La cuota de energías renovables (EERR) en el consumo final bruto de energía en Navarra aumentó del 22,18 % en 2017 al 23,2 % en 2018. Un período en el que, igualmente, la cuota de las energías renovables en el consumo final bruto de energía en el transporte subió del 4,46 % al 6,43 %. Estos fueron algunos de los datos que el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Manu Ayerdi, dio a conocer este viernes en la presentación del Balance Energético de Navarra en 2018. Balance que recoge las principales fuentes de producción, transformación y consumo de la energía, desagregada por tipo de combustible y sector económico, y que este año, según informó el Ejecutivo foral, «se ha elaborado siguiendo una metodología más exhaustiva, que ha permitido conseguir un índice de trazabilidad y una sectorización de los datos superiores a otras ediciones».
Para 2030, el plan navarro establece un objetivo del 50 %, muy por encima del último marcado por Europa, que se queda en un 32,5 %.
La cuota de energías renovables en el consumo final bruto de energía es uno de los indicadores clave en la transición energética. Navarra está por encima del objetivo europeo para 2020 (20 %), pero por debajo de la meta del 28 % que establecía para 2018 el IV Plan Energético de Navarra Horizonte 2030. Dicho plan establece para 2030 un objetivo del 50 %, muy por encima del último objetivo europeo para dicho año, fijado en el 32,5 %.
“Existen dos razones para trasladar una razonable expectativa positiva a la sociedad navarra: por un lado, que en estos momentos el Gobierno en Navarra está tramitando distintos proyectos de nuevos parques eólicos y fotovoltaicos, que suman una capacidad nueva de 2.266 MW renovables, y la enorme oportunidad que nos va a venir del nuevo marco normativo y tecnológico en torno al autoconsumo y la generación distribuida”, señaló el consejero. Además, afirmó que en estos próximos años «existe la posibilidad y la obligación de dar un gran salto cualitativo y cuantitativo».
En lo que se refiere al transporte, declaró que el incremento registrado en 2018 «se debe fundamentalmente a un cambio legislativo, que obliga a una mayor presencia de los biocombustibles». También recordó que, en este ámbito, «está el reto de seguir avanzando en la transición hacia la movilidad sostenible. La modificación aprobada ayer por el Parlamento de Navarra, ampliando a cuatro años para las personas físicas el plazo de aplicación de la deducción por adquisiciones de vehículos eléctricos, instalación de puntos de carga e inversiones en instalaciones renovables, va en la buena dirección”.
EFICIENCIA ENERGÉTICA
El indicador que marca la energía final necesaria para producir una unidad económica, la intensidad energética final, ha descendido un 13,79 % en la última década, «dato que refleja la tendencia hacia una mayor eficiencia energética de Navarra». En el último año, de 2017 a 2018, este indicador baja un 1,13 %, fruto de que el crecimiento de la economía ha sido mayor que el crecimiento de la energía empleada.
El principal consumo procede del petróleo y sus derivados (41,61 %), gas natural (27,81 %) y electricidad 19,65 %.
En concreto, el consumo de energía final ha aumentado en un 2,08 %. El principal consumo procede del petróleo y sus derivados (41,61 %), gas natural (27,81 %) y electricidad 19,65 %. Estos se han centrado principalmente en los sectores del transporte (37,7 %), industria (36,14 %) y el sector doméstico, de comercio y servicios (18,38 %). El consumo en la administración se ha reducido un 0,03 %.
PLAN AUTOCONSUMO
Además, el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Manu Ayerdi, presentó el Plan de Autoconsumo y Almacenamiento Energético de Navarra. “El autoconsumo es esencial para alcanzar los objetivos, avanzar hacia la transición energética y conseguir una economía más sostenible. El plan desarrolla las líneas estratégicas disponibles para la transición energética hacia un modelo energético distribuido, participativo y democratizado, libre de emisión contaminante y mayoritariamente electrificado», detalló.
Ayerdi: «El autoconsumo es esencial para alcanzar los objetivos, avanzar hacia la transición energética y conseguir una economía más sostenible».
El plan mencionado tiene como objetivos maximizar la instalación de energías limpias en todas sus sedes y espacios y aprovechar el excedente con su almacenamiento; fomentar el inicio de nuevas instalaciones solares, eólicas, geotérmicas, hidroeléctricas o de biomasa; e incluir en todas las ayudas al autoconsumo una cláusula social por la que se derive parte de la generación eléctrica a disminuir los casos de pobreza energética.