Investigadores del Instituto de Smart Cities (ISC) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), en colaboración con la Universidad de Sevilla y la New Mexico State University de Estados Unidos, han desarrollado contenedores de transporte inteligente, gracias a unos nuevos microsensores integrados y a redes de sensores inalámbricas de bajo coste y alta autonomía, que permiten monitorizar parámetros ambientales de dichos depósitos, como la temperatura y la humedad, y transmitirlos al exterior sin cables.
Este sistema, que ha contado con financiación del Gobierno central, proporciona “notables beneficios en términos de eficiencia, sostenibilidad y seguridad”, según el catedrático de la institución navarra Antonio López Martín. Las pruebas de campo de esta tecnología se han realizado en el puerto de Sevilla, el único comercial de interior en España, gracias al apoyo de la Autoridad Portuaria de Sevilla.
“Además, se busca la autonomía energética de los nodos interiores, de forma que puedan autoabastecerse de la escasa energía disponible en el interior del contenedor procedente de vibraciones o gradientes térmicos”, apunta el catedrático del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y de Comunicación de la UPNA.
Además de Antonio López, los investigadores de la UPNA participantes en este proyecto son Carlos A. De la Cruz Blas, José María Algueta Miguel, María Pilar Garde Luque y Alfonso Carlosena, en colaboración con dos egresados de la institución académica navarra: Jesús Aguado Ruiz y Coro García Alberdi. También ha tomado parte Jaime Ramírez-Angulo, investigador de la New Mexico State University de Estados Unidos.
PRINCIPALES BENEFICIOS
El sistema desarrollado en este proyecto permite “un transporte más inteligente, sostenible y mejor integrado en la cadena logística, al conseguirse un flujo de la información que sea más accesible, cuando el cliente lo precise y vía internet; confiable, ya que los eventos son registrados de forma automática; verificable, al obtenerse una perfecta trazabilidad del proceso logístico desde origen a destino; y oportuno, al trabajar en tiempo real”, describe Antonio López.
Además, se logran mejoras en la seguridad. “Con frecuencia, los contenedores se usan por organizaciones delictivas para, por ejemplo, el comercio de drogas, trata de personas, o compra y venta ilícita de animales. El proyecto permite mejorar aspectos como la visibilidad de la carga —desde la instalación del sello en origen hasta su desinstalación en destino—, el registro automático en tiempo real de eventos que pongan en riesgo la seguridad de la mercancía en tránsito, y la disminución de riesgos de siniestros e intrusión”.
También son reseñables “la mejora de la salubridad y de la calidad de los elementos transportados, lo que aporta confianza al proceso de la cadena logística”. “El proyecto permite la detección temprana de fallos en la cadena de frío y de niveles de humedad anómalos”, añade.
Finalmente, el investigador destaca, respecto a las operaciones logísticas, que la automatización es “más eficiente al acceder a la información de cada contenedor antes del arribo al destino, permitiendo la eliminación de procesos manuales”.