Los datos recogidos en el estudio “El uso de la bicicleta en España (2017)” publicado en enero revelan que el 31% de la población española usa este medio de transporte no contaminante con frecuencia (a diario, más de una vez a la semana y los fines de semana principalmente). También señala que el usuario es un hombre, de 40 años, con trabajo, y estudios medios y altos. Y lo más importante, que un 37% de ellos, el grupo mayoritario, lo hace para practicar deporte bien a diario o, en el caso que nos ocupa, el fin de semana.
A la vista de estos números podemos concluir, por lo tanto, que el uso y extensión de la BTT es una tendencia al alza que cada vez atrapa a más personas interesadas en dos aspectos muy importantes que se unen en esta práctica deportiva. Uno, ya se ha mencionado, el cuidado de la salud y, el otro –no menos importante– el cuidado del medio ambiente y la naturaleza. Un dato que corrobora esta afirmación es que, de los 1,1 millones de bicicletas que se vendieron en nuestro país en 2016 (último registro conocido), un 34% fueron de mountain bike con un incremento entre los compradores hombres de un ¡78%! 
En paralelo, también se ha registrado un aumento muy significativo de los usuarios que justifican la compra de “su” bicicleta de montaña por un motivo de cuidado y vigilancia de la salud. En concreto, 4 de cada 10 compradores acuden a este argumento para razonar su inversión.
8.000 KILÓMETROS
¿Y qué mejor que cuidar el cuerpo y la mente con un buen “chute” de naturaleza? Aquí las posibilidades son tan grandes como los más de 8.000 kilómetros de rutas que existen en nuestro país y que concentran una oferta que suele repartirse en cuatro grandes modalidades deportivas: travesías autónomas como la Transpirenaica, el Camino del Cid o la TransAndalus, por ejemplo; las organizadas ‘ad hoc’ para aprovechar o potenciar los activos e infraestructuras turísticas de una determinada zona; los conocidos como “centros BTT” que buscan impulsar la práctica de la mountain bike y el turismo activo de interior y; finalmente, el conocido como “turismociclo”, promovido por empresas especializadas que ofrecen el “pack” completo. 
En este contexto, Navarra, especialmente la Merindad de Tierra Estella, es una magnífica oportunidad para todos aquellos que quieren disfrutar de sus dos grandes pasiones: la práctica deportiva y el disfrute de un medio natural único. En concreto, 2.200 km divididos en 36 rutas clasificadas según el nivel de exigencia y dificultad:
- Verdes o muy fáciles: 4 rutas sencillas para recorrer en familia o para usuarios menos habituados.
- Azules: 8 itinerarios también sencillos pero más largos que los verdes, ya que van desde los 17 Km y medio hasta los 45.
- Rojas: la propuesta se complica con estas 18 rutas. Para recorrerlas es necesaria una buena preparación porque además de la distancia, los porcentajes de desnivel añaden dificultad.
- Negras: 6 itinerarios complejos para hacer en una sola jornada, pero perfectos para recorrerlos en varias etapas, ya que la más larga alcanza los 238 km.
Iñigo Labat, técnico de este proyecto BTT, destaca las rutas negras 1 y 2, llamadas Lizarraldea 240, porque recorren el perímetro de la comarca, la 1 siguiendo el sentido horario, y la 2 el antihorario. “La ruta 1 es una aventura que recorre el corazón de Tierra Estella adentrándose por las sierras de Lokiz, Urbasa o la Ribera Estellesa, recorriendo alguno de los caminos más ancestrales y auténticos y pasando por alguno de los miradores más espectaculares de la comarca”.
Los itinerarios parten de 7 puntos llamados ‘centros de acogida’. Se trata de establecimientos o locales distribuidos por la zona, como son el Camping Acedo en la localidad del mismo nombre, el Camping Iratxe en Ayegui, el Camping Lizarra en la propia Estella, Camping Riezu en Villanueva de Yerri, el Camping Aritzaleku en Lerate, el parque Urbasa Abentura en Larraona y el Frontón municipal de Lerín. Por su parte, la oficina del Consorcio Turístico situada en Estella funciona como punto de información.
Además de para bicicletas de montaña, el Espacio BTT Tierra Estella-Lizarraldea es apto para bicicletas eléctricas y 1.550 km también lo son para ‘gravel’, bicicletas de corte cicloturista que se usan principalmente sobre terrenos de grava o gravilla.
Y sobre todo, no es necesario preocuparse de nada, ya que desde el punto de partida hasta la finalización del itinerario elegido es imposible perderse. Además de la información de rutas y mapas de la página web y de Facebook, para una propuesta de BTT tan potente como la de Tierra Estella, el usuario cuenta con la plataforma Wikiloc, donde están tanto las rutas balizadas como otra serie de recorridos no balizados que se pueden seguir mediante GPS. 
