El XXIV Congreso Nacional de Empresa Familiar fue clausurado este martes por el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Marc Puig. En su intervención, lamentó que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no haya estado presente en este encuentro realizado en colaboración con la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN) y el patrocinio de Banco Santander y KPMG. Una cita a la que ha acudido medio millar de invitados procedentes de todo el país. “Me hubiera gustado compartir nuestra labor con Pedro Sánchez”, señaló al mismo tiempo que mostró su orgullo por el trabajo llevado a cabo por las familias empresarias.
Puig, además, abogó por una alianza con los poderes públicos para luchar contra la economía sumergida, optimizar el gasto público y dotar de mayor eficiencia a los servicios del estado del bienestar: “Hay enormes oportunidades de colaboración para que los españoles disfruten de mejores servicios“. Y, respecto a la comisión de expertos puesta en marcha por el Gobierno central para plantear una reforma tributaria, aseguró que la reciben con respeto. “Somos muy conscientes de la necesidad de acometer políticas de consolidación fiscal para restablecer el equilibrio presupuestario. En esa tarea, cuenten con nosotros”.
Marc Puig: “Me hubiera gustado compartir nuestra labor con Pedro Sánchez”.
No obstante, pidió “no destruir estructuras empresariales para responder a urgencias coyunturales”. “Desde nuestra voluntad de diálogo, el IEF estará siempre dispuesto al esfuerzo compartido, pero que nadie cuente con nosotros para poner trabas a las aspiraciones legítimas de nuestras empresas a seguir progresando”.
En ese sentido, volvió a reclamar las mismas reglas de juego que los competidores europeos, ya que los retos de la economía española son los mismos que los de las empresas familiares: superar la pandemia y adaptarse a las exigencias de un nuevo entorno marcado por la digitalización, la sostenibilidad y el compromiso social. “Solo desde una mayor productividad podremos abordar esas tareas. Y para ello necesitamos poder competir en igualdad de condiciones con las empresas de otros países. Facilitemos entonces su crecimiento”, valoró.
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El presidente del Instituto de la Empresa Familiar recordó el papel fundamental que sus organizaciones han tenido en la transformación de España y en su despegue económico y social. Para Puig, la fiscalidad ha sido uno de los factores clave que explican dicho progreso. Un sistema consolidado y que, en esencia, “trata de no penalizar la tenencia de aquellos bienes que se dedican a generar prosperidad y trabajo”. “Nuestro modelo económico depende en muy buena medida de que ese modelo sigua vigente y no se deteriore”, señaló.
LA PRÓXIMA EDICIÓN, EN CÁCERES
Previamente, la segunda jornada del XXIV Congreso Nacional de Empresa Familiar se completó con la celebración de tres mesas redondas. La primera trató sobre ‘La revolución del impacto’. Así, tras una introducción a cargo del presidente del Global Steering Group for Impact Investment, Sir Ronald Cohen, intervinieron Ainhoa Grandes (presidenta de la Fundación SHIP2B), Teresa Guardans (cofundadora de Oryx Impact), María Herrero (socia de Trascendent) y Alexandra Mitjans (directora de Ashoka España).
Los otros dos encuentros, por su pate, trataron sobre crecimiento y diversificación. En el primer caso participaron la presidenta de Coca-Cola Europacific Partners, Sol Daurella; Eloy Planes, presidente de Fluidra; y el vicepresidente de Banco Santander, Juan Miguel Cendoya, que actuó como moderador. En la segunda, los ponentes fueron Jorge Gallardo, presidente de Hospitales Vithas, y el presidente de Banca March, Juan March, mientras que el moderador fue el director general del Instituto de la Empresa Familiar, José Luis Blanco.
Tras la clausura, la presentadora del congreso, la periodista Esther Vaquero, anunció que la siguiente edición tendrá lugar en Cáceres.
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