La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) autorizó este miércoles la prórroga hasta el 31 de enero de la orden foral que, entre otras medidas, decretaba el cierre de los bares y discotecas a la una de la madrugada, así como la extensión del certificado Covid a residencias, hoteles o gimnasios.
En el auto, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJN consideró que, de acuerdo con lo expuesto en la citada orden foral y los informes técnicos aportados, así como tras una ponderación detenida de todo lo actuado, «las medidas acordadas siguen siendo necesarias, proporcionadas e idóneas a la vista de la situación epidemiológica, que no solo no ha mejorado sino que ha empeorado en todos los niveles».
«Las medidas siguen siendo necesarias a la vista de la situación epidemiológica, que no solo no ha mejorado sino que ha empeorado».
Según los datos aportados por el Tribunal en dicho auto, sigue creciendo el número de contagios, debido al rápido avance de la variante ómicron, que ya es la dominante (85,5 %).
No obstante, persiste la circulación de la variante delta (14,5 %), sin que se haya alcanzado el ‘pico de inflexión’, con un aumento del porcentaje de positividad de las pruebas de diagnóstico de infección activa (PDIA) que alcanza el 52 %. Así, Navarra presenta «la mayor tasa de incidencia acumulada a los catorce días y a los siete de todo el Estado».
Ese aumento de los contagios, según el auto, se ha traducido en una sobrecarga de trabajo en el servicio de atención primaria, donde se lleva a cabo el seguimiento de la práctica totalidad de los casos para realizar el diagnóstico y abordaje temprano de las complicaciones. También se encarga del control anterior y posterior de los pacientes ingresados, «lo que ha afectado a la respuesta al resto de patologías que se atienden en el indicado servicio».
EN LOS HOSPITALES
Asimismo, la Sala resaltó que la alta incidencia «se refleja en la situación asistencial de los hospitales, tanto en el servicio de urgencias como en el de los ingresos, que en este momento ya superan los picos de la tercera, cuarta y quinta ola». De hecho, insistió en que «ha sido preciso abrir de forma progresiva nuevas camas, con efectos también en las unidades de cuidados intensivos, situación que se espera evolucione al alza dado que nos encontramos en fase de crecimiento de contagios».
La dificultad en la prestación del servicio, además, se ha visto agravada por la incidencia del virus sobre el propio personal sanitario, lo que ha hecho precisa la adopción de medidas extraordinarias tales como el ajuste de su actividad para cubrir ausencias derivadas de aislamientos profesionales por infecciones. Incluso sobre la actividad asistencial quirúrgica de carácter no urgente, que «ha sido reordenada por ser necesario disponer de camas y de profesionales para atender a la demanda urgente por casos de Covid-19 y otras patologías».
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