Por mucho que te expliquen qué es la lluvia, hasta que no la ves y la sientes, hasta que no descubres lo positiva y, a veces, lo negativa que puede ser, no la conoces bien. Y así ocurre con todo. La teoría está muy bien, pero aprendemos con la práctica. En el mundo de la discapacidad, solo cuando vives una carencia eres capaz de ponerte en el lugar del otro plenamente, puedes empatizar y darle más y mejores soluciones.
Esto es precisamente lo que pensó y decidió la ONCE, poner en práctica una experiencia en la que representantes de varias empresas, incluida la Administración Pública, se enfrentaran a distintos retos sin poder ver. Pero, además, a los periodistas también nos hicieron pasar por la experiencia para que entendiéramos desde dentro sobre lo que teníamos que hablar o escribir: diarios, radios y televisiones acudimos a la llamada.
NORMALIZAR LA DISCAPACIDAD
Es cierto que vamos progresando y que cada vez más personas con discapacidad están solas en cualquier lugar “normalizado”: la calle, un bar, una tienda, un hotel, un puesto de trabajo… Pero la realidad es que todavía queda camino por recorrer y ese camino hay que hacerlo juntos y entendiéndonos todos.
Así que la ONCE e Inserta, que contaron con el respaldo de Ilunion (representante de la industria de la ONCE), congregaron en el Hotel Pamplona Catedral a empresas y periodistas para hacerles vivir la experiencia de ser personas ciegas por unas horas.
«Todavía nos queda mucho por recorrer para normalizar la discapacidad», Nacho Calvo.
Entre las compañías asistentes, la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, Gobierno de Navarra, Lacturale, Carrefour, El Corte Inglés, SKF, Catering Bon apetit o Pascual, entre otros. “He venido, porque quiero saber cómo se sienten las personas ciegas, porque es importante ponerse en el lugar del otro. Y ojalá aprenda algo para poder ayudarles”, comentaba antes de comenzar el presidente de Lacturale, Juanma Garro.
“Es importante conocer y saber tratar con normalidad a las personas con discapacidad. Nosotros hemos hecho formación en la asociación para que los trabajadores conozcan cómo actuar, porque a veces, te quedas cortado ante una discapacidad y no sabes cómo reaccionar. No obstante, por muchos avances que se hayan dado en este sentido, estamos todavía en los inicios, nos queda mucho por recorrer para normalizar la discapacidad”, comentaba Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra.
OTRO MUNDO, OTRAS SENSACIONES
Metámonos en faena. ¿Sabes lo que es caminar por la calle sin ver por dónde pisas o con qué puedes chocarte o tropezarte? ¿Has probado a comer con los ojos vendados sin tener muy claro dónde están las cosas situadas en la mesa? ¿Y a identificar objetos solo por el tacto? ¿Serías capaz de subir y bajar escaleras sin conocer su altura y su número? La ONCE, con su su delegado territorial a la cabeza, Jesús Buitrago, hizo posible que casi 40 personas lo sintiéramos.
Aprendimos estrategias y pautas de cómo movernos en el mundo sin poder ver.
La experiencia estaba clara, por parejas aleatorias entre los asistentes, debíamos utilizar un antifaz, primero una persona de la pareja y después la otra. Mientras uno llevaba el antifaz, el otro le iba guiando. A mí me tocó ser pareja de Alfredo Ondarra, jefe de la Sección de Coordinación de Seguridad del Gobierno de Navarra, quien coordina policías locales y seguridad privada.
Él se fio totalmente de mi inexperiencia y me dejó guiarle por unos 100 metros fuera del hotel. La responsabilidad y el miedo a que se golpeara o se tropezara, no me dejaban relajar bien el brazo derecho, del cual él se sujetaba por la parte del codo, que es como se debe guiar a una persona ciega, cediéndole tu codo.
Después me tocó el turno de usar yo el antifaz y no ver nada. Afortunadamente, mi guía era un experto en seguridad, así que supo dirigirme perfectamente escaleras abajo, rampa para abajo, escalón, cuesta hacia arriba, rampa… “párate, ¿sientes la elevación que tienes en la punta del pie? Eso tienes que sortear, es una pequeña altura metálica en el suelo. A las 10 tienes una farola que debes esquivar. Ahora viene un escalón que tienes a las 3”, la indefensión dejó paso a la confianza total en Alfredo Ondarra.
