Un informe de la startup israelí Tastewise señala que el 33 % de los consumidores “recurre con frecuencia a productos alimenticios para satisfacer sus necesidades de salud”. Además, otro documento desarrollado por CHR Hansen indica que “uno de cada cinco consumidores españoles busca alimentos funcionales con probióticos”.
Estos datos, según el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), “demuestran el interés de los consumidores por los alimentos beneficiosos para su salud”. Precisamente, con el objetivo de conocer las novedades en alimentación funcional y pre y probióticos, la entidad organizó el pasado miércoles el webinar ‘Alimentos funcionales que mejoran nuestra microbiota’. La iniciativa se enmarcó en la Red Tecnomifood, financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
David Lacasa, socio de la consultora Latern, inició el encuentro explicando las tendencias en alimentos funcionales, pre y probióticos. En su ponencia destacó que el mercado estadounidense está “más desarrollado” en esta categoría que el europeo. Así, relató que la categoría de bebidas con probióticos y prebióticos es la que “mejor evolución muestra” en América. En este sentido, se refirió principalmente a la kombucha, los seltzers con probióticos y los lácteos, “referencias que dominan esta industria”.
David Lacasa (Lantern) prevé la llegada al mercado de psicobióticos, dirigidos a mejorar “el estado mental influyendo en la microbiota”.
El segmento de los lácteos, a su juicio, “está creciendo porque una buena ocasión de consumo, relacionada con la salud, es el desayuno”. Otro de los ejes que abordó fue el de las diferentes preferencias de los consumidores estadounidenses frente a los del sur de Europa. “En Estados Unidos -valoró-,el concepto de funcionalidad está por encima del de sabor, un aspecto que aquí sería inconcebible”.
En opinión del socio de Lantern, la estrategia a seguir para introducir productos funcionales en España pasa por explicar que los procesos realizados para elaborar este tipo de alimentos “se han hecho siempre y que incluso se podría hacer en casa”.
En este sentido, resaltó la importancia comunicar efectivamente sobre estos productos, velando porque estos estén avalados por mensajes científicos que proporcionen a los consumidores “una razón para creer que la funcionalidad es cierta”. “Es una tarea complicada porque el efecto del producto no es tan inmediato, pero el aval científico y la narrativa que se utiliza para explicar las propiedades del alimento ayuda a que el consumidor las comprenda mejor”, estimó.
Para Lacasa, el próximo paso en alimentos funcionales será pasar del concepto de salud al de wellbeing o bienestar, con una visión “más holística, en la que no solo es importante el cuerpo sino también la mente, aspecto que está muy en boga en estos momentos”. Dentro de este mundo, el consultor prevé la llegada al sector de la alimentación de los psicobióticos, productos dirigidos a mejorar “el estado mental influyendo en la microbiota”.
QUESOS FUNCIONALES
A continuación, Raquel Fernández, Directora de Fábrica de Cerrato, presentó a los asistentes Cerrato Provita, una gama de quesos con probióticos que lleva con dos años en el mercado. Con la llegada del Covid-19, según explicó, desde la empresa “querían ir un paso más allá”.
En este sentido, la decisión de añadir probióticos a su nueva línea de queso se fundamentó “en la gran cantidad de estudios clínicos respecto al consumo de probióticos y el beneficio que tienen para la salud humana”, en la incorporación de los “dos probióticos más documentados del mundo, LGG y BB-12” y en la “creciente preocupación de la población sobre el sistema inmune”.
Fernández se hizo eco de un estudio de CHR Hansen sobre alimentos funcionales en el que se determina que “el 30% de los consumidores españoles busca alimentos funcionales beneficiosos para el intestino y el sistema inmune”. De hecho, “el porcentaje de consumidores en España que toma probióticos de forma frecuente es mayor que en otros países europeos como Francia, Alemania o Italia, entre otros”. El consumo de queso, además, “encaja en los momentos más habituales en los que se consumen probióticos: comida, merienda, momento snack o por la noche”.
PARABIÓTICOS, LA PRÓXIMA TENDENCIA
Para concluir el webinar, Raquel Virto, responsable cientificotécnica de CNTA, recordó que conservar un probiótico vivo que preserve sus propiedades “exige mantener la cadena de refrigeración o que se realice un proceso de hidrofilización”.
Sin embargo, Virto avisó de una próxima tendencia “que está llegando” a este sector: la formulación de alimentos con parabióticos (microorganismos muertos). “Científicamente se está viendo que la actividad funcional que muchos microorganismos desarrollan no es por el hecho de que estén vivos -aclaró la científica-, sino por las estructuras que tienen, las cuales ejercen un efecto saludable cuando llegan al colón”. La incorporación de este tipo de organismos en la industria de los alimentos funcionales “conllevaría un ahorro de costes”.
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