasgada… Al igual que nuestras huellas dactilares, la voz de cada ser humano también es única. “La biometría de voz es el conjunto formado tanto por tecnologías como por técnicas de procesamiento de las señales del habla, que permiten obtener parámetros o características de la voz propias de cada individuo y sirven para identificarlo de manera inequívoca”, explica a este medio Marisol Gómez, experta en ‘Big Data’ y ‘Business Inteligence’, así como titular de universidad en el área de Álgebra del Departamento de Estadística, Informática y Matemáticas de la UPNA.
No es ciencia ficción. Las aplicaciones de la biometría de voz son innumerables y tangibles. De hecho, gracias a ellas se puede dotar de una mayor seguridad a las transacciones digitales, certificar la identidad del interlocutor en los canales de atención al cliente o responder a las consultas que se realizan a través de la banca móvil, entre otras cuestiones. “Todo ello sin necesidad de introducir el PIN ni de recordar la contraseña”, añade Eduardo Azanza, CEO y cofundador de das-Nano. Este sistema de identificación resulta también muy útil por ejemplo, para personas impedidas que no tienen la posibilidad de salir de casa para realizar ciertas gestiones y que, con un simple teléfono, podrían dar respuesta a sus necesidades. “Se evitarían muchos fraudes, sobre todo a personas mayores. Por ejemplo, en el cobro de pensiones u otros trámites que, en muchas ocasiones, se delegan en terceras personas”, especifica Azanza.
Adam Podhorski (Tecnun): “La biometría de voz se basa en lo que eres. No se puede imitar la voz de otra persona”.
Con la irrupción del Covid-19 y el confinamiento, se puso más de manifiesto si cabe la utilidad de este sistema cuando una persona no podía acudir de forma presencial a la realización de ciertos trámites. Adam Podhorski, profesor de Tecnun, la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra en San Sebastián y experto en biometría de voz, confía en que este sistema de identificación se vea espoleado tras esta experiencia. De hecho, la biometría ha entrado de lleno en los documentos de identidad y pasaportes. “Todos conocemos la rutina de llamar al banco, operadora telefónica u empresa de seguros. Nos preguntan todo tipo de datos: nombre y apellidos, DNI, fecha de nacimiento, etc. Al final son datos que un estafador podría conseguir porque la seguridad se basa en lo que tienes o lo que sabes. Todo esto sería más fácil y más seguro con la identificación por voz, porque se basa en lo que eres. No se puede imitar la voz de otra persona. La identificación por voz ofrece una capa de seguridad muy fuerte”, asevera Podhorski.
CÓMO FUNCIONA
Según explica Humberto Bustince, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial por la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y profesor honorario de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), la autentificación de una persona a través de la voz pasa por tener previamente un modelo o patrón digitalizado, “como una huella vocal”. Y dichos patrones deben almacenarse en bases de datos: “La inteligencia artificial se usa para clasificar y reconocer palabras o frases del hablante y compararlas con huellas vocales previamente obtenidas”. Esta tecnología, unida a los últimos avances en la computación en la nube y la ciencia de datos, ha permitido, por ejemplo, que la tecnología por comandos de voz haya experimentado un gran desarrollo en poco tiempo.
Marisol Gómez precisa que, para obtener una huella de voz, es necesario pedir a la persona que lea un determinado texto o que repita una frase de contraseña varias veces para crear la huella vocal completa: “Los sistemas de autentificación de voz funcionan de manera similar a los paneles táctiles de un teléfono móvil, donde colocamos ahí varías veces el dedo para que el escáner pueda capturar todos los ángulos de su huella digital”.
Marisol Gómez (UPNA): “La biometría de voz será uno de los sistemas de identificación del futuro”.
Por eso, augura “sin duda” que “será uno de los sistemas de identificación del futuro”. Basta con ver los recursos que empresas como Apple, Google o Microsoft “ya dedican al reconocimiento de voz”. Además, cuenta con la gran ventaja de que es fácil de implementar y, en materia de seguridad, tiene un coste menor que el de otras biometrías.