Paramos en la entrada del hotel, descansamos un momento y esta vez todos con el antifaz puesto, fuimos guiados por los organizadores hasta unas sillas y mesas en las que teníamos que tocar unas maquetas y adivinar qué lugares eran. El de Navarra, el Castillo de Olite, ni idea, con la de veces que lo he recorrido… El de fuera, la Puerta de Alcalá en Madrid, también me ha tocado verla casi todos los días durante varios años y ahí mis dedos supieron dónde estaban.
Otro rato de espera y pasamos al comedor. Una mesa cuadrada que nos hacen recorrer en los bordes con los dedos para identificarla. La compartimos cuatro personas que no nos conocemos, El Corte Inglés, Pascual, Ilunion y Navarra Capital. Ya está preparado un suculento desayuno compuesto de mini bocadillo de jamón, el cuál adiviné en el segundo mordisco; una miniatura de garrote de chocolate, acertada a la primera, y otra en la que dudamos los comensales en si era de crema o de cabello de ángel.
No es fácil. Te centras mucho en los sabores, en los sonidos y en las voces, pero hace falta mucho más tiempo para desarrollar bien esas capacidades. La mano por la mesa se mueve con el reverso, pasando la parte de arriba de los dedos por la mesa hasta encontrar el plato, los cubiertos, la servilleta, el vaso de agua, la macedonia de frutas, o la taza del café que luego sirvieron y al que hubo que echar el azúcar. Todo esto sin ver. Menos mal que los sabores eran deliciosos.
INSEGURIDAD Y DEPENDENCIA
Y ya, por fin, se hace la luz. Y descubres que estás en un salón blanco, aunque tú lo habías imaginado oscuro. Y detrás de tu mesa cuadrada hay una pared, cuando tú pensaba que de ahí venían otras voces, pero esas voces las tenías a tu derecha.
Y así todos. Impactados, opinamos sobre nuestra experiencia. Contentos de haber podido vivirla “para entender un poco mejor a las personas con discapacidad visual, para saber mejor cómo ayudarles”, “para admirarles más”, coincidimos los comensales.
Inseguridad y dependencia se repiten en nuestro diálogo final. Inseguridad ante el mundo que te rodea y te supera, en el que no sabes ni puedes moverte, porque no lo ves. Y entonces te das cuenta de la dependencia que tienes de alguien que te ayude y te guíe, de alguien en quien confiar plenamente. A quien agarrarte. Y desde luego, has entendido un poco por lo que pasan las personas que no pueden ver y piensas en tantas personas con distintas capacidades que luchan cada día por llevar una vida lo más normal posible en un mundo que no está diseñado para ellos.
Santiago Puerta, director de RRHH de la Zona Norte de Pascual, comentaba que “vivir la discapacidad es diferente a que te la cuenten, no se puede entender si no se vive. He hecho alguna otra experiencia en este sentido y se te ponen los pelos de punta cuando piensas en el día a día de estas personas”.
Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, explica que en el caso de sus asociados, «no siempre es posible que una empresa adapte todas sus instalaciones a las personas con discapacidad en poco tiempo, porque requiere importantes desembolsos. Pero al menos, es bueno empezar con que los trabajadores tomen conciencia de cómo atender y ayudar a las personas con discapacidad”.
«Ojalá las empresas den un paso más firme y apuesten por contratar a personas con discapacidad».
Santiago Casado, director gerente de Ilunion, que aúna y representa la industria de la ONCE, donde se contratan personas con y sin discapacidad, tenía claro que «iba a ser una valiosa experiencia acercar el mundo de la discapacidad visual”. Y «sin duda lo ha sido», corroboran varios participantes.
ONCE e Inserta, insisten en que se trataba de «una experiencia pedagógica para descubrir el afán de superación que tienen las personas con discapacidad, en este caso, visual». Y comentan esperanzados al finalizar: «Ojalá todas estas personas tomen verdadera conciencia de la situación de las personas con discapacidad y no solo aprendan a tratarlos y a adaptar sus empresas, ojalá den un paso más firme y apuesten por contratar a personas con discapacidad«.
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