“El teletrabajo, por ejemplo, ha sido esencial para asegurar la continuidad de muchos negocios y, ahora, hay empresas que ofrecen a sus empleados la opción de seguir teletrabajando. Un sistema de autentificación por voz podría servir, entre otras cosas, para que solo el personal autorizado acceda a información y documentación delicada”, destaca Gómez.
También se podría emplear como herramienta para el control de acceso a la empresa o para acceder a un vehículo, eliminando el uso de llaves o tarjetas de acceso: “La posibilidad de que se pueda firmar mediante la voz también abre muchas posibilidades a las empresas”.
Este sistema se podría utilizar en el sector del automóvil, para acceder al vehículo eliminando el uso de llaves o tarjetas.
Marisol Gómez ha sido investigadora principal en un proyecto colaborativo entre la UPNA y Adacen (Asociación de Daño Cerebral de Navarra), denominado Sensmov, de evaluación de la movilidad y rehabilitación para personas con discapacidad neurológica. “Quienes han sufrido un accidente cerebro-vascular muchas veces tienen secuelas físicas que les impiden hablar como antes. Los dispositivos actuales de reconocimiento de voz no funcionan muy bien en estos casos. La idea es desarrollar un sistema para que estas personas puedan interactuar con un asistente de voz, una base de datos con las correspondientes huellas de voz”, desgrana Gómez.
MENOS SUSCEPTIBLE AL FRAUDE
Los expertos coinciden en que la biometría de voz es menos susceptible a las amenazas de fraude. En este sentido, Podhorski recuerda a “aquel ‘hacker’ que, a partir de unas fotos, recreó la huella dactilar de un político alemán. Todos pueden grabar nuestra voz, pero esa grabación, a diferencia de la huella dactilar, no se puede usar de manera directa”.
Este experto matiza, eso sí, que no hay ningún sistema 100 % seguro: “Incluso se ‘hackearon’ las instalaciones del programa nuclear iraní. Pero esto es considerablemente más complicado, requeriría mucho conocimiento científico, poder tecnológico y económico. Es más fácil y barato ‘hackear’ sistemas tradicionales”. Por eso, Podhorski se muestra claro y tajante. “Soy una persona muy preocupada por la privacidad y nunca he dejado mi huella dactilar más que para hacer el pasaporte. La identificación por voz me parece un sistema igual o más fuerte, que además no requiere compartir ningún dato personal o confidencial”, valora.
LA MASCARILLA NO IMPIDE EL RECONOCIMIENTO FACIAL
En los últimos meses, también ha surgido la duda de si los sistemas de reconocimiento facial son igual de efectivos cuando el usuario porta mascarilla. De hecho, son varias las publicaciones que han regado los medios nacionales al respecto recientemente.
Los sistemas de reconocimiento facial pueden tener ciertas dificultades para identificar a alguien que porta mascarilla.
Azanza sostiene que los sistemas de inteligencia artificial “están entrenados para ello” y “son mejores y más efectivos que las personas a la hora de reconocer caras”. Ahora bien, al igual que los seres humanos, pueden tener ciertas dificultades para identificar a alguien con mascarilla, pues esta oculta la mitad del rostro.
Por eso, cuando esta clase de tecnología se usa en entornos de máxima seguridad, resulta oportuno “indicar a la persona en cuestión que se baje la mascarilla momentáneamente” para facilitar el proceso. Aunque si el nivel de seguridad es más débil, “sería perfectamente útil”.
El CEO de das-Nano asegura que este sistema es muy robusto y aprende a reconocer a las personas a pesar de que estas tengan barba, porten gorra o se vean sometidas a pequeños cambios estéticos: “Lo entrenamos como al cerebro de un niño. Le aportamos una misma persona en diferentes situaciones y aprende a identificarlas”.
Con las restricciones actuales y las medidas de seguridad implantadas a causa del Covid-19, como la necesidad de evitar los sistemas de contacto o huella digital, el reconocimiento facial se convierte también en una alternativa más fiable para, por ejemplo, acceder a las empresas. “Hemos tenido una avalancha de peticiones de empresas porque ven que deben cambiar su sistema de acceso por huella dactilar a reconocimiento facial. Ahora esperamos que esa avalancha de peticiones se traduzca en pedidos”, revela